Tres maneras de volver de Windows 11 a Windows 10 sin perder la cabeza

Windows 10 portada

Tú, al igual que muchos otros, probablemente te has arrepentido de migrar de Windows 10 a Windows 11. No es solo tu caso. Muchos de los nuevos usuarios del último sistema operativo de Windows no están del todo convencidos del funcionamiento del mismo. Tal vez sea por el rendimiento, la compatibilidad con programas o solo porque simple y llanamente no te guste.

Pero te alegrará saber que hay maneras de dar marcha atrás. Y es que puedes volver desde Windows 11 a Windows 10 de algunas maneras. Y no, no te vas a volver loco por el camino, así como tampoco es necesario que formatees tu PC, si es eso lo que más te echa para atrás. Y es por ello que aquí te vamos a decir tres maneras distintas de regresar a tu Windows 10 de «toda la vida». Así que más te vale tomar nota, porque lo que te vamos a decir te va a solucionar por completo la papeleta.

Revertir desde la configuración de Windows

Este método tiene una ligera letra pequeña, y es que no pueden haber transcurrido más de diez días desde que actualizaste a Windows 11. Si por un casual, ha pasado menos tiempo, estás de enhorabuena, porque es un método rapidísimo para volver atrás.

Para ello, tan solo tienes que entrar en «Configuración» e ir hacia el panel con el nombre de «Sistema». Ahí te aparecerá la opción de «Recuperación». Si no han pasado diez días desde que lo tienes, te aparecerá la opción «Volver a Windows 10». Así que tan solo tienes que seguir los pasos que te aparecerá a continuación.

volver a windows 10

Este método no borra nada de tus archivos personales, y también mantiene la inmensa mayoría de programas instalados. La causa de los diez días es que el propio Windows guarda una imagen del sistema durante esos diez días, y luego dice adiós a la misma para ganar espacio. Sea como sea, siempre es recomendable que hagas tu copia de seguridad.

Instalación con la herramienta oficial

Si ya han pasado esos famosos diez días y no puedes retroceder desde la propia configuración, el paso más lógico al que acudir a continuación es al de realizar una instalación limpia. Para ello, entra en escena la herramienta de creación de medios de Microsoft, la cual puedes descargar desde su página oficial. Una vez que la tengas descargada, tan solo tienes que ejecutarla y seleccionar «Crear medio de instalación (USB)». Eso sí, como es obvio, necesitarás una memoria USB de 8 GB para instalar Windows 10.

Cuando hayas creado el medio de arranque desde el USB, deberás iniciar el PC desde el mismo. Durante el proceso de instalación, te dará a elegir entre instalación limpia o conservar tus archivos. Ambas sirven. La decisión es tuya.

Restaurar desde una copia de seguridad

Este método tan solo sirve si fuiste previsor y creaste una imagen del sistema ANTES de instalar Windows 11. Puedes llevar a cabo esta restauración desde el entorno de recuperación avanzada, el cual podrás iniciar pulsando F8 o F11 cuando estás iniciando el PC.

Desde esta opción puedes restaurar el sistema y cargar la imagen de Windows 10 que hayas guardado en un disco duro externo.