Bitcoin ha avanzado mucho en los últimos 15 años, pero quizás recién esté dando sus primeros pasos.
El inversor es un soñador con los pies en la tierra. Cree en el mañana, pero también analiza el hoy. Es como un viajero del tiempo que constantemente mira hacia atrás para entender el presente y proyectar el futuro.
Cuando hablamos de Bitcoin, esta dinámica se vuelve aún más interesante. ¿Está subvalorado, sobrevalorado o en su justo precio? La respuesta no está en una simple fórmula matemática, sino en la capacidad de visualizar el futuro.
Imagina el mundo como un pastel que crece cada día. Mientras más grande sea el pastel, más grande será nuestra porción. Bitcoin, en este escenario, es una rebanada de ese pastel que puede crecer exponencialmente con el tiempo.