Desde hace varios años, el rock progresivo regresó con todo al gusto del público mexicano. Pero de entre todos los grandes exponentes contemporáneos que abundan hoy día, desconozco en que momento el culto hacia Soen creció tanto. De verlos en el Lunario hace algunos ayeres, a pasar al Pepsi Center hasta preparar un evento tan especial como el vivido en el Auditorio BB el pasado 8 de febrero, habla muy bien de esa reciprocidad de los suecos hacia su gente, la más apasionada y leal que pueda existir.
Es tan extraño pero a la vez, tan cómodo sentarse en la platea del recinto del Hipódromo Condesa aunque fue lo ideal para dejarse llevar por la promesa hecha en el cartel: una experiencia extrasensorial. Fue una velada para disfrutar en tranquilidad de la música, de los arreglos del ensamble de cuerdas y las coristas que les acompañaron, de la huella que dejan las luces en tus párpados. Muy bello.
Puntual a las 8 pm (¡benditos sean los que empiezan temprano sus conciertos!), aún sonaba el “Reckoner” de Radiohead cuando las luces apagaron y el ensamble de cuerdas subió al escenario, entre aclamaciones y chiflidos. Los gritos en la pista era de la gente más extasiada que haya escuchado.
“Un placer estar aquí en uno de mis lugares favoritos del mundo”: Así fue el concierto de Soen en el Auditorio BB
¿Qué esperar del show de un acto que no tardó ni un año en pisar escenarios nacionales? Reinvención y muchas emociones. La gira de Memorial seguía su paso y visitar México tan pronto ameritó que Soen se esforzara en ofrecer una experiencia distinta en compañía de estos violines y cellos, guiadas por la virtuosa voz de Joel Ekelöf.
Fue imponente que escuchar “Savia” de esa forma, cerrar los ojos durante “The Words” para dejarte fluir unos minutos, levantar las palmas en “Memorial” y dejarse maravillar por el arrebato de los fans al borde del llanto cuando Joel anunció que debutarían en vivo “Vitals”, parte de su último álbum. Ni que decir de escuchar el clásico “Snuff” de Slipknot, más melancólica de lo usual y el otro debutante en vivo, una visita al 2017 con “Paragon”.
Nada de esto habría funcionado de no ser por dos factores. El sonido fue muy limpio, lo cual permitió disfrutar cada elemento en el escenario. Pero lo más importante: no se abusó en ningún momento del ensamble. Cada intervención fue muy precisa, entre lo tenue y conmovedor hasta los graves agresivos, idónea para enaltecer ciertas secciones, como en “Lucidity y “Memorial”.
A medio show, Joel cedió la palabra al buen Martín López, orgulloso aporra cueros uruguayo para dedicarnos unas cuantas palabras. “Agradecimiento total del corazón, muchísimas gracias”. La emoción no faltó, como debía ser.
Para el final, Soen tomó un riesgo bastante atractivo al decidir interpretar una canción folclórica sueca (“old swedish weird music”, en palabras del cantante) para cerrar la noche de sorpresas antes de su gran e infaltable éxito, “Lotus”.
Muy bello escuchar “Quicksand” del Duque Blanco mientras la banda decía adiós de un concierto el cual espero, hayan grabado para lanzar después. ¡No se puede quedar solo en el recuerdo!
La pregunta ahora es: ¿esperarán hasta tener un nuevo álbum para volver? Sería lo más sano para todos, creo.
Setlist de Soen en el Auditorio BB
- Illusion
- Lunacy
- Savia
- Paragon
- Trials
- The Words
- Living Chords
- Modesty
- Memorial
- River
- Lucidity
- Snuff
- Vitals
- Hollowed
- Värmlands-visan
- Lotus
