Bernd Jestram y Ronald Lippok, conformaron en 1996 a Tarwater y desde entonces han cultivado un halo de gran calidad en cuanto a la electrónica que crean y que los ha vinculado con las disqueras Morr Music, Mute y Kitty-yo -lo que ya es mucho decir-.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Ellos afirman que no hacen minimalismo, mientras que durate un tiempo la prensa consideró que hacían post-rock, aunque les queda más cómodo apuntar que se insertan en la indietrónica, y es que al final retuercen mucho la idea del pop.
Aunque Tarwater lleva 10 años sin sacar un álbum -aquel Adrift– que se antoja lejano, mientras tanto han colaborado con Iggy Pop, en una grabación de La canción de la bolsa para el mareo de Nick Cave -que incluye la voz de Tilda Swinton, una instalación inmersiva de Masha Qrella y en una pieza sonora a partir de The Cat Inside de William Burroughs.
El asunto es que el dueto berlinés está de vuelta con su décimo tercer álbum de estudio, un Nuts of Ay que demuestra que tienen las ideas muy claras, muchos criterio para elegir a sus invitados y los textos que habrían de conformar la obra -precisamente el nucleo conceptual de la entrega.
No es un asunto de menor importancia mencionar que “Everybody Had a Hard Year”, fue escrita, nada menos, que por John Lennon y que además también optaron por una de las últimas composiciones de Shane MacGowan (The Pogues), llamada “USA”.
Ronald Lippok y Bernd Jestram van agregando sintetizadores cuidadosamente, fragmentos jazzeros de sax y un flow vocal que remite al spoken word; no en vano musicalizan poemas de Derek Jarman(“All Nuns” y Millner Place (“Trapdoor Spider”).
Por si fuera poco, Carsten Nicolai, el hombre detrás de Alva Noto, aporta sus texturas en “On Waves And Years”, además de encargarse del arte de portada. Masha Qrella se sumó en “Down Comes the Goose” y Schneider TM aporta lo suyo en “Spirit of Flux”.
Aunque hay que mencionar que en Nuts of Ay también incluyen composiciones propias; ahí está “Hideous Kiss”, como parte de un collage sonoro que incluye glitches e instrumentos de viento por igual.
Ha valido la pena esperar una década por este regreso de Tarwater… hay inspiración y precisión, electrónica emocional que nos recuerda tanto a Von Südenfeld (el proyecto electrónico de Mark E. Smith de The Fall con Mouse On Mars) como a The Notwist e incluso el Bowie de su periodo berlinés.
Tarwater es electrónica para iniciados… fina y conmovedora; un exploración estética que combina experimentación con cultura pop; una expresión visionaria del Berlín del siglo XXI.
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