Desde un estudio de grabación en la costa extraterrestre de Baja California llega “Machete Mágico”, el último álbum de los principales experimentalistas neotropicales de la Ciudad de México, Champetos de Jújù. Combinando la energía y los ritmos de la cultura afrolatina con el aventurerismo musical de la música experimental, “Machete Mágico” captura ese momento excepcional en una fiesta cuando la realidad comienza a desdibujarse.
La primera composición del álbum, Gadajó, se basa en el ritmo rápido y galopante del sogó de Togo, país de origen del percusionista Samuel Koffi del puerto de Lomé. Los saxofones entrelazados y las voces duplicadas de Gadajó se suman al sabor heráldico a medida que el álbum se anuncia.
La dinámica ascendente y descendente de Punta Champeta, basada en el contagioso ritmo de punta del pueblo afrodescendiente garífuna de las costas de América Central, evoca la sensación de estar rodeado por un enjambre de percusionistas mientras sintetizadores en zigzag, saxofones staccato y bombardino que gruñen crean un efecto psicodélico, enérgico y desorientador.
La Cumbia del Sitar, una cumbia de tempo medio con un toque oriental, sitúa al oyente sólidamente en medio del viaje psicodélico, en el momento en que uno comienza a acostumbrarse y disfrutar de la novedad de su nuevo entorno musical, guiado por la guitarra de Alicia en el país de las maravillas de Marks y el saxofón tenor amigable, fluido y seguro de sí mismo de Tercero.
Sucusito se basa en el vibrante ritmo del soukus congolés con una guitarra alegre y animada en contrapunto. A medida que avanza la composición, las líneas de guitarra se vuelven menos armónicas y menos rítmicas, inquietantemente como si uno bailara borracho o bajo alguna otra condición. El efecto se ve reforzado por acordes vagamente siniestros en el órgano.
El álbum cierra con la composición homónima Machete Mágico, también basada en el ritmo sogó togolés. Impulsada por la percusión, las voces dobladas y los llamados errantes de los instrumentos de viento, la composición comienza con fuerza antes de deambular hacia los límites de la conciencia, donde los espíritus hablan.
Champetos de Jújù, con sede en la Ciudad de México, produjo este, su tercer álbum, como un cuarteto de exploradores musicales de rincones distantes del mundo. El percusionista Samuel Koffi es del puerto togolés de Lomé en el Golfo de Guinea. El guitarrista y bombardinista Misha Marks, proviene de la costa oeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda, al borde del Mar de Tasmania. El baterista Fernando Barrios es de San Salvador, la capital de El Salvador, en el Valle de las Hamacas. El saxofonista tenor Roberto Tercero proviene de la Ciudad de la Eterna Primavera, Cuernavaca, bajo los volcanes del altiplano mexicano.
Champeta significa machete en el argot colombiano, además de ser un género musical. El machete es una herramienta para crear caminos hacia lo desconocido. Este álbum es un testimonio de la alegría de la aventura musical. Juntos, los Champetos de Jùjú han creado uno de los grandes y originales álbumes tropicales psicodélicos de 2024.
https://champetosdeljuju.bandcamp.com/album/machete-m-gico
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