Las descargas de LibreOffice se disparan con el rechazo a la nube y los modelos de suscripción como principales estímulos

Ha pasado poco más de un mes desde que se lanzó LibreOffice 25.2, la nueva versión de la suite ofimática de código abierto, y la recepción no podía ser mejor: más de un millón de descargas semanales está teniendo la aplicación, y eso es solo lo que puede contabilizar The Document Foundation (TDF), la organización encargada de gestionar el proyecto.

LibreOffice alcanza así cotas de éxito no vistas desde 2023, todo a cuento de… No está claro, aunque algunos analistas consultados apuntan a factores como la insistencia de los gigantes del sector en llevar a los usuarios a la nube, así como en la adopción de modelos de suscripción, más caros que el pago por licencia. A modo de ejemplo, Microsoft 365 y Google Docs.

«Por lo general, se trata de clientes que buscan mantener su implementación local, dado que tanto Microsoft como Google se han centrado en sus ofertas en la nube«, señala Jason Wong, vicepresidente y analista de Gartner. En relación al coste, sin embargo, el asunto es más complicado: «La desventaja son los recursos especializados adicionales y las nuevas habilidades necesarias para mantener el software», añade Wong.

Es decir, la gratuidad de LibreOffice no es tan importante. El coste ligado a la transición y adaptación al nuevo entorno es el aspecto más delicado. Algo que, unido a la necesidad de sostenibilidad del proyecto, llevó a cambios en la propuesta para usuarios y empresas.

Así, a la denominada como Community Edition o edición comunitaria, la utilizada por prácticamente todos los usuarios de la suite, se le suman diferentes planes de soporte, formación y especialización para empresas, algo que, como se está viendo, resulta crucial para atraer al sector profesional.

Al margen de estos datos, o precisamente gracias a ellos, The Document Foundation ha ofrecido otros menos comunes: «Estimamos alrededor de 200 millones de usuarios de LibreOffice, pero es importante tener en cuenta que respetamos la privacidad de los usuarios y no los rastreamos, por lo que no podemos decirlo con seguridad», explica Mike Saunders, miembro de la junta directiva.

Aunque LibreOffice ha sido tradicionalmente el favorito de los usuarios domésticos, existe un interés creciente en las empresas y el gobierno, añade Saunders, poniendo como ejemplo la reciente migración del estado alemán de Schleswig-Holstein, con más de 30.000 equipos informáticos adoptando LibreOffice en detrimento de Microsoft Office.

«La mayoría de nuestros usuarios -el 85%- están en Windows, seguidos de macOS y luego Linux«, prosigue, aunque si determinar un número de usuarios absolutos en un producto como LibreOffice es complicado, hacerlo también con las instalaciones en Linux es casi imposible. Lo que sí tiene claro Saunders es que los usuarios de LibreOffice «no quieren suscripciones, y no quieren que la IA sea ‘útil’ metiendo la nariz en su trabajo, cual Clippy de los viejos tiempos».

«No tenemos planes de poner IA en LibreOffice. Pero entendemos el valor de algunas herramientas de IA y estamos alentando a los desarrolladores a crear extensiones que utilicen la IA de manera responsable», concluye, asegurando algo más: «Aunque existen versiones de LibreOffice basadas en la nube, The Document Foundation está centrada en la versión de escritorio».

Mencionan en el artículo a Apache OpenOffice, cuyo estado es cada vez más lamentable, pero el código abierto ofrece otras alternativas complementarias, es el caso de ONLYOFFICE Docs, diseñada para la nube implementación local. Hay vida más allá de las nubes de Microsoft y Google.

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