Maggots y kawaii en CdMx: Slipknot y Babymetal ofrecen show inolvidable 

Fotografías: Johanna Malcher

La noche del 9 de noviembre de 2024 quedará en la memoria de miles de fanáticos que se reunieron en el Parque Bicentenario de Ciudad de México para presenciar un espectáculo marcado por la nostalgia, el poder del metal y la fusión de culturas. Slipknot, la banda icónica de Iowa, celebró el 25 aniversario de su álbum debut, Slipknot (1999), interpretando en su totalidad un disco que marcó una era en el metal y que los consolidó como figuras esenciales del nu metal y el metal extremo.

Con más de 30,000 asistentes, esta presentación organizada por la promotora mexicana Music Vibe no sólo fue un viaje al pasado para recordar sus inicios con esos icónicos overoles naranja, sino también un tributo a la comunidad de fans mexicanos, quienes han apoyado incondicionalmente a la banda desde sus primeros años.

Inicios de una noche memorable: Orbit Culture

La apertura del evento estuvo a cargo de Orbit Culture, una joven banda sueca de death metal melódico que ha ganado popularidad en los últimos años por su sonido potente y dinámico. Los suecos comenzaron su set alrededor de las 7 p.m., encendiendo el ambiente con temas como «Descent» y «Strangler». La energía y brutalidad de su estilo atraparon a la audiencia, aunque la presentación no estuvo exenta de momentos complicados; la banda tuvo que detener su actuación en un par de ocasiones debido a problemas de seguridad en la zona de General A, donde la euforia de los fans resultó en algunos empujones y personas atrapadas contra la valla de seguridad, lo que provocó que no interrumpieran por completo «While We Serve», uno de sus temas más populares.

Pese a estos incidentes, Orbit Culture dejó una buena impresión entre los asistentes. La audiencia mexicana coreó y se dejó llevar por temas como «Carvings» y «From the Inside, entre otros» generando una atmósfera llena de fuerza y anticipación para los actos por venir.

El fenómeno del kawaii metal: Babymetal en escena

Con el Parque Bicentenario ya casi repleto, llegó el turno de Babymetal, el trío japonés integrado por la líder Su-metal y sus acompañantes Moa-metal y Momo-metal que ha conquistado al mundo con su inusual mezcla de metal y elementos del j-pop. A las 8:15 p.m., las integrantes de Babymetal aparecieron en el escenario ataviadas con unos elegantes trajes negros cuyo matiz cambiaba dependiendo de la luz, desatando la curiosidad de los presentes. ¿Cómo reaccionaría el público metalero mexicano ante el estilo kawaii metal? La respuesta fue inmediata: desde los primeros acordes, los fans respondieron con entusiasmo, transformando la atmósfera en una mezcla de brutalidad y dulzura.

Babymetal supo cómo ganarse a los asistentes desde el inicio, llamándolos a unirse al «pit» y logrando una conexión especial con canciones como «Megitsune,» que hizo vibrar literalmente el suelo del Parque Bicentenario, y «KARATE,» donde la audiencia iluminó el recinto con sus celulares, creando un efecto visual impresionante. A lo largo de su actuación, la banda demostró que su combinación de coreografías sincronizadas y riffs pesados (cortesía de su virtuosa banda de apoyo) no es sólo una curiosidad, sino una muestra del alcance global del metal en sus distintas formas. No obstante, algunos fans from hell, mejor conocidos como Mosh’sh Mates, han expresado en redes sociales que el público mexicano no interactuó lo suficiente con la banda, temiendo que no regresen al país.

Slipknot: Un tributo al pasado y una conexión con el presente

El reloj marcaba las 10 p.m. cuando, finalmente, Slipknot apareció en el escenario, desatando una explosión de euforia entre los «maggots» (como se les conoce a sus fanáticos) que habían esperado pacientemente. La banda comenzó con «Sic,» el tema que abre su álbum debut, y que, después de 25 años, sigue siendo un himno de brutalidad y catarsis. Corey Taylor, el carismático y a la vez inquietante líder de Slipknot, portaba aquella vieja máscara con rastas de sus primeros años, pero esta vez aún más terrorífica, con unos ojos que en la oscuridad se tornaban de un rojo sangre que daba escalofríos. El terror pronto se esfumó cunado saludó a la audiencia en español, agradeciendo la lealtad de los fans mexicanos y expresando su emoción de estar de vuelta en el país.

Durante el show, Taylor fue un verdadero maestro de ceremonias, alternando entre canciones y momentos de interacción con el público. “¿Están listos? ¡Ahora canten conmigo!”, exclamó al introducir «Wait and Bleed,» uno de los temas más icónicos de la banda, el cual provocó una ovación ensordecedora. Slipknot continuó repasando el álbum completo, tocando temas como «Me Inside,» «Liberate,» y «Purity,» cada uno de ellos resonando con fuerza en los altavoces y despertando recuerdos de la época en que el nu metal dominaba el mundo.

Uno de los puntos más emotivos de la noche llegó cuando Taylor se dirigió a los fans en un tono más personal: “Desde el fondo de nuestro corazón, los amamos, México,» dijo en inglés antes de prometer que, en su próxima visita, hablará un español más fluido. Estas palabras reafirmaron el vínculo especial entre Slipknot y su audiencia mexicana, quienes no dejaron de corear el nombre de la banda y de Taylor durante todo el espectáculo.

Además de la intensidad de la música, el show estuvo acompañado de una producción visual impresionante: pantallas gigantes proyectaron imágenes a detalle de la banda, mientras que luces estroboscópicas y efectos de humo añadían un toque de dramatismo a cada canción. Esta combinación de elementos visuales y sonoros hizo que el espectáculo fuera una experiencia inmersiva para todos los presentes, que pudieron apreciar cada detalle de la ejecución precisa y pesada de los músicos.

El concierto culminó con una tríada de canciones explosivas: «Spit It Out,» «Scissors,» y «Surfacing,» que desataron la catarsis final en la audiencia. Al cerrar el show, Corey Taylor levantó el puño y agradeció a todos por una noche que, según sus palabras, fue inolvidable para la banda. En ese momento, el Parque Bicentenario vibraba no solo por el eco de las guitarras y la percusión, sino por el recuerdo de un álbum que, a 25 años de su lanzamiento, sigue siendo tan relevante como en 1999.

La presentación de Slipknot en México fue un recordatorio del impacto cultural que la banda ha tenido en el metal y en la música contemporánea en general. En 1999, el mundo experimentaba cambios profundos, y el nu metal emergía como una voz para las frustraciones de una generación. Slipknot, con su estilo agresivo y enérgico, se convirtió en uno de los estandartes de este movimiento, y su álbum debut, con canciones que abordaban temas de ira, alienación y resistencia, resonó profundamente con los jóvenes de la época.

Hoy, 25 años después, ver a Slipknot interpretar este disco de principio a fin en un país que siempre los ha acogido con los brazos abiertos, no sólo fue un espectáculo, sino una celebración del poder del metal para trascender generaciones y unir a personas de todas las culturas en una misma experiencia de intensidad y conexión emocional.

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