Directo de Japón llegó Oi Skall Mates a la Ciudad de México para armar una tremenda fiesta donde bailó hasta el más tieso.
La noche del sábado se llenó de puro ska sabrosón, del que pone a las masas a moverse de un lado a otro y sacar los prohibidos, pues se presentó Oi Skall Mates en la CDMX y puso a gozar a todos los reunidos en el Foro Veintiocho, que primero tuvo la participación de Travelers All Stars para calentar motores a una velada que fue inolvidable, especialmente por la parte musical, porque en cuestión de logística nos brincaron unas cosas que no están muy chidas por parte del recinto. Pero vamos por partes, como siempre.
Travelers all stars: el rocksteady gordo llegó a CDMX
El rocksteady gordo (como ellos mismos le llaman) llegó al entarimado para que todos los presentes se dejaran llevar por el ritmo plasmado de reggae, los sonidos del órgano y los bajos que marcaban la cadencia en la cadera de las personas.
La mayoría de los temas que interpretaron no tienen letra, por ello le fue más sencillo a la gente menearse de un lado a otro, sacar el paso con brinquito y seguir la música con las palmas. En la tarima, lo integrantes disfrutaban de cada paso de sus manos por las cuerdas, sin obviar que el bataco le metía sabroso al bombo y platillo para cuando era necesario hacer notar el cambio de velocidad o intensidad, según lo que la canción requiriera.
Si bien alguno podrá decir que faltó la plantita alegre para darle las tres y dejarse ir con la cadencia musical, pero siendo sinceros, no era realmente necesario, el flow que traen los Travelers All Stars es más que suficiente para que todos los presentes fueran felices, bailarán y les gritaran que los aman. Bastante chulo el momento, algo muy relax para calentar el cuerpo con lo que iba a seguir en el concierto.
Oi Skall Mates: Bailazo nipón al estilo de las cavernas
Si algo se sabe que comparten los mexicanos con Japón, es el amor por la lucha libre, y obvio los integrantes de Oí Skall Mates no iban a dejar pasar la oportunidad de rendir una especie de homenaje como lo hicieron en su visita del 2018 durante el Non Stop Ska! Festival, eso o quizá simplemente era el vestuario que traían para la noche, pero que chulada ver a todos con indumentaria al mero estilo del Cavernario Galindo. ¡Pura elegancia del pancracio, papá!
Desde que se fueron acomodando en la tarima, los cánticos del público coreando el nombre de la banda no cesaron hasta que sonó el trombón para dar inicio a “Nishiogi Tokyo” como tema de arranque, el griterío apareció para dar inicio a un fiestón loco de baile y slam que duro cerca de 60 minutos. Así es, rapidito pero no por eso menos disfrutable.
No importaba la corriente, desde aquellos elegantes con traje, corbata y sombrero, hasta los más trves del metal con chalequito y parches del Lvzbel, todos sacaron los mejores pasos, recordando las épocas de secundaria, prepa o donde les haya alcanzado el ska en su vida. Incluso se armó un pequeño y muy justito círculo de slam (lo que apenas si permite la arquitectura interna del recinto) que por momentos hacía olvidar al público que ya pasaban de los 30 años de edad y las rodillas no duelen.
Todos y cada uno de los 20 temas que tocó Oi Skall Mates fueron bailados o coreados, dependiendo si llevaban o no letra, y como para la música no hay edades, varios menores de edad lo gozaron como no pueden imaginar, igual no entendían lo que decía el vocalista, porque si uno de adulto no le agarraba a su inglés, menos unos morrillos, pero si captaron y se emocionaron con el sonido de los metales y claro, cuando dijeron “Arigato, Ciudad de México”.
No hubo tiempo para parar, rola tras rola sonó y todos en el lugar bailaron, público y artista, tremenda comunión que obvio hizo olvidar cualquier mal trago en el día o incluso de la semana. Hermoso círculo de paz y baile, de hermandad, de hacer amistades efímeras al ritmo de “nombre de canción”, tema con el que Oi Skall Mates se fue al encore para tomar agua, darse un respiro y regresar para aventar avioncitos de papel al público y echarse una última canción para beneplácito del respetable que, como lo hizo todo el tiempo, no dejó de vitorear a la banda nipona y bailar con “Never Die”.
Una espantosa equis para el recinto donde se presentó Oi Skall Mates
El Foro Veintiocho es de esos lugares que no sabes porqué existe, ni cómo consiguió los permisos para pasar de una tipo plaza comercial a tener el espacio para realizar eventos de música, siendo que cuenta con 6 pilares que impiden la visibilidad completa a la banda si no te lograste colocar en medio. Muy parecido al extinto Salón 21. Y aunque el escenario tiene una buena altura para que se vean los artistas, la neta no es suficiente.
Otro tache es que en la semana postearon las redes del lugar que habría venta de boletos en taquilla, que aunque se habían agotado las entradas en físico, el día del evento contarían con más y esto no fue cumplido. Muchos llegaron buscando su ticket y se quedaron con las ganas, ya que los boletos físicos nuevamente volaron ¡pero hey! podías comprar vía digital, aún quedaban 40. Algunos si aplicaron el tarjetazo desde su celular en la página web, pero la mayoría llevaba su dinero en efectivo que se quedó guardado en la cartera como las ilusiones de ver a Oi Skall Mates en vivo. Ya cerca de comenzar el evento y viendo que se iban los clientes por no tener boleto físico, aplicaron la de cobrar y llevar a los compradores hasta la puerta para decirle a los de la entrada que pagaron su boleto en el instante y les dejaran pasar.
Punto en contra también para la seguridad que contrataron, no les queda otra palabra que nefasta e ineficiente. Había indicación que no podrían acceder al recinto aquellas personas que trajeran playeras de equipos de fútbol u otro deporte, y aplicaba para chamarras y sudaderas, más no para gorras. Y claramente esto lo entendemos por los problemas que han existido en otros eventos (cof, cof Attaque 77, cof cof), pero la realidad con Oi Skall Mates es otra, acá no hay barristas del Ame o los Pumas, cómo que la música en otro idioma complica la agresión entre ellos (y traté de decir esto sin leerme lo más clasista posible). La cosa es que igual se les fueron varios que portaban su jersey del Chelsea, el Real Madrid, los Bulls de Chicago y hasta los Bruins, y aquí es donde preguntamos ¿No que nada pasaba si traía logo referente al fútbol u otro deporte?
A nosotros nos tocó el impedimento de acceder con una chamarra de la Selección Mexicana, y aunque se guardó en la mochila (beneficio de poder entrar con lo que carga tu equipo de trabajo), nos aplicaron la “Si veo tu chamarra guardada te voy a negar el acceso, la dejas en paquetería o no pasas”. Nuevamente entendemos la situación más no las formas, una cosa es decirlo amablemente y otra que te hablen de forma prepotente y como si fueras un delincuente, que por cierto así te revisaban al ingresar, como si se tratara de la visita en Santa Martha o el Reclu Norte, y especialmente con las mujeres, les hacían sacar todo de la cartera, no vaya ser que le avienten el de $500 a otra persona.