Respuesta underground de los años 80 cuando el new wave y el synth pop se volvieron moneda de cambio genérica del mainstream. Responsable del cyberpunk y punta de lanza de la avanzada conformada por grupos de los sellos Play it Again Sam y Wax Trax, junto a grupos como Front 242 y Ministry. Por primera vez en México gracias a Producciones Euntanasia, platicamos con Rodney Orpheus, la mente creativa detrás de la máquina tecno-industrial The Cassandra Complex.
FOT::Lilly Galaxia
Cuando volteas y ves 40 años de carrera musical, ¿en qué piensas?
En que si alguien me pide un consejo yo le diría: no te conviertas en músico de rock. Obviamente estoy bromeando. Algunos piensan que es una especie de maldición, pero se disfruta, de otra manera no lo estaría haciendo. Mira, ahora estoy en México, tocando, viajando, conociendo gente maravillosa, y además me pagan. Aunque detrás de todo esto existe un trabajo muy duro; necesitas que tu música conecte de verdad con la gente, tener buenas canciones, de otra manera no sucede. Cuando alguien se acerca después de un concierto y me dice que la música de The Cassandra Complex cambió su vida, me siento pleno y satisfecho. Es una forma de comprobar que he cumplido mi misión.
Hablando de cambios, modificaste las reglas del juego a mediados de los años 80, cuando mucho del new wave y del synth pop se estandarizó.
Ser diferente a los demás fue y sigue siendo muy importante; es un problema en las bandas actuales, se convierten en la copia de la copia. Aunque no puedo negar que hay gente que admiro y que se han convertido en influencia. Personalmente nunca escribo una canción para que suene bonita o agradable, la hago porque quiero transmitir algo único y original. Con The Cassandra Complex jamás abandonamos nuestra filosofía: buscar cosas diferentes. Eso sin duda nos desmarcó de los demás a mitad de los años 80. La innovación que trajo el new wave y el synth pop se volvió genérica y nosotros nos dimos cuenta de eso, aunque muchos lo vieron como fórmula para tener éxito; para nosotros era una puerta falsa.
Es algo que a ustedes les viene de sus orígenes punk.
Por supuesto, nosotros vimos a los Sex Pistols, a los Buzzcocks, a Wire y a Killing Joke. Nos interesaba mucho la parte política del punk, la cual tiene que ver con no seguir ciertas estructuras sociales y esto se reflejó en no aspirar a grabar en un sello grande. Mucha gente de nuestra generación soñaba con firmar un contrato con una multinacional, una situación que a nosotros nos iba a restar independencia, libertad. Esa filosofía se mezcló con nuestro amor por la música electrónica. Desde ese momento abrazamos el sonido de sintetizadores y cajas de ritmo, y eso nos dio nuestro sonido desde el inicio, de ahí que nuestro estilo se llame cyberpunk. Obviamente también estaba el factor humano, la voz y el saxofón.
¿Cómo fue recibido en Inglaterra todo el movimiento de bandas que pertenecía a sellos como Play it Again Sam y Wax Trax?
No fue bien recibido en lo absoluto. Nosotros éramos una abominación para la prensa inglesa y para cierto sector del público inglés. En nuestros inicios sólo dimos unos cuantos conciertos en Inglaterra, después todo nuestro campo de acción ya fue en el resto de Europa. Éramos unos misfits, y eso tiene que ver con que en Inglaterra la música electrónica se entendió ya hasta finales de los 80 y principios de los 90, con la llegada del acid house; antes el público no entendía mucha de la vanguardia que venía de Bélgica o Alemania. Este año regresamos a tocar en Inglaterra después de treinta años, sorprendentemente las nuevas generaciones nos han descubierto.
Para el concepto de The Cassandra Complex el sentido del humor es muy importante.
Por supuesto, el sentido del humor es una de las partes más importantes de las emociones del ser humano, al igual que la tristeza, la pérdida y el odio. Nosotros siempre intentamos incluir todas las emociones del ser humano en nuestra música. Quizá por alguna razón haya gente que nos identifique más por nuestro sentido del humor, pero en realidad para nosotros todas las emociones son muy importantes.
El complejo de Cassandra describe cuando alguien cree conocer el futuro pero nadie le cree. ¿Vivimos hoy en día el futuro que imaginaron?
Sí, pero aún más catastrófico. Pensamos que la revolución del internet nos haría más libres, pero en realidad se ha convertido en un instrumento más de entretenimiento para mantener a la gente distraída de lo que verdaderamente importa. Obviamente las grandes corporaciones están detrás de todo esto. Lo peor de todo es que ahora nosotros mismos creamos los contenidos.
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