Razones por las que tienes derecho a indemnización si tu empresa te despide por bajo rendimiento

despido trabajo

A no ser que tengamos otro puesto de trabajo ya apalabrado, a nadie le gusta que le echen de su empleo actual. Más si se nos acusa de bajo rendimiento por alguna razón, lo que se puede convertir en serio problema.

Seguro que muchos de vosotros ya sabéis de primera mano que normalmente hay dos tipos de despidos cuando perdemos nuestro empleo, el procedente y el improcedente. El primero de los comentados no nos permite beneficiarnos de determinadas ventajas como cobrar el paro o recibir nuestra indemnización. De ahí que si perdemos el puesto de trabajo por bajo rendimiento, o al menos nos acusan de ello, debemos tener en cuenta algunos aspectos para que se considere como improcedente.

En un principio, la empresa intentará, en muchos casos, acusarnos de bajo rendimiento en el puesto para así no tener que pagarnos la correspondiente indemnización a la que tenemos derecho. Esto es algo que se puede convertir en un serio inconveniente si llevamos muchos años en la misma compañía. Pero al mismo tiempo, debemos tener en consideración una serie de razones que podremos utilizar incluso los juzgados, para que ese despido se considere como improcedente. Todo ello ante la acusación de bajo rendimiento en nuestro puesto.

A continuación os vamos a mostrar las razones que podéis adelantar a la empresa en la situación que os comentamos para que tras el despido cobremos lo que nos corresponde. Asimismo, en el caso de que la compañía en la que trabajábamos hasta ahora no acepte esas afirmaciones, quizá nos veamos en la obligación de acudir a los tribunales, que lo más probable es que nos den la razón.

Qué alegar en un despido por bajo rendimiento

Al igual que sucede siempre que tengamos algún problema con la empresa en la que trabajamos en ese instante, lo primero que debemos mirar con detenimiento es nuestro contrato laboral. En muchas ocasiones lo firmamos sin tener en cuenta determinadas cláusulas que a la larga quizá nos resulten de extrema utilidad, como es el caso que nos ocupa.

firma contrato

Esto quiere decir que si en un momento determinado perdemos el trabajo bajo la acusación de tener un bajo rendimiento en el mismo, esto es lo que debemos alegar a la empresa antes de firmar nada.

  • El trabajo que llevamos a cabo no es cuantificable para alegar un bajo rendimiento.
  • El contrato carece de anexos que indiquen objetivos en un determinado período de tiempo.
  • En el contrato que firmamos no hay ninguna cláusula de rendimiento que la compañía pueda exigir.
  • No se han producido avisos ni sanciones previas por esa razón relacionada con el bajo rendimiento laboral.

Una vez nos hemos asegurado estos puntos, aunque la empresa nos quiera llevar a juicio, no puede alegar nada que no venga por escrito en el propio contrato laboral. Básicamente, esto quiere decir que tenemos todas las de ganar, ya que basándose en ese papel firmado, no pueden demostrar bajo ningún concepto nuestro supuesto bajo rendimiento.

Evidentemente, por regla general la empresa nos pondrá todas las trabas para declarar el despido como procedente y no pagarnos la indemnización. Pero si estas cláusulas mencionadas no existen en el contrato, en caso necesario lo mejor que podemos hacer es acudir a los tribunales.

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