El modelo de pago sin efectivo ha ganado terreno en los festivales de música en México, convirtiéndose en el único método permitido para la compra de alimentos, bebidas y mercancía dentro de los recintos. Sin embargo, esta práctica no ha estado exenta de controversia, ya que el dinero no gastado por los asistentes muchas veces queda atrapado en procesos de reembolso poco claros o sujetos a comisiones adicionales. Ante esta situación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha iniciado conversaciones con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) para evaluar medidas que garanticen la devolución de los saldos remanentes y revisen la legalidad de imponer un sistema de pago exclusivo en eventos masivos.
El titular de Profeco, Iván Escalante, ha señalado que, aunque actualmente no existe una legislación específica que regule el uso de estas pulseras electrónicas, el hecho de que los asistentes deban pagar por obtenerlas y luego recargar fondos en ellas configura una relación comercial que debe estar sujeta a mecanismos de protección al consumidor. Uno de los puntos críticos que se discutirán en la reunión entre Profeco y Condusef es la imposición de cargos adicionales por la devolución del dinero no utilizado. Actualmente, algunos festivales aplican tarifas que van desde los 20 hasta los 30 pesos por la solicitud de reembolso, lo que en algunos casos disuade a los asistentes de recuperar su propio saldo.
Además, la obligatoriedad de este sistema de pago podría contravenir la Ley Federal de Protección al Consumidor, la cual establece que los establecimientos deben aceptar efectivo hasta cierto monto. Al restringir esta opción y forzar a los asistentes a utilizar un monedero digital exclusivo del evento, se podría estar vulnerando su derecho a elegir el método de pago más conveniente.
Otro aspecto que ha generado descontento es el corto plazo que algunos festivales otorgan para solicitar la devolución del saldo restante. En muchos casos, los asistentes tienen apenas unos días después del evento para completar el proceso, lo que ha derivado en que numerosos consumidores pierdan el dinero que no lograron gastar. Este tipo de restricciones y condiciones poco transparentes han despertado críticas sobre la falta de regulación en la implementación de estos sistemas.
La próxima reunión entre Profeco y Condusef tiene como objetivo sentar las bases para una normatividad más clara, que proteja a los consumidores y establezca condiciones equitativas en el uso de tecnología cashless dentro de los festivales de música.
Profeco va a regular el uso de las pulseras cashless en los festivales de música
El modelo de pago sin efectivo ha ganado terreno en los festivales de música en México, convirtiéndose en el único método permitido para la compra de alimentos, bebidas y mercancía dentro de los recintos. Sin embargo, esta práctica no ha estado exenta de controversia, ya que el dinero no gastado por los asistentes muchas veces queda atrapado en procesos de reembolso poco claros o sujetos a comisiones adicionales. Ante esta situación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha iniciado conversaciones con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) para evaluar medidas que garanticen la devolución de los saldos remanentes y revisen la legalidad de imponer un sistema de pago exclusivo en eventos masivos.
El titular de Profeco, Iván Escalante, ha señalado que, aunque actualmente no existe una legislación específica que regule el uso de estas pulseras electrónicas, el hecho de que los asistentes deban pagar por obtenerlas y luego recargar fondos en ellas configura una relación comercial que debe estar sujeta a mecanismos de protección al consumidor. Uno de los puntos críticos que se discutirán en la reunión entre Profeco y Condusef es la imposición de cargos adicionales por la devolución del dinero no utilizado. Actualmente, algunos festivales aplican tarifas que van desde los 20 hasta los 30 pesos por la solicitud de reembolso, lo que en algunos casos disuade a los asistentes de recuperar su propio saldo.
Además, la obligatoriedad de este sistema de pago podría contravenir la Ley Federal de Protección al Consumidor, la cual establece que los establecimientos deben aceptar efectivo hasta cierto monto. Al restringir esta opción y forzar a los asistentes a utilizar un monedero digital exclusivo del evento, se podría estar vulnerando su derecho a elegir el método de pago más conveniente.
Otro aspecto que ha generado descontento es el corto plazo que algunos festivales otorgan para solicitar la devolución del saldo restante. En muchos casos, los asistentes tienen apenas unos días después del evento para completar el proceso, lo que ha derivado en que numerosos consumidores pierdan el dinero que no lograron gastar. Este tipo de restricciones y condiciones poco transparentes han despertado críticas sobre la falta de regulación en la implementación de estos sistemas.
La próxima reunión entre Profeco y Condusef tiene como objetivo sentar las bases para una normatividad más clara, que proteja a los consumidores y establezca condiciones equitativas en el uso de tecnología cashless dentro de los festivales de música.