3.5
Reviewer
Estamos acostumbrados a los héroes de acción de antaño, esos patea traseros que están dispuestos a matar a todos con tal de vencer al mal. Pero en Rebel Ridge, nuestro desinteresado y bonachón protagonista es víctima de algunos actos que generan una reacción en cadena donde se verá obligado a pasar a la acción. A través de un muy buen thriller, Netflix entrega uno de sus más destacados proyectos originales en el año.
De que trata Rebel Ridge
La historia sigue la pista de un ex marine (Aaron Pierre), un ciudadano afroamericano decente que viaja a un pequeño pueblo para pagar la fianza de su primo antes de llevarlo a prisión. Sin embargo, los problemas comienzan cuando la policía local decide confiscarle injustamente ese efectivo. Este pequeño acto desatará consecuencias funestas para ambas partes, destapando una cloaca de corrupción y malos hábitos que llevará a un encuentro entre el soldado y las autoridades.
Jeremy Saulnier regresa con su segundo largometraje para Netflix después de Hold The Dark (2018) y en su cuarto filme como director y guionista. Aquí, el estadounidense retoma ese espíritu de crear una tensión lentamente hasta hacerla detonar, algo que pasaba desde sus inicios con Cenizas del Pasado (2013) y, sobre todo, La Habitación Verde (2015). Sin embargo, aquí decide ahondar en temas de corte social como el mismo racismo, la corrupción policiaca y el abuso de poder en un sistema podrido como motor para que nuestro siempre justo protagonista ponga manos a la obra y detenga el problema.
Uno de los grandes aciertos de Saulnier es la elección de ese protagónico a manos de Aaron Pierre, actor británico que obtiene este papel después de llamar la atención en otros proyectos como actor de reparto. Su presencia y carisma, así como la actitud recta de su Terry Richmond recuerdan un poco al personaje creado por Lee Child, Jack Reacher. Gran parte de que el filme funcione es gracias a su gran papel, mismo que puede ser estoico, explosivo y cerebral, colocándolo como una verdadera revelación como héroe de acción.
A su vez, tenemos un antagonista en la piel de Don Johnson como el jefe de policía Sandy Burrne que, sin saberlo, se mete en camisa de once varas contra al meterse con Terry. Aunque no sale mucho tiempo del metraje, su figura sigue siendo la de un líder corrupto que no desea perder el poder que tiene al sacar provecho de las lagunas grises de los procesos legales de detenciones y confiscaciones. Este es uno de los temas que el guion de Saulnier abarca de forma interesante, lanzando un par de críticas al sistema de justicia y policial de los Estados Unidos.
También aparece en Rebel Ridge la actriz AnnaSophia Robb, que es la voz de la razón en un pueblo intimidado por la autoridad. Ella es una abogada con un problema personal que decide tenderle la mano a Terry para evitar que la situación con él escale, pero termina por involucrarse de más. Su papel da la intención dramática del thriller, siendo ella el ejemplo de la vulnerabilidad a la que todos están sometidos en el lugar, convirtiéndose en una de las motivaciones principales para nuestro héroe de tomar cartas en el asunto y romper por fin con todo ello.
Tal vez el pequeño dilema que enfrenta Rebel Ridge es la densa cuestión legal en la que se mete, misma que se junta con un ritmo bastante aletargado en un filme que tarda en detonar por completo. Curiosamente, este es el estilo del director y guionista, que en sus anteriores filmes sale mejor parado de esta cuestión. Sin embargo, al llegar la acción, la cinta no decepciona gracias a la buena dirección de los enfrentamientos mano a mano que involucran a Pierre, misma que se hace acompañar de una partitura bastante destacada.
Este enfoque también resulta interesante, pues se aleja justamente de las convenciones clásicas de las cintas de acción que en estos últimos años han buscado recuperar esa mitología de la inmortalidad de los héroes ochenteros como Stallone, Schwarzenegger o Willis. Aquí, es el drama similar al que se enfrenta John Rambo en su primera aparición, así como la vulnerabilidad mostrada en la inconveniente y violenta Nochebuena a la que se enfrenta el común y corriente John McClane en Duro de Matar, lo que alimentan el fuego de un individuo que se encuentra en el lugar equivocado en el momento menos indicado.
A pesar de esas largas conversaciones que buscan explotar más este realismo del tema detrás del filme y de una fotografía que transmite cierto sentido claustrofóbico por momentos, Rebel Ridge sobrevive gracias al carisma de su estrella principal, logrando mantener esa tensión en este thriller policial que marca un comentario social sobre problemas de corrupción, racismo y exceso de poder dentro de un sistema que parece olvidar a aquellos que viven bajo el yugo del mismo, recordándonos que a veces, meterse con la persona equivocada puede provocar que la justicia caiga sobre sus pies.
