Debian hace línea con las compilaciones reproducibles, al menos en los que a las imágenes en vivo de Bookworm se refiere. Para ser más exactos, lo consiguieron hace una semana, coincidiendo con el lanzamiento de Debian 12.10, la última actualización de mantenimiento de la versión estable.
Es cierto, todavía no se ha alcanzado el objetivo final de ofrecer una distribución Linux cien por cien reproducible, pero nunca se había estado tan cerca de hacerlo. De hecho, llevamos hablando años de este tema y no fue hasta hace muy poco -poco más de un mes- que nos hicimos eco del hito logrado por openSUSE, eso sí, con una imagen específica a modo de prueba de concepto; un sistema usable, pero no una distribución completa de uso general… tampoco un sistema live.
Debian, por lo tanto, ha elevado la apuesta. En resumen: el proceso de compilación a partir del código fuente de todos los paquetes que componen las imágenes en vivo de Debian 12.10 puede ser reproducido. Toda una hazaña, se podría decir, aunque sigue quedando mucho para lograr lo mismo con el conjunto de paquetes que ofrece una distribución como Debian, como openSUSE o como cualquier otra, para el caso. Ojo: hace años que queda muy poco, pero ese poco cuesta mucho.
Según publicaba el desarrollador Roland Clobus en las listas de correo de Debian:
Resumen en una línea: imágenes live 100% reproducibles para bookworm
Estado reproducible:
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- Todos los escritorios principales se compilan de forma reproducible para bullseye, bookworm, trixie…
- …siempre que se compilen por segunda vez dentro de la misma ejecución DAK (es decir, 6 horas)
- Todas las imágenes live oficiales de Debian bookworm se recompilan de forma reproducible.
- Todos los escritorios principales se compilan de forma reproducible para bullseye, bookworm, trixie…
Por si acaso, el cómo, el por qué y el cuándo de la importancia de esta noticia, es decir, de las compilaciones reproducibles, a continuación.
El concepto de compilaciones reproducibles se refiere a la capacidad técnica de generar un paquete binario que resulte idéntico, bit a bit, cada vez que se compila partiendo del mismo código fuente y utilizando un entorno de construcción estrictamente controlado. Esto asegura que el resultado final es predecible y verificable, independientemente de factores externos como el momento exacto o la máquina específica donde se realice el proceso.
La importancia fundamental de esta característica radica en la seguridad y la transparencia que aporta al software. Al permitir que cualquiera pueda verificar de forma independiente la correspondencia exacta entre el código fuente publicado y los binarios distribuidos, las compilaciones reproducibles dificultan enormemente la introducción de modificaciones maliciosas durante el proceso de construcción, fortaleciendo así la confianza en la cadena de suministro.
No obstante, lograr la plena reproducibilidad en todo un sistema operativo es un desafío técnico considerable y un esfuerzo a largo plazo, como demuestra la trayectoria de Debian. Las dificultades suelen residir en elementos no deterministas introducidos por las propias herramientas de compilación o particularidades de los paquetes, cuya corrección exige un trabajo minucioso. Esto complica también la comparación directa del progreso entre distintas distribuciones, ya que los criterios de medición y las posibles condicionalidades varían, impidiendo una evaluación simplista del estado real.
Seguimos para bingo.
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