Tras años marcados por la inestabilidad política y fuertes tensiones diplomáticas, el flujo de capital español hacia Venezuela ha vuelto a crecer con fuerza. Los datos del primer semestre de 2025 revelan una reactivación que contrasta con la tendencia descendente registrada desde 2018.
Este repunte ha devuelto a Venezuela a posiciones relevantes dentro del mapa inversor de las empresas españolas, situándola de nuevo entre los destinos latinoamericanos con mayor dinamismo.
Este retorno se produce en un contexto internacional extremadamente delicado. La creciente confrontación entre Estados Unidos y el Gobierno de Nicolás Maduro abre un escenario de incertidumbre que podría comprometer los intereses de las compañías españolas que buscan expandirse en el país.
Un crecimiento que rompe con siete años de caída
Los datos de la Secretaría de Estado de Comercio muestran como la inversión española alcanzó 88,5 millones de euros en 2025, una cifra que supera ampliamente los 37,6 millones de 2024 y los 32,6 millones de 2023.
Este salto coloca al país en su nivel más alto desde 2018, cuando el registro anual fue de 93 millones. Después de un desplome casi continuo desde los picos de 2014 (645 millones) y 2016 (483 millones), el dato actual recupera una tendencia alcista que no se veía desde hacía seis años.
Este movimiento es especialmente llamativo si se tiene en cuenta que en 2022 la inversión española apenas alcanzó los 6,6 millones, la cifra más baja de toda la serie.
La gráfica muestra una curva de dientes de sierra marcada por periodos de recesión, repuntes puntuales y una marcada volatilidad. Venezuela llega al puesto 14 entre los destinos de inversión españoles, un salto notable si recordamos que hace apenas cuatro años ocupaba posiciones inferiores al puesto 80.
La diplomacia, un factor decisivo en el giro de tendencia
Una de las claves que explican este aumento está ligada al clima político bilateral. Aunque en septiembre del año pasado Caracas amagó con suspender relaciones comerciales tras el reconocimiento en España del presidente electo Edmundo González, la situación no llegó a traducirse en acciones concretas.
La distensión diplomática posterior parece haber enviado un mensaje de estabilidad suficiente para que las empresas españolas retomaran sus operaciones.
A esto se suma la necesidad del Gobierno de Maduro de atraer capital extranjero en un contexto económico frágil, con hiperinflación persistente y dificultades estructurales.
Una mayor apertura, aunque aún limitada, ha permitido que empresas con presencia histórica en el país encuentren oportunidades para reiniciar proyectos, expandir servicios o buscar fórmulas para recuperar beneficios atrapados por las restricciones cambiarias.
Telefónica, Repsol y Air Europa marcan el pulso empresarial
Aunque los datos oficiales no detallan qué compañías han impulsado el incremento de 2025, algunas operaciones conocidas permiten entender el cambio de escenario.
Telefónica anunció una inversión de 470 millones de euros en dos años para ampliar su red 4G y desplegar servicios 5G, tras obtener frecuencias en una subasta local. Esta apuesta es especialmente relevante en un momento en que la compañía está reduciendo posiciones en varios países latinoamericanos.
Repsol, por su parte, negocia con Estados Unidos la posibilidad de repatriar unos 330 millones de euros que mantiene bloqueados en Venezuela, mediante un acuerdo que permitiría compensar deudas históricas a través de envíos de petróleo y nafta.
Una operación que refleja la complejidad financiera que afrontan las empresas energéticas en el país, pero también su interés en mantener presencia en un mercado con abundantes recursos.
Air Europa continúa intentando resolver la devolución de unos 200 millones de euros en beneficios retenidos. Las gestiones reveladas en los últimos meses muestran que la compañía ha explorado vías alternativas, incluida la posibilidad de recibir combustible como parte de un mecanismo de regularización. La aerolínea considera estratégica su conexión histórica con Caracas.
Riesgos de un conflicto geopolítico que podría alterarlo todo
Este repunte inversor choca frontalmente con la creciente tensión entre Estados Unidos y el Gobierno de Maduro. Washington ha intensificado su presión diplomática y ha advertido de posibles sanciones adicionales, un escenario que afectaría de manera directa a las empresas españolas implantadas en el país.
Un conflicto abierto o una escalada comercial podría convertirse en un golpe crítico, ya que España cuenta con sectores estratégicos muy expuestos, como telecomunicaciones, energía o transporte.
Las empresas españolas podrían verse atrapadas entre dos frentes: la necesidad de mantener operaciones rentables y la obligación de ajustarse a posibles directrices europeas o estadounidenses.
El precedente de otros países sancionados demuestra que la inseguridad jurídica y las restricciones financieras son capaces de paralizar durante años inversiones y beneficios.
El papel de Venezuela dentro de Latinoamérica
La mejora de 2025 devuelve a Venezuela a un papel más relevante dentro del mapa regional. Aunque está muy lejos de países como México, que recibió 2.674 millones, o Perú, con 299 millones, la recuperación es suficiente para situarlo de nuevo entre los destinos latinoamericanos con mayor crecimiento relativo.
La región sigue siendo un pilar esencial para las empresas españolas: uno de cada dos euros invertidos en el exterior en el primer semestre fue a América Latina.
Imágenes | Pixabay, El Confidencial
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La noticia
Las inversiones de empresas españolas en Venezuela alcanzan su máximo en seis años. Podían ser las grandes perjudicadas en una guerra entre EEUU y Maduro
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Sergio Delgado
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