Nadya Tolokonnikova de Pussy Riot nos recuerda que el punk no ha muerto

La línea entre artista y criminal es bastante delgada en Rusia, y para muestra tenemos a la banda y colectivo Pussy Riot, cuya cara más reconocible mediáticamente es Nadya Tolokonnikova. Para muestra, el año pasado se colocó como una de las más buscadas dentro de la lista de criminales más buscados de Rusia.

Y es que hay que recordar, que todo comenzó en 2012, cuando Tolokonnikova y demás miembros del colectivo Pussy Riot organizaron un performance en la catedral de Moscú que llevó por nombre, Prunk Prayer (oración punk), en el cual le pedían a la Virgen María que desapareciera al presidente Vladimir Putin del mapa. A razón de esta protesta, tanto ella como otras dos personas fueron procesadas por “vandalismo fundamentado en el odio a la religión”, por lo que tuvo que pagar una condena de dos años en Siberia.

Todos sabemos que las cárceles rusas, sobre todo las ubicadas en Siberia, son las peores, la simple zona tiene fama de ser sumamente difícil para vivir. Nadya recordó en una entrevista para la Tercera sus dos años encerrada: “Es muy diferente una prisión de otra. Cuando se trata de estar en una colonia, para mí fue todo como trabajo de esclavos, porque las mujeres a mi alrededor tenían que trabajar durante 16 horas al día, sin días libres, y los equipos eran muy antiguos. Todo estaba rodeado de guardias, y las prisioneras tenían que comer comida podrida con un olor terrible y no había comunicación con el exterior. Si tenías SIDA, por ejemplo, a veces te decían ‘oh, no tenemos terapia por el momento, tenemos para los oficiales, pero no para los pacientes’”. 

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Pussy Riot Siberia, la nueva faceta de Nadya

Ahora, las cosas han cambiado para la artista rusa que ahora se dedica a defender los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+. Como parte de su agenda, actualmente tiene una muestra de arte en la galería Honor Fraser de Los Ángeles que lleva por nombre “El punk no está muerto”, que incluirá una actuación con su nueva banda, Pussy Riot Siberia -haciendo referencia a la región en donde estuvo encarcelada- que incluyó a los músicos Max Lawton y Riley Bray (todos bien encapuchados).

Sin duda, al ver sus acciones, podríamos catalogarlas en la cultura punk, pero Nadya comentó a Spin que va más allá de los estoperoles o los peinados de picos: “Veo el punk como una cultura de hacer preguntas incómodas. Eso no es ningún estilo particular de música o ropa. Para mí es más grande. Es más, como un modo de pensar”.

Al ser una nueva etapa, Pussy Riot Siberia cuenta con una nueva estética, ahora usando medias de red y zapatos de plataforma, blandiendo un látigo en el escenario. Todo esto para dar un mensaje más claro con el material de 2022, Matrarchy Now.

“No soy una cantante profesional, así que estaba muy cohibida. Después de improvisar y ensayar con Siberia, me di cuenta de que puedo hacer mucho más de lo que pensaba. Y no necesito necesariamente una pista de acompañamiento. Aun así, podría sonar muy impresionante y fuerte. Con Siberia, sonamos diferentes según nuestro estado de ánimo y nuestra interacción y todo se trata de improvisación en tiempo real”.

Dentro de esta muestra, podemos encontrar una pieza llamada “Putin’s Ashes”, con letras cantadas en ruso y traducidas como: “Te encontraremos en todas partes / Tus cenizas arden en la oscuridad”. Esta pieza tiene su origen en el video del 2023, creado junto a Bray como directora de fotografía.

Parte de esta muestra también incluye una pieza musical interpretada bajo el título “Intermezzo: Punk-Prayer”, que nos recuerda a los orígenes del colectivo hace más de una década. Además, entre las obras visuales de Tolokonnikova tenemos escudos de la policía rusa intervenidos con diversos mensajes, dibujos del símbolo de anarquía y flores.

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