La compañía americana Microsoft ha confirmado que el soporte oficial por parte de la empresa para las versiones Windows 10 finalizará el día 14 de octubre de 2025. Esto deja en paños menores a la inmensa mayoría de los usuarios que aún opera con este sistema operativo. Sin embargo… hay un par de excepciones de las que tal vez no estés enterado.
A pesar de que las principales versiones de Windows 10 son la versión «Pro» y la «Home», existen otras dos versiones no tan conocidas: Windows 10 Enterprise LTSC y Windows 10 IoT LTSC. Serán las supervivientes a la criba establecida por Microsoft, pues su periodo de vida útil en que recibirá actualizaciones de todo tipo se extenderá durante 7 años más.
¿Qué sabemos de estas versiones?
La versión Windows 10 Entrerprise LTSC (Long-Term Servicing Channel) tiene como público objetivo a aquellas empresas que necesitan una estabilidad duradera a largo plazo. Este entorno se encuentra configurado para no causar interrupciones durante los procesos operativos de dichas compañías. Sus actualizaciones no son tan frecuentes como las del resto de ediciones, y tan solo incluye en ellas las relativas a seguridad y correcciones de gran importancia. Además, no incluye algunas aplicaciones preinstaladas en el resto de versiones, como podría ser el caso de Microsoft Store. Su objetivo es evitar distracciones y reducir vulnerabilidades.
La otra alternativa (IoT, traducido como «Internet de las cosas») está más enfocada para dispositivos inteligentes. Su diseño incluye soporte para arquitecturas de software específicas y permite una personalización más amplia del sistema operativo. También prioriza la estabilidad por encima de las actualizaciones. Su operatividad la podemos encontrar en sistemas como robots industriales o aparatos médicos. Como podrás entender, las actualizaciones deben ser las indispensables para su funcionamiento, pues se debería priorizar su uso.
La importancia de ambas versiones tiene su origen en que basan su actividad en cuestiones donde no se debería interrumpir operaciones de vital importancia. Podemos encontrar ambas versiones en los equipos médicos de las instalaciones hospitalarias, en fábricas que necesitan sistemas de control estables y mantengan un nivel óptimo de producción, o en servicios e infraestructuras públicas donde los errores en el sistema pueden tener consecuencias de profundo calado (imagina que falla un sistema de semáforos inteligente o una red de transporte público)
Implicaciones del mantenimiento de estos sistemas
Es cierto que Microsoft seguirá ofreciendo el soporte para ambas versiones, pero esto no será a cambio de nada:
Dicho soporte extendido no será gratuito para los usuarios que lo posean. Requerirá de costes adicionales que las empresas deberán enfrentar con nuevos desembolsos. Además, las aplicaciones de las que hacen uso estos sistemas podrían no ser compatibles con Windows 11, lo que, sin duda, retrasará la transición al nuevo sistema operativo cuando llegue el momento.
Para evitar cualquier tipo de problemas el día que el soporte finalice, poseas la versión que poseas, es aconsejable que te asegures de que todo tu hardware cumpla con los requisitos que pida Windows 11 para su correcto funcionamiento, y si es preciso, busques alternativas como Linux, que ofrecen una experiencia gratuita en contraposición con la de Microsoft. Para aquellas empresas que posean las versiones que hemos especificado, la situación idónea sería la de migrar de forma progresiva y adelantarse a cualquier escenario en que también se quede sin el soporte necesario para su actividad.
Al fin y al cabo, el soporte extendido es un parche temporal que evita consecuencias a corto plazo, pero antes o después, cada persona o institución deberá elegir un camino que tomar, sea dentro o fuera de Windows.