El álbum que Lázaro Cristóbal Comala lanzó en 2022 y al que llamó Belmont -por el bar de Durango que solía frecuentar- le sirvió para consolidarse como uno de los artistas más notables en el panorama musical mexicano… su valía trasciende el hecho de que se pertreche musicalmente en el folk… le sobran recursos, abunda en matices.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Precisamente, durante la gira centrada en aquella obra anunció que grabaría algunas canciones del brasileño Roberto Carlos, que en México fue todo un ídolo durante los años setenta y ochenta, principalmente. No deja de ser curioso que se le conozca por sus baladas más almibaradas, mientras que diversos expertos resaltan que cuenta con un repertorio muy interesante y un trabajo letrístico para tener en cuenta.
Al escuchar “Desahogo” confirmamos que esos elementos ahí están, pero debemos de destacar muchísimo la manera en que Lázaro Cristóbal Comala ha conseguido transformarlos y hacer sonar a Roberto Carlos como si fuera Nick Cave.
La versión es conducida por un piano profundo y tenebroso, que le sirve al duranguense para retomar todo ese tremendismo que le conocemos y hacer una interpretación brutal que logra conmover hasta a las piedras.
“Desahogo” cobró un cariz sombrío, taciturno y melancólico que fortalece completamente a la canción original; a través de ella, Lázaro Cristóbal Comala demuestra que es todo un portento de la música mexicana.
Vaya todo el reconocimiento para Gabriela Garza que tocó ese piano fantasmal y que nos desesperar por la llegada de El terror, como se llamará el álbum por venir.
¡Vaya hermosa salvajada de tema que es “Desahogo”!
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