¿Has notado que, poco a poco, sigue aumentado tu recibo de la luz? No, no eres el único. Ni tampoco es algo exclusivo de tu compañía eléctrica. En los últimos meses los hogares españoles han experimentado un incremento sostenido en la factura de la luz. Algo que se ha acrecentado con el cambio de año.
Una subida que, como es evidente, genera preocupación entre los ciudadanos y con el temor a que vuelvan los altos precios de la electricidad que se dispararon a niveles nunca antes vistos entre 2022 y la primera parte de 2023. Sin embargo, hay una mala noticia: no se espera que, a corto plazo, los precios la electricidad bajen en España.
Este aumento no es casualidad, sino que es el resultado de varios factores que confluyen en un contexto económico y regulatorio complejo.
Adiós a la fiscalidad reducida
Uno de los principales factores detrás de la subida es el fin de la fiscalidad reducida que se aplicaba a la electricidad. Durante los últimos años, el Gobierno había establecido medidas como la reducción del IVA de la luz al 5% para aliviar la presión sobre los consumidores.
Sin embargo, a partir de 2025, estas medidas han sido eliminadas como parte de un esfuerzo por normalizar los ingresos fiscales del Estado. Esto significa que el IVA ha vuelto a subir al 21%, encareciendo automáticamente las facturas de electricidad.
Además, otros impuestos relacionados con la generación y distribución eléctrica han sido reactivados. Esto ha afectado especialmente a los hogares con consumos más altos y a las pequeñas empresas que dependen de una mayor intensidad energética.
Los precios del mercado mayorista no ayudan
Otro factor clave es la volatilidad del mercado mayorista de la electricidad, donde los precios se han mantenido elevados debido al coste de las materias primas como el gas. Aunque el precio del gas se ha estabilizado ligeramente en comparación con 2022, sigue siendo considerablemente alto, lo que repercute directamente en el coste de generación eléctrica.
La dependencia de España de fuentes no renovables para complementar la producción energética también juega un papel importante. A pesar del aumento en la capacidad instalada de energías renovables, aún no es suficiente para cubrir la demanda durante los picos de consumo, lo que obliga a recurrir a centrales de gas que tienen un coste elevado.
Impacto en el bolsillo de los consumidores
El encarecimiento de la electricidad tiene un impacto directo en los hogares españoles, donde la electricidad representa un gasto fijo importante. Según datos recientes, el coste medio mensual de la factura de luz en España ha aumentado un 15% en comparación con el año anterior, situándose en torno a los 80-90 euros por hogar.
Además, este incremento afecta a otros sectores, como la alimentación, ya que el aumento en los costes energéticos para las empresas se traslada al precio final de los productos. Por ejemplo, el transporte y la refrigeración de alimentos dependen en gran medida de la electricidad, lo que ha llevado a un encarecimiento del 12% en productos básicos como la leche y los huevos.
¿Qué medidas pueden tomar los consumidores?
Ante este panorama, los consumidores tienen pocas opciones inmediatas para reducir sus facturas. Sin embargo, algunas medidas pueden aliviar parcialmente el impacto. Optar por tarifas indexadas, que reflejen el coste real del mercado mayorista, puede ser beneficioso en momentos de baja demanda. Además, mejorar la eficiencia energética del hogar, como instalar iluminación LED o electrodomésticos de bajo consumo, puede generar ahorros significativos a largo plazo.
Por otro lado, es fundamental revisar el contrato eléctrico y considerar un cambio de comercializadora si existen ofertas más competitivas en el mercado libre. Aunque estas medidas no resolverán el problema de raíz, pueden minimizar el impacto económico.
¿Es tiempo es de apostar por las renovables?
Para reducir la volatilidad y el coste de la electricidad, España necesita avanzar en su transición energética. Esto implica incrementar la inversión en energías renovables y mejorar la capacidad de almacenamiento energético para reducir la dependencia de combustibles fósiles. También se requiere una reforma del mercado eléctrico que incentive un precio más justo para los consumidores finales.
Los expertos coinciden en que la electrificación de sectores como el transporte y la industria, combinada con una generación renovable sólida, es clave para garantizar precios estables en el futuro. Sin embargo, estos cambios requieren tiempo y una planificación a largo plazo.
Un futuro inmediato de subidas constantes
Aunque el Gobierno ha anunciado medidas para mitigar el impacto de la subida, como bonificaciones para los hogares más vulnerables, la realidad es que no se espera una bajada significativa de los precios en el corto plazo para nadie. La combinación de factores regulatorios, económicos y de mercado seguirá influyendo en el coste de la electricidad durante los próximos meses.
Mientras tanto, los consumidores deberán adaptarse a esta nueva realidad, buscando formas de optimizar su consumo y ajustando sus presupuestos para hacer frente a un gasto energético que, lamentablemente, parece haber llegado para quedarse. El Gobierno necesita más ingresos fiscales.
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La noticia
¡Sorpresa! La factura de la luz ha subido bastante. Y no va a bajar en el corto plazo
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Sergio Delgado
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