Hace unas semanas, el Gobierno y MUFACE anunciaron la posibilidad de que las coberturas de los mutualistas tengan que ser absorbidas por la sanidad pública. La razón: el concurso quedó desierto y las aseguradoras Adeslas, Asisa, SegurCaixa y DKV renunciaron a la cobertura de los funcionarios. Las aseguradoras reclamaban una subida de la prima del 38 %.
La posible integración de los funcionarios de MUFACE ha generado controversia debido a las cifras. Hablamos de 1,5 millones de usuarios que deberían ser absorbidos, en unos pocos meses, por un sistema de salud cuyo déficit de médicos sigue creciendo, y creciendo.
Listas de espera, en el aire
Mientras tanto, al Gobierno se le acumulan las fechas límite, Sanidad ha planteado a MUFACE prórroga de 9 meses del concierto actual para un cambio de periodo tranquilo para funcionarios y familias. Sin embargo, pese a las continuas llamadas a la calma por parte del Ejecutivo, por ahora, las coberturas solo están aseguradas hasta el 31 de enero de 2025.
Los sindicatos han convocado, durante varias semanas, concentraciones para forzar el acuerdo sobre las licitaciones de MUFACE, con movilizaciones que llevan varias semanas extendiéndose por toda la geografía española. En los últimos días, se ha intensificado la presión de UGT y CCOO, alegando que están obligadas a entenderse y ofrecer una solución urgente.
Según el CIS de junio de este año, este problema se ha ido incrementando desde la época prepandemia. La opinión mayoritaria es que la sanidad ha ido a peor: un 34,4 % consideraban un empeoramiento claro en este último año, lo que coincide con el aumento de las listas de espera.
Se estima un aumento de más del 26 % en listas de espera, que han crecido en un lustro en 177.000 pacientes, con un impacto notable en Andalucía y Extremadura, con tiempos de espera medios de seis meses.
Solo una escasa minoría (1 %) afirma tener necesidades médicas no satisfechas en la sanidad española, pero sí hay un aumento en el volumen de los tiempos de espera, la ruptura de la igualdad efectiva en el acceso y el empeoramiento en la salud, debido a atenciones médicas tardías, que pueden deteriorar la salud y dificultar la recuperación de los pacientes.
Sin MUFACE, más presión asistencial
La extinción de MUFACE supone integrar más de un millón de nuevos pacientes al sistema público. Y ocurre en un periodo especialmente sensible, con la jubilación anual de alrededor de 2.863 médicos por cada 2.061 que se incorporan. Unas cifras que se vuelven especialmente relevantes entre los médicos de familia: la especialidad más demandada.
Así, como apuntaban desde el blog de economía Nada es gratis, hay dos opciones que se deberían barajar:
- Reducir volumen de las listas de espera con aumentos en las plantillas y ampliaciones de las jornadas laborales
- Establecer criterios clínicos y sociales que racionalicen las listas, estableciendo criterios que prioricen a los pacientes más vulnerables.
En cualquier caso, todo indica que con la integración de MUFACE, la presión asistencial crecerá, y se abre el debate de la gestión de las listas de espera, agravado. La fecha límite vence el 31 de diciembre. La incertidumbre sigue para los usuarios.
En estas últimas semanas, el Gobierno ha demandado a mutualistas y aseguradoras cuatro meses de prórroga para poder cumplir el requisito de lista de espera cero. Si, finalmente, la incorporación se efectúa, parece evidente que será necesario un aumento en el presupuesto orientado a recursos y personal en plantilla.
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La noticia
Listas de espera como no se habían visto nunca: esto es lo que se avecina en 2025 cuando los funcionarios de Muface se integren en la sanidad pública
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Javier Ruiz
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