El heavy metal está lleno de discos icónicos y riffs legendarios, pero incluso las bandas más grandes han tropezado con experimentos que no siempre dieron en el clavo. Desde intentos comerciales que alienaron a los fans hasta proyectos olvidados que nunca despegaron, estos «fracasos» del metal ofrecen historias fascinantes. En este artículo, exploramos algunos de los experimentos fallidos de gigantes como Metallica, Megadeth y otros, y cómo estos tropiezos ayudaron a redefinir su legado.
Thunderfuck: El Proyecto Olvidado de Lars Ulrich
Antes de que Metallica revolucionara el thrash metal con Master of Puppets, Lars Ulrich, su baterista, tuvo un sueño diferente. A principios de los 80, intentó formar una banda llamada Thunderfuck, un nombre tan provocador como efímero. Aunque no hay grabaciones oficiales, las anécdotas sugieren que Ulrich quería un sonido más crudo y punk que el que Metallica eventualmente adoptaría. ¿Por qué fracasó? La falta de química y el destino de conocer a James Hetfield desviaron su camino. Busca «proyectos fallidos de Metallica» y verás que Thunderfuck es una nota al pie que pocos recuerdan, pero que refleja la ambición caótica de los inicios de Ulrich.
Risk: Cuando Megadeth Coqueteó con el Mainstream
Si tecleas «álbumes controvertidos de heavy metal» en Google, Risk (1999) de Megadeth aparecerá entre los primeros resultados, y no sin razón. Tras el éxito de Countdown to Extinction, Dave Mustaine decidió arriesgarse con un sonido más accesible, influenciado por el rock alternativo y el pop metal. Canciones como «Crush ‘Em» apuntaban a las radios y las arenas deportivas, pero los fans del thrash puro lo rechazaron. Aunque vendió decentemente, Risk marcó un punto bajo en la carrera de Megadeth, llevando a Mustaine a replantearse todo. Curiosamente, este «fracaso» allanó el camino para el regreso triunfal con The System Has Failed (2004). Un caso perfecto de cómo equivocarse puede ser el preludio de la redención.
El Disco Perdido de Slayer: Diabolus in Musica y su Rechazo
Slayer es sinónimo de brutalidad con discos como Reign in Blood, pero en 1998 probaron algo diferente con Diabolus in Musica. Influenciados por el auge del nu-metal, bajaron la velocidad, usaron afinaciones más graves y añadieron grooves que desconcertaron a sus seguidores más leales. Aunque no fue un desastre comercial, la crítica de los fans fue feroz: «Esto no es Slayer», decían. Busca «experimentos de Slayer» y encontrarás debates eternos sobre si este álbum fue un error o una joya incomprendida. Al final, este paso en falso los llevó a volver con fuerza a sus raíces en God Hates Us All (2001).
El Flirteo de Judas Priest con el Synth Metal
Judas Priest definió el heavy metal clásico, pero en 1986, con Turbo, decidieron subirse al tren del glamour y los sintetizadores. Inspirados por el éxito de bandas como Bon Jovi, incorporaron teclados y un sonido más pulido que chocó con su imagen de cuero y tachas. Aunque «Turbo Lover» se convirtió en un clásico, el álbum dividió a la audiencia. Este experimento fallido, que puedes encontrar al buscar «álbumes subestimados de Judas Priest», mostró que incluso los dioses del metal podían perder el rumbo antes de recuperarlo con Painkiller (1990).
¿Qué Nos Enseñan Estos Fracasos?
Estos tropiezos de las grandes bandas de heavy metal demuestran que la experimentación, aunque arriesgada, es parte de la evolución del género. Thunderfuck nunca despegó, Risk alejó a los puristas, Diabolus in Musica desató polémica y Turbo confundió a los fans, pero cada «fracaso» dejó lecciones. Al buscar «historias ocultas del heavy metal», estas historias resaltan cómo el metal no solo sobrevive a sus errores, sino que se fortalece con ellos. ¿Cuál es tu experimento fallido favorito del metal? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!