Zetro Souza no volverá a tocar con Exodus nunca más

Steve “Zetro” Souza, ex cantante de Exodus ha confirmado que su más reciente salida de la banda de thrash metal será la última.

En el episodio más reciente de su canal Zetro’s Toxic Vault, el vocalista abordó su salida con un tono sereno pero definitivo. “No renuncié, me dejaron ir”, afirmó, validando una declaración anterior de Gary Holt, guitarrista y compositor principal de la banda. Comparó su relación con Exodus con un matrimonio terminado, dejando entrever que el desgaste acumulado a lo largo de los años ya no permitía sostener una dinámica creativa ni personal saludable. Lejos de dramatizar, Souza contextualizó su partida dentro de una evolución natural: la de un músico que, a sus 61 años, ya no encuentra motivación en los rigores de la vida en carretera.

La historia de Souza en Exodus no ha sido lineal. Ingresó en 1986 tras su paso por Legacy (que luego se convertiría en Testament) y vivió con la banda distintas fases: el hiato de los años 90, el fugaz regreso a principios de los 2000 y su última etapa, que comenzó en 2014 tras el alejamiento de Rob Dukes. En ese ir y venir, Zetro se convirtió en un rostro familiar para generaciones de fans, consolidando una identidad vocal reconocible, aunque también marcada por la intermitencia.

A diferencia de otras salidas forzadas del metal, la narrativa aquí no gira en torno a disputas públicas ni conflictos irreconciliables. Souza apunta a algo más complejo: una disonancia entre lo que el presente le exige como ser humano y lo que la industria demanda de un músico activo. Expresó sin rodeos que, aunque se mantuvo profesional en el escenario, su conexión con la vida familiar había ganado terreno. Mencionó el fallecimiento de su madre durante una gira en 2016, una experiencia que ejemplifica el tipo de sacrificios silenciosos que implica mantenerse vigente en un circuito que rara vez permite pausas.

Zetro también reconoció que, aunque en algún momento imaginó seguir activo hasta los 70 años, en el fondo ya intuía que su ciclo en Exodus se acercaba al final. “Creo que en el fondo ya estaba hecho con la vida de gira”, admitió. La exigencia física y emocional de la carretera, combinada con su deseo de estar presente en su vida personal, parece haber pesado más que cualquier aspiración artística remanente. Sin dramatismos ni gestos de grandilocuencia, su mensaje al público fue honesto: agradece el apoyo, extrañará la interacción con los fans, pero está en paz con su decisión.