En las sociedades occidentales, las mujeres jóvenes están dejando atrás a los hombres en lo que se refiere a educación y trabajo. Un hecho que medios como el Financial Times consideran que podría tener repercusiones a nivel económico y social, entre otros ámbitos.
Según datos de la Unesco, las mujeres llevan varias décadas superando a los hombres jóvenes en educación y ya hay una proporción notablemente superior de graduadas universitarias. Una dinámica que está moldeando nuevas sociedades, donde los sueldos y los puestos directivos empiezan a cambiar de manos a toda velocidad.
Reducir la brecha de género
Desde siempre, se ha considerado que esta tendencia ayudaría a reducir la brecha laboral entre sexos y a promover la igualdad de género (tradicionalmente, los hombres han tenido mucha ventaja en el terreno laboral); sin embargo, parece que la situación está por caer en la dirección opuesta.
Así, en el Reino Unido, es más probable trabajar siendo mujer que hombre ya y, en EEUU, la tendencia apunta en la misma dirección, pese a no haberse producido esta inversión todavía. Además, los ingresos medios también son superiores para el sexo femenino, principalmente, vinculados a la educación superior que da acceso a trabajos mejor remunerados.
Los datos del Financial Times (Young women are starting to leave men behind) son claros y rompedores: ¿quién hace el mayor trabajo en la universidad, en casa y en la obtención de mayores ingresos? Si contestamos «las mujeres», cada vez tenemos más papeletas para acertar en muchos países occidentales.
Sin rumbo
La proporción de hombres jóvenes que no estudian ni trabajan (ni buscan empleo) en Reino Unido, Francia o España sigue creciendo y creciendo. Y si te lo estás preguntando, tampoco se encargan de cuidar la casa o de tareas tradicionalmente propias del otro sexo durante el siglo XX. Es más, se ha percibido una correlación directa en estos hombres con problemas de salud a largo plazo.
Esta divergencia, donde las mujeres jóvenes avanzan y los hombres se estacan, puede estar teniendo ya implicaciones a múltiples niveles. En España, según datos de 2023, un 58 % de las mujeres contaban con un título superior frente a un 46 % de los hombres en las mismas franjas de edad.
Todo ello, no resta importancia a ciertas desigualdades todavía presentes en forma de brechas y desafíos por vencer, como la segregación por sectores laborales (donde las mujeres siguen subrepresentadas en campos como la ingeniería y la tecnología), la brecha salarial (buenas noticias: en España, en 10 años se ha reducido de un 18,7 a un 8,7 %), la carga de cuidados en casa o la participación en roles de liderazgo.
No obstante, los problemas subyacentes son igual de peliagudos. Entre ellos, destaca la desconexión de muchos hombres jóvenes, que presentan tasas más altas de abandono escolar (pudiendo generar nuevas dinámicas de desigualdad), problemas vinculados con la creación de nuevas relaciones de pareja, que no encuentran contraparte masculina a menudo, ni a nivel socioeconómico ni cultural, y el preocupante apoyo masculino a opciones políticas directamente populistas, cuya base de votantes se encuentra entre los hombres jóvenes que no tienen trabajo ni título universitario.
La prensa europea considera que es más probable que se produzcan disturbios violentos cuando un grupo de hombres jóvenes deja de tener interés en la sociedad y en su futuro. Por descontado, no se trata de dejar el marcador a cero, como señalaba el periodista John Burn-Murdoch para Financial Times, pero es un desafío esencial de cara a las próximas décadas.
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La noticia
Menos educación, más paro y peores sueldos: los hombres jóvenes del primer mundo cada vez se quedan más atrás que las mujeres
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Javier Ruiz
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