El Hipódromo de San Isidro vibró con una jornada inolvidable en la segunda fecha del Lollapalooza Argentina. Entre los nombres que resonaron en esta edición, Tool se alzó como protagonista absoluto al debutar en el país tras más de tres décadas de trayectoria. La llegada de la banda estadounidense marcó un hito para los amantes del metal progresivo y experimental, quienes esperaron años para presenciar en vivo a una de las agrupaciones más influyentes del género. Este artículo recorre los detalles de una noche que quedará grabada en la memoria de miles de fanáticos.
Un debut esperado por generaciones
Tool, formado en 1990 en Los Ángeles, California, llegó a Argentina con un legado construido sobre discos icónicos como Undertow (1993), Ænima (1996), Lateralus (2001) y Fear Inoculum (2019). Su música, caracterizada por estructuras complejas, letras introspectivas y una atmósfera densa, ha trascendido fronteras y generaciones. Sin embargo, hasta este Lollapalooza, Sudamérica había sido un territorio esquivo para la banda. La expectativa era inmensa, y el público argentino no decepcionó en su respuesta.
Desde las primeras horas del día, el predio del Hipódromo de San Isidro comenzó a recibir a una marea de fanáticos. Algunos lucían camisetas negras con el logo de Tool, mientras otros aguardaban recostados en el césped, preparándose para lo que prometía ser una experiencia única. El escenario Samsung, uno de los principales del festival, se convirtió en el epicentro de la jornada para los seguidores del metal. La ansiedad crecía a medida que se acercaba el momento del debut.
El poder de Tool en escena
Cuando Maynard James Keenan, Adam Jones, Justin Chancellor y Danny Carey subieron al escenario, el silencio previo dio paso a una explosión de energía. La banda abrió su set con una ejecución impecable, combinando su sonido característico con un despliegue visual que potenció cada acorde. Rayos láseres cortaron el aire, sincronizados con las distorsiones de la guitarra de Jones y los ritmos hipnóticos de Carey en la batería. El bajo de Chancellor, profundo y resonante, actuó como el pulso que mantuvo a la audiencia en trance.
El vocalista, Maynard James Keenan, fiel a su estilo, se mantuvo en un segundo plano físico, dejando que la música y las proyecciones en pantalla tomaran el protagonismo. Su voz, cargada de matices que van desde lo melódico hasta lo visceral, atravesó a la multitud. Canciones como “Forty Six & 2”, “Schism” y “Descending” resonaron con fuerza, mostrando por qué Tool sigue siendo un referente en el metal progresivo. Cada tema fue acompañado por videos abstractos y luces que transformaron el concierto en una experiencia multisensorial.
El público, que abarcaba desde quienes se apretaban contra las vallas hasta los que observaban desde la distancia, respondió con una mezcla de euforia y reverencia. Los cánticos espontáneos y los aplausos entre canciones reflejaron el impacto de ver a Tool por primera vez en tierras argentinas. Para muchos, este show representó la culminación de años de espera y la oportunidad de conectar con una banda que ha sabido mantenerse vigente sin ceder a las tendencias comerciales.
Las palabras de Adam Jones antes del gran día
Días antes del festival, el guitarrista Adam Jones compartió sus impresiones sobre la visita a Sudamérica en una entrevista exclusiva. “Es muy bueno ir a Sudamérica. Nunca hemos estado allí. Hemos tenido algunas oportunidades y siempre fracasaron. Y por eso estamos muy emocionados de visitarlos. Es algo muy bueno, tenemos muchos fans. Esa es probablemente la única razón por la que podemos encabezar el festival, porque tenemos tantos fanáticos que aprecian lo que hacemos”, expresó Jones. Sus palabras dejaron entrever la gratitud y el entusiasmo que la banda sentía al pisar finalmente el continente.
Sobre el espectáculo que ofrecerían, el guitarrista adelantó algunos detalles que luego se confirmarían en el escenario: “Es muy teatral. Intentamos quitarle el énfasis a la banda y ponerlo más en la experiencia del show en vivo. Va a haber videos en las pantallas, luces increíbles, láseres. Todo para intentar mejorar el show. Creo que cualquiera que lo vea estará muy feliz”. La descripción de Jones no exageró: el concierto de Tool en Lollapalooza Argentina fue una fusión de música y arte visual que trascendió el formato tradicional de un recital de rock.
Lollapalooza Argentina: un marco perfecto
La segunda jornada del festival no solo tuvo a Tool como atractivo principal. Artistas como Shawn Mendes, Tate McRae, Teddy Swims y Wos también formaron parte de una grilla diversa que atrajo a miles de personas. Sin embargo, para los seguidores del metal, el debut de Tool fue el eje del día. Previo al show de Mendes, un espectáculo de 1.000 drones iluminó el cielo para celebrar los 10 años de Lollapalooza en Argentina, añadiendo un toque festivo a la noche.
El contraste entre los estilos musicales presentes en el festival no hizo más que resaltar la versatilidad del evento. Mientras los fans de Mendes esperaban su salida con fuegos artificiales, los metaleros se congregaban frente al escenario Samsung para rendirse ante el sonido crudo y envolvente de Tool. Esta coexistencia de audiencias diversas demostró, una vez más, por qué Lollapalooza se ha consolidado como uno de los festivales más importantes de la región.
Un hito para el metal en Argentina
La llegada de Tool a Argentina no solo fue un regalo para sus seguidores, sino también un momento histórico para la escena del heavy metal en el país. Bandas de este calibre no siempre incluyen a Sudamérica en sus giras, lo que hace que cada visita sea un acontecimiento. El público argentino, conocido por su pasión y entrega en los conciertos, respondió con una intensidad que seguramente dejó una impresión en los integrantes de Tool.
A lo largo de su carrera, la banda ha sabido cultivar una base de fans leales, muchos de los cuales descubrieron su música en los años 90 o principios de los 2000. Otros, más jóvenes, se sumaron con el lanzamiento de Fear Inoculum, su primer álbum en 13 años. En San Isidro, estas generaciones se encontraron para celebrar un legado que sigue creciendo. La combinación de veteranía y frescura que Tool aporta a cada presentación quedó patente en este debut sudamericano.
El impacto perdurable de Tool
El concierto en Lollapalooza Argentina no fue solo un espectáculo de una noche, sino un evento que reafirmó el lugar de Tool en la historia del metal. Su capacidad para fusionar lo técnico con lo emocional, lo visual con lo sonoro, los distingue en un género que a menudo privilegia la agresividad sobre la sutileza. Para los asistentes, la experiencia fue más que un recital: fue un viaje inmersivo que combinó música, arte y conexión colectiva.
A medida que los láseres se apagaban y los últimos acordes resonaban en el Hipódromo, quedó claro que Tool había hecho historia en Argentina. Los fanáticos se retiraron con la satisfacción de haber sido parte de algo especial, mientras la banda dejaba el escenario con la certeza de haber conquistado un nuevo territorio. Este debut, largamente esperado, no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó, consolidando a Tool como un nombre imborrable en la memoria del Lollapalooza Argentina 2025.
Para quienes no pudieron estar presentes, las imágenes y videos compartidos en redes sociales ofrecen un vistazo a la magnitud del evento. Sin embargo, quienes estuvieron allí saben que ninguna grabación puede capturar del todo la atmósfera de esa noche. Tool llegó, tocó y venció, dejando una huella que resonará por años en la escena del metal argentino.