Por qué no me fío de la nube para mis copias de seguridad y sigo apostando por dispositivos físicos

A estas alturas de 2025, los servicios en nube parecen ser la opción más universal a la hora de archivar nuestros documentos, fotos e incluso para nuestras copias de seguridad. Pero llegado el momento, es necesario preguntarse… ¿Es el método más seguro para guardar nuestra información? Es cierto que, sin duda, puede ser la opción más cómoda. Pero cuando hablamos de seguridad, existe un duro competidor al que parece no haber superado todavía.

Ayer mismo, AWS sufrió una caída a nivel mundial. Lo que suspendió servidores y plataformas de pago por todo el mundo. Además, siempre hemos de tener en cuenta los hackeos masivos y cualquier cambio en condiciones de servicios que han ocurrido -y pueden ocurrir- en algún momento.

De ahí la inestimable importancia de tener un plan «B». O más bien, que este «B» se convierta en «A». Una copia manual dentro de una memoria USB puede parecer algo de principios de los 2000. Pero parándonos a analizarlo un poco en profundidad, no hay nada que iguale el control que tenemos de nuestros archivos como en los dispositivos físicos. Así que la pregunta es… ¿Merece la pena seguir apostando por la nube para nuestros datos más importantes?

Por qué todavía no puedes fiarte al 100% de un servicio en nube

Ciertamente, los servicios en la nube poseen una ventaja cualitativa y cuantitativa. Cualitativa porque puedes acceder desde cualquier lugar, y cuantitativa porque está optimizado para trabajar con la carga y descarga de nuestros archivos con rapidez. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Una nube depende de un servidor que, por muy seguro que sea, puede sufrir una caída masiva (por ejemplo, ayer día 20, la caída de AWS).

Google Drive
Nube de Google Drive. Foto: Softzone.

Pero no solo eso. También puede exponernos a ataques informáticos, pérdida de la información o incluso errores de sincronización. Peor aún si olvidamos nuestra contraseña y no hay manera de recuperarla. Además, los proveedores de dichas nubes, como Google, Amazon, Microsoft o cualquiera de segunda línea, puede cambiar los precios, las políticas de uso o incluso, en casos extremos, desaparecer. Por lo que esta opción, pese a su comodidad y a sus muchos pros, también nos ha demostrado que en los últimos años no es 100% segura.

Los puntos fuertes de una copia física

En el otro extremo de la balanza tenemos las copias manuales. O así llamamos a las copias de nuestros archivos que ubicamos en discos duros externos, USB, tarjetas SD o SSD. Siendo justos con este sistema más tradicional, la realidad es que nos permite tener un control total sobre la información más valiosa.

Estos dispositivos -contando con que estén debidamente guardados y cuidados- provocan que no debamos depender de una tercera parte (servicios online) para acceder a nuestros archivos. Es más, incluso ante ransomware, malware, fallos del sistema o cortes en internet, solo tienes que conectar el dispositivo correspondiente a tu PC para tener todo a tu alcance.

pendrive usb
Memorias físicas para albergar nuestros documentos de manera segura. Foto: Softzone.

No hay suscripciones ni pagos por sorpresa. Así como tampoco límites impuestos por empresas externas. Eres tú quien decide cómo se guardan los archivos y dónde hacerlo. Es más, a la hora de trabajar con soportes personales físicos, podemos guardar datos sensibles que en una nube podría correr cierto peligro. Desde fotos personales hasta fotos de documentos confidenciales o proyectos personales. Lo que nos asegura por completo nuestra privacidad y seguridad.

La nube es práctica, optimizada y rápida, pero para los documentos realmente importantes, la copia física sigue siendo una verdadera caja fuerte. Literalmente.