Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9: toda la potencia de Intel Core Ultra y una pantalla de alucine para disfrutar de Linux

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9 es, tal y como el nombre del producto indica, la novena generación de esta serie de portátiles, parte de la oferta de dispositivos de la ensambladora alemana para el cliente profesional y, a la postre, su modelo más característico, aun cuando de unos años a esta parte su propuesta ha crecido tanto que cuesta ubicarse.

Sea como fuere, hace algo más de un mes que recibí el Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9 para probarlo y tened por seguro que lo he hecho, con el único objetivo de contaros aquí mis impresiones. Y es que hacía mucho tiempo que no analizábamos un equipo con Linux; y nunca lo habíamos hecho con un Tuxedo, una de las marcas especializadas más constantes de los últimos años.

¿Qué tal es el equipo? ¿Merece la pena? ¿Y qué tal la presentación de Tuxedo? ¿Está a la altura? La respuesta a todas estas preguntas y a alguna más, a continuación. Dicho lo cual, un par de cosas a tener en cuenta, dado que en este «análisis» no hay benchmarks de ningún tipo por varias razones:

  • No me interesan lo más mínimo y aunque pueden tener su sentido en determinados escenarios, no arrojan certezas en casos de uso reales.
  • Los componentes que monta Tuxedo son bien conocidos y de alta gama, por lo que es posible encontrar benchmarks profundos en sitios especializados.
  • No se trata de un equipo para jugar, lo que significa que el rendimiento gráfico no es un factor crucial del dispositivo (aun así…).

Nota: todas las fotografías de este artículo excepto una son las oficiales, ya que se corresponden totalmente con el producto (y mi calidad fotográfica es lamentable).

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

Tuxedo Computers renovó su serie InfinityBook a principios de verano y lo hizo en más de un sentido, si bien conviene matizar, ya que que este modelo tiene cuatro variantes, en 14 y 15 pulgadas con Intel y AMD, respectivamente. Y aunque quien me conozca un poco podría pensar a priori que me decantaría por las 14″ con AMD, que es quizás lo que hubiera hecho de comprarme un equipo de estas características, opté por las 15″ con Intel.

Por lo demás y como siempre hago, le pedí a Tuxedo que me enviasen el equipo exactamente igual a como lo harían con cualquier cliente, para tener una experiencia lo más cercana posible a la compra. Claro que Tuxedo permite configurar en cierta medida los equipos que vende y yo también lo hice con el mío, para bien y para mal… O sea, modifiqué ligerísimamente la configuración por defecto del portátil y me equivoqué con un detalle con el que ningún comprador real se equivocaría.

De todo esto hablo más delante. Antes, una de especificaciones.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9, las especificaciones

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

De fuera adentro, el Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9 monta un chasis fabricado en aluminio, lo que aporta un muy buen equilibrio entre rigidez, ligereza y sensación al tacto. En la tapa figura el logo de Tuxedo, aunque se puede pedir sin este o con un logo personalizado con un coste extra. Las bisagras permiten abrirlo hasta los 180º para una mejor adaptación a diferentes posiciones.

El frontal está coronado por una cámara de 2,0 megapíxeles (1920 x 1080 píxeles) con obturador de cámara IR para reconocimiento facial e inmediatamente después se despliega la pantalla, un panel sRGB de 15,3 pulgadas en formato 16:10, resolución de 2560 x 1600 píxeles, 240 Hz de tasa de refresco y un brillo de 500 nits.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

Llegamos al teclado, el cual se extiende de un extremo al otro, incluyendo en su haber teclado numérico de cuatro filas y teclas de dirección de tamaño completo, así como retroiluminación blanca, y por supuesto, con un Tux representado en la tecla Super. Por lo demás, se trata de un teclado de goma / membrana sencillo, silencioso.

Del tipo de teclado dependerá el color del equipo, aunque no es algo importante para quienes estáis leyendo esto, puesto que el InfinityBook puede montar teclados ANSI en color gris o ISO en color gris negro. Lo verdaderamente importante es que ofrece soporte para disposiciones en diferentes idiomas, incluyen el español. Lo menciono porque en las fotos que acompañan el artículo, el teclado es el alemán (he ahí mi error).

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

Por último está el panel táctil «de cristal de precisión con botones integrados y función multigestual y de desplazamiento» y unas dimensiones de 123 x 77,5 mm.

En términos de conectividad, este modelo incluye un amplio abanico de opciones: tres puertos USB-A, dos USB-C (compatibles con Thunderbolt 4 y USB4), un puerto HDMI 2.1, lector de tarjetas SD de tamaño completo y un puerto Ethernet, todo ello repartido tanto a izquierda y derecha como en su parte posterior. En términos de autonomía, cuenta con una batería de 99 Wh.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

Hablando ya de sus componentes internos, cabe recordar que el InfinityBook Pro 15 Gen9 ofrece dos configuraciones principales basadas en procesadores de última generación, en ambos casos con gráficos integrados: por un lado, AMD Ryzen 7 8845HS (8 núcleos, 16 hilos) y AMD Radeon 780M, por el otro, Intel Core Ultra 7 155H (16 núcleos, 22 hilos) e Intel Arc, siendo este último el correspondiente al modelo que he probado.

Asimismo el equipo admite hasta 96 GB de RAM DDR5 y hasta 8 TB de almacenamiento PCIe 4.0 en SSD, aunque su configuración por defecto queda muy lejos de los topes: a partir de 16 GB de RAM DDR 5 y 500 GB comienza la personalización y aunque es muy correcta, un dispositivo de este nivel me pedía al menos 32 GB de RAM… y así lo pedí (he ahí mi modificación).

En cuanto a las dimensiones y peso del equipo, todo queda en 34,2 cm de ancho, 23,8 de profundidad y apenas 2 cm de grosor en su parte más delagada. El peso, 1,6 kg aproximadamente con una sola unidad de almacenamiento.

Con todo, la configuración -y por lo tanto, el precio- puede variar según los componentes elegidos en más formas de las aparentes, es decir, más allá de la RAM y el almacenamiento. Por ejemplo y por curioso que parezca, el equipo monta una tarjeta wifi Intel 6E AX211 con soporte 802.11ax, 2.4, 5 & 6 GHz y Bluetooth 5.3, pero se la puedes quitar y te ahorras unos 20 € (¡no lo hagas!).

Pantalla 15.3 pulgadas, resolución 2560 x 1600, 240 Hz, 500 nits de brillo
Procesador Intel Core Ultra 7 155H (6 núcleos de rendimiento, 4 núcleos eficientes, 2 núcleos de bajo consumo)
Gráficos Integrados Intel Arc Graphics
Memoria RAM Hasta 64GB DDR5-5600
Almacenamiento Hasta 2 SSDs PCIe 4.0, hasta 8TB total
Batería 99 Wh, hasta 8 horas de duración
Conectividad Wi-Fi 6E, Bluetooth 5.3, HDMI 2.1, 2x USB-C (Thunderbolt 4, 10 Gbps), 3x USB-A, Ethernet Gigabit, SDXC card reader
Dimensiones y peso 34,2 cm x 23,8 cm x 2 cm, 1,6 kg

¿Y el sistema operativo? Es Linux, sí, a elegir entre Tuxedo OS, Ubuntu 24.04 (y Kubuntu, Xubuntu y Ubuntu MATE)… Pero también puede ser Windows, tanto como SO principal como virtualizado; o nada y te lo instalas tú. Yo lo pedí, obviamente, con Tuxedo OS.

El precio del Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9 Intel con su configuración base es de 1.393,03 €, incluyendo IVA. Los gastos de envío de Alemania a España (solo península) son gratis para pedidos superiores a 100 €.

Para más datos, la página del producto.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9 Intel, la experiencia

La verdad es que podría resumir mi experiencia con el InfinityBook Pro con muy pocas palabras, porque como os imaginaréis, pocos peros se le pueden sacar a un equipo así. Pero no es cuestión. Así que comencemos por hacer una mención el paquete, de -valga la redundancia- empaquetado sobrio, pero con el producto bien protegido, que es de lo que se trata.

No falta el cable de alimentación, ni tampoco el folleto de bienvenida, aunque solo esté en alemán e inglés. Este es un papel que hay que revisar, porque ahí figuran dos códigos importantes: el del cifrado y el de myTuxedo: el primero es necesario para desbloquear el sistema en el inicio con una llave USB que también va incluida, siempre y cuando se haya pedido cifrado (solo con Tuxedo OS y Ubuntu), mientras que el segundo es el necesario para registrarse en un servicio de la compañía donde poder disfrutar de 10 GB de almacenamiento en línea (es algo basado en ownCloud u Nextcloud, aunque no he llego a probarlo).

Personalmente echo en falta un USB con el que poder reinstalar el sistema, pero no está nada, nada mal lo que incluyen. Ah, como detalle, una pequeña alfombrilla con Tux(edo).

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

Única prueba del delito porque, como se ve, lo mío no es la fotografía 😀

Diseño y calidad de construcción

Este aspecto, y nunca mejor dicho, tiene su punto de subjetividad, aunque no debería ocurrir lo mismo con la calidad de construcción, algo que suele generar comentarios encontrados por tratarse de un dispositivo de diseño «genérico» y que yo encuentro un poco injusto. O muy injusto, dependiendo de con qué lo comparemos.

El grueso del precio de este equipo, como sucede con la mayoría de equipos del mercado, está en los componentes. Luego ya viene la marca y o el soporte. ¿Qué problema hay con Clevo? ¿Una mala experiencia? Porque en todos lados cuecen habas. Yo recomiendo una cosa: ir a cualquier gran superficie en la que vendan ordenadores y tocarlos… y entonces hablamos de calidades de construcción y demás.

Lo cierto es que la calidad de construcción del InfinityBook Pro se siente de muy buen nivel, no notas un cacharro de plástico en tus manos, de esos que se doblan y calientan a límites no aceptables… y le he metido caña al cacharro ¿eh? Caso diferente es el del diseño, el cual sí admite opiniones para todos los gustos.

La mía es que el equipo se ve bonito: sobrio, con la pantalla engastada en un espacio justo, con unos bordes finos…

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

Ya lo hemos visto por fuera, así que… así se ve por dentro

Lo único que no me termina de encajar es el teclado y el panel táctil: visualmente, que el teclado ocupe todo el tablero, sin dejar márgenes a los lados, no me convence en términos de proporciones; pero que el panel táctil no se sitúe en el centro, sino un poco a la izquierda, debido a que las teclas de dirección se separan del marco del teclado… No me gusta. Tengo por seguro que este será un detalle menor para la mayoría de personas, pero tenía que mencionarlo.

Está también el detalle de tener algunos de los puertos en la parte de atrás del equipo, pero no me decido aún si me gusta o no me gusta. Eso sí, echo en falta algún puerto USB más… Al menos, uno más al lado izquierdo, donde solo hay uno.

Por lo demás, se ve y se siente como un dispositivo de calidad.

Rendimiento

En este apartado sí que voy a gastar pocas palabras, porque decir que un Intel Core Ultra 7 155H con 32 GB de RAM DDR5 sobre un Samsung 980 NVMe PCIe 3.0 hace que el sistema vuele, parece demasiado obvio. Pero ese sería el resumen. Claro que hacer volar un sistema tampoco tiene mucho mérito. ¿Hasta dónde llega el equipo con estos componentes? Todo depende de lo que quieras hacer.

El InfinityBook Pro 15 Gen9 no es un equipo apto para trabajos intensivos que no requieran de una gran capacidad gráfica, como el desarrollo o la virtualización, no digamos ya cualquier tarea de tipo ofimático. ¿IA? Si no le exiges mucho, también, aunque no monta la configuración idónea para hacer un uso demandante. Y tampoco es un equipo para jugar, pero se puede jugar… vaya si se puede jugar.

El aspecto gráfico relacionado con los juegos es curioso, puesto que mientras que la integrada con el modelo con Intel es más eficiente y vence en muchos benchmarks, la Radeon 780M del AMD es más potente sobre el papel y está mejor soportada por los juegos en general. Es más recomendable para jugar, vaya, aunque la cosa está bastante pareja en ambos casos.

En otras palabras, que nadie espere jugar con uno de estos modelos a lo último en ultra, o a títulos algo más añejos, pero especialmente demandantes, porque va a ser que no. Pero sí se puede jugar a muchísimo y como muestra, un botón: pese a que -repito- no son es este un equipo diseñado para los juegos, es más potente que una Steam Deck, tanto por la Intel Arc como por la AMD Radeon 780M (RDNA 3).

¿He jugado el tiempo que he estado probando el equipo? Sí, pero no por probar específicamente los límites, sino porque mi modus operandi es usar los dispositivos que pruebo con normalidad, como si fuesen míos. Y como yo juego de normal… Me ha dado tiempo a pasarme el A Plague Tale que lo tenía pendiente; a repasarme el Crysis 2 y el Ereban… y a toparme con muros infranqueables, como Street Fighter 6 o Deliver Us Mars, dos juegos supuestamente compatibles con Steam Deck a los que era imposible jugar.

Ahora bien, algo que me ha sorprendido del InfinityBook Pro es que si bien jugar a títulos algo más exigentes que cualquiera de tipo retro -como los que he mencionado- ponen la ventilación a tope, lo que hace que un portátil por lo general supersilencioso se escuche mucho, no he conseguido llegar a calentarlo de verdad, Me refiero a, después de un par de horas de juego, tocarlo y decir «quema». Así que entre una cosa y la otra, sobresaliente para Meteor Lake…

Porque sí, todo se sustenta en ese pedazo de chip de Intel, por lo que para terminar os dejo un par de enlaces con benchmarks del Intel Core Ultra 7 155H:

Por supuesto, todo varía en función del resto de componentes, pero para hacerse una idea de la potencia de la CPU/GPU sobra. Lo más relevante, en mi opiniḉon, no es la potencia bruta, sino el equilibrio entre potencia, eficiencia y portabilidad que ofrece el equipo.

Pantalla

La pantalla del InfinityBook Pro 15 Gen9 merece un apartado propio, y es que es uno de los elementos clave del equipo. Conste que salvo que esté de viaje suelo trabajar en modo multimonitor, por lo que el del portátil – el que sea que esté utilizando- está de secundario, pero incluso así destacaba este. De hecho, destacaba más de lo me gustaría porque aun siendo más pequeño, le da mil vueltas a mi monitor principal (!).

Es más, otro aspecto meramente subjetivo que encuentro mejorable en el InfinityBook Pro es la relación de la pantalla, ya que la relación 16:10 me para un poco cuadrada, soy más del panorámico. Pero este sí es un detalle menor: los 240 Hz y lo 500 nits de brillo son superlativos. Y no, no necesitas jugar a nada para apreciar la enorme diferencia de trabajar con ese refresco, en comparación con cualquiera que funciones a una tasa inferior.

Lo mismo para con el nivel de brillo: en interior, incluso con una buena luz encendida, a más del 20% te puedes freír los ojos. ¿Y por qué es importante esto? Porque da mucho margen de maniobra para trabajar en exteriores e incide de lleno en una de las características elementales de cualquier portátil que se precie: la autonomía.

Autonomía

¡Ay, la autonomía! ¿Ofrecería más un modelo como el InfinityBook Pro 15 en Windows? Ni lo sé, ni me importa… porque uso Linux y no voy a dejar de hacerlo por este aspecto (es mi opinión, ojo: rara vez de las que me desplazo por ahí no tengo algún sitio para cargar el portátil). A todo esto, el equipo cuenta con soporte para Power Delivery.

Como ya he señalado, el InfinityBook Pro 15 incluye una batería de 99 Wh (atornillada en el interior, sic.), pero ¿qué dice la información oficial de la autonomía del InfinityBook Pro 15. Literalmente:

  • Hasta 20 horas con el brillo de pantalla mínimo, sin Wi-Fi ni Bluetooth, sin retroiluminación del teclado, en modo inactivo.
  • Hasta 10 horas a ~ 150 nits, sin Wi-Fi ni Bluetooth, sin retroiluminación del teclado, en reproducción de vídeo local.
  • Hasta 8 horas a ~ 150 nits, con Wi-Fi, en trabajo de oficina.

¿Y qué hay de cierto? Lo de siempre: va a depender mucho de lo que hagas. No es lo mismo navegar por Internet y ver algún vídeo, que estar editando vídeo o jugando. Por mi experiencia diría que eas «8 horas a 150 nits (ponle un 30% de brillo) en trabajo de oficina» nunca se han cumplido, pero claro ¿qué es trabajo de oficina? ¿Tener abierto un gestor de correo y un procesador de texto?

Yo hago «trabajo de oficina» y tengo siempre abierto el navegador con entre 5 y 30 (por poner algo) pestañas abiertas, algunas con aplicaciones web pesadas; gestor de correo, Telegram, VSCode, podcas o música… Todo eso a la vez, siempre, incluyendo la conexión wifi y el Bluetooth para el altavoz (y eso que el equipo se escucha sorprendentemente bien y a muy buen volumen). Además uso mucho GIMP para editar imágenes, también veo vídeos en una segunda pantalla de manera habitual… Y también virtualizo mucho.

Con todo esto que cuento -descuento las sesiones de juegos- a mí me duraba entre 5 y 7 horas aproximadamente, lo cual me parece que está bastante bien. Punto para esa pedazo de pantalla ¿eh?

Tuxedo OS

Por último, hablaré un poco de Tuxedo OS, uno más entre los sistemas propios de los ensambladores de ordenadores con Linux que quería probar para vivir la experiencia al completo, pero que como sucede con otros en su misma categoría, quizás a excepción de Pop!_OS, no creo que aporte nada… Aunque conviene matizar este punto.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

A saber. Si las marcas que venden ordenadores con Linux desarrollan sus propias distribuciones, es porque les viene mejor: pueden adaptar la experiencia a lo que quieren ofrecer, afinarlo todo para el hardware que montan… Y les cuesta menos que estar personalizando constantemente la distro de turno, aunque realmente es lo que están haciendo. Es decir, no se limitan a usar el modo OEM de Ubuntu y cambiar el wallpaper. Es más complejo que eso.

Sin embargo, no terminan de hacerlo bien, aunque tengo que reconocer que Tuxedo OS es de lo más potable que me he encontrado. Basada en Kubuntu, pero con Plasma 6 como entorno de escritorio, la distro retoca un poco el branding del sistema, pone sus wallpapers, aplica una variante de los temas visuales predeterminados de Plasma en sintonía con el color rojo de la marca, en mi opinión, sin mucho acierto…

Pero no queda mal del todo. Y tampoco preinstalan una gran cantidad de aplicaciones, lo cual es de agradecer. Por el contrario, sí está disponible por defecto el soporte de Flatpak/Flathub en Discover, lo cual también es de agradecer.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

No obstante, lo más destacado de la experiencia que ofrece Tuxedo OS es Tuxedo Control Center, una suerte de monitor de sistema con el que controlar el desempeño del mismo, pero también administrar con detalle aspectos como la gestión de energía y cosas más específicas, como los controladores, los ventiladores, el cifrado, la retroiluminación del teclado… Es algo que merece su propio artículo, lo dejo para otro día.

A lo que me refiero es a que salvo que un recién llegado, alguien muy conformista o que se dé la casualidad de que te encanta la propuesta, lo más probable es que el comprador habitual de un PC de Tuxedo sea un usuario con kilometraje en Linux, sepa muy bien lo que quiere y se pida el PC con el sistema para probarlo y luego instalarle la distro de su elección, o directamente lo pida sin nada.

Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9

En ese caso, se pierde un punto de armonía y control de que provee Tuxedo OS, controladores y Tuxedo Control Center incluido. Es lo que me pasó a mí: tras varios días usando Tuxedo OS, le instalé lo que me apetecía y eso fue openSUSE Tumbleweed, con la consecuencia de marras: perdí algunas de las bondades señaladas; aunque es posible instalarlo Tuxedo Control Center en openSUSE (más información), requiere más trabajo y no funciona igual de bien.

Lo bueno es que si bien el Tuxedo de fábrica con Tuxedo OS está perfectamente afinado para ofrecer la mejor ejecución, el equipo está hecho para funcionar con Linux y eso se nota: apenas puedo comentar unos pequeños glitches gráficos los primeros días de uso… y después de eso, como por arte de magia, nada más que reportar. La experiencia ha sido excelente en todos los sentidos.

Y hasta aquí llego en mi repaso al Tuxedo InfinityBook Pro 15 Gen9, un portátil totalmente recomendable para quien busque una experiencia de primera con Linux de fábrica, con un portátil que conjuga con bastante acierto su cualidad de ordenador móvil, la potencia y la eficiencia, debo repetir.

Lo mejor:

  • La pantalla, sí, la pantalla.
  • El equilibrio entre potencia y eficiencia.
  • La construcción en general está a muy buen nivel y con un tamaño comedido.

Lo peor:

  • La disposición del teclado y el panel táctil rompe la armonía del conjunto.
  • Se echa en falta algún puerto USB más.
  • La experiencia Tuxedo OS tiene que trasladarse más fácilmente a cualquier otra distribución.

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