Mucho se ha hablado a lo largo de las últimas décadas de todo aquello relacionado con el bullying o el acoso en general, y no solo entre menores. Y ahora la tecnología ha dado paso a nuevas vías para llevar a cabo este tipo de tareas tan peligrosas por parte de algunos.
En concreto, nos referimos a todo el mundo digital online que nos propone Internet a través de múltiples aplicaciones y plataformas. No hace falta decir que la mayoría de estas nos la oportunidad de mantenernos en contacto, ya sea de manera pública o privada, con otros internautas de todo el mundo. En la mayoría de las ocasiones esto se usa con fines beneficiosos y útiles, pero desafortunadamente no siempre es así.
En ocasiones nos encontramos con un uso indebido de las tecnologías y de Internet para hacer daño a los demás, como sucede en el caso que os vamos a contar ahora. Y es que es precisamente ahí donde entra en juego el término denominado como stalking que os vamos a definir a continuación para que os hagáis una idea de lo que es. En muchas ocasiones ya os hemos hablado del uso malintencionado del mundo online para intentar estafarnos de diferentes maneras.
Pero ahora os vamos a comentar otra metodología que puede ser igualmente perjudicial para millones. En realidad os hablamos de un nuevo tipo de acoso digital que se lleva a cabo a través de Internet y que recibe el nombre de stalking. Cierto es que en ocasiones es un poco complicado de detectar, pero seguro que las víctimas se dan cuenta mucho antes, algo que incluso se debe poner en manos de las autoridades.
Así detectamos el stalking, el acoso digital
Y es que cada vez es más frecuente que muchos internautas sufran algún tipo de acoso obsesivo por parte de terceros. Hay diferentes comportamientos que definen el stalking, como por ejemplo diversas conductas repetitivas e intrusivas por parte de otras personas.
Las intenciones de este acoso son bastante evidentes, entre las que podemos destacar el control, la intimidación y el intentar atemorizar a las víctimas, todo ello por diferentes vías de Internet. Es más, debemos estar atentos porque en ocasiones este tipo de acoso digital empieza de manera inocente y poco a poco se va agravando.
Cabe mencionar que el stalking se puede dar a través de nuestras redes sociales, aplicaciones de mensajería, correo electrónico, mensajes al teléfono móvil y vías similares. Lo que en un principio podría empezar como un contacto inocente, poco a poco se va convirtiendo en mensajes constantes, controladores, reiterativos, molestos, e incluso llegando a ser amenazantes.
Evita ser víctima de estos abusos
Antes de que las cosas vayan a peor, es algo que deberíamos poner en conocimiento de las autoridades pertinentes: Policía Nacional o Guardia Civil. De ahí que nunca debemos enfrentarnos a los acosadores. Es preferible que guardemos las pruebas para que más adelante se las podamos presentar a las fuerzas del orden.
Con el fin de evitar en la medida de lo posible convertirnos en víctimas del stalking, lo primero que debemos hacer es tener mucho cuidado con los datos privados y personales que compartimos online. Además, es fundamental configurar las plataformas y aplicaciones que utilizamos en el mundo virtual para proteger al máximo nuestra seguridad y privacidad.
Asimismo, si tenemos menores a nuestro cargo, siempre será recomendable vigilar sus movimientos en este tipo de plataformas para así evitar que se conviertan en víctimas de este tipo de acoso.