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Tras su paso por el Festival Internacional de Cortometrajes de México SHORTS en 2024, y producido por el CCC, es con un toque onírico, que este corto nos habla sobre la pérdida, el duelo, la maternidad y la violencia que se puede vivir en silencio a plena luz del día y como el destino, puede ser algo cruel para construir un Largo Camino al Amanecer.
De qué va Largo Camino al Amanecer
Sara (Cecilia Ramírez Romo) y su pequeña hija vivían llenas de amor y luz en la misma naturaleza. Pero el destino sacudirá sus vidas, y Sara comenzaría a vivir un desgarrador momento tras la muerte de su pequeña.
Para tranquilizar su mente, Sara se encuentra en el bosque, cuando a lo lejos escucha el llanto de una bebé, acción que la llevará a Carmen (Tamara Vallarta), madre de la pequeña, la cual sufre de violencia doméstica por su esposo (Carlos Ramírez Ruelas).
Tras esto, Sara decidirá actuar de manera ilegal para salvar a ambas y buscar un beneficio muy personal en su viaje, del duelo hasta la redención, aunque tenga que enfrentar el infierno avivado y culpabilidad por su crimen.
El director Luis J. Arellano nos lleva a un pequeño relato y viaje poderoso, donde parte de su magia radica en el aspecto visual y lo terrorífico por el tema que aborda para sostenerse.
Describir este trabajo es comenzar por la bella y enigmática fotografía de María Mora y la edición de Marlón Ríos-Farjat. Una apertura muy onírica y llena de simbología, mostrando todo a través de un cosmos que se convertirá en un ojo que todo lo ve y nos hará cómplices de esto, dejando un paso para que se muestre el escenario principal al fondo que será la misma naturaleza, una deidad con la cual se dialoga en recuerdos y silencio. Y TRES PUNTOS, los cuales, son una clara interpretación de los personajes que convergen para conectar con esta historia.
Así que, sin la necesidad de mucho diálogo, la destreza rápida en edición de Farjat y el ojo de Mora, es que se nos muestra su premisa o idea clave. La apertura de este trabajo nos puede recordar un poco a algunas imágenes oníricas vistas en la obra cinematográfica de: ´Anticristo´ (2009) y la misma ´Melancolía´ (2011), ambas dirigidas por Lars Von Trier.
Aunque la historia que yace desde el guión y llevada a la pantalla no se toma su tiempo para ahondar más en los detalles que envuelven a este relato, es por medio de fragmentos y algunos diálogos que va tomando forma y uniendo las piezas necesarias para que acompañemos a nuestro personaje principal.
Es con ello que Arellano nos lleva silenciosamente por una noche oscura del alma (metáfora que describe un periodo de desolación y soledad en la vida espiritual de una persona en medio de una crisis interna) duelo emocional muy significativo, y el cual hace que cargue en hombros: Cecilia Ramírez Romo, quien con su postura y acciones nos transmite su tristeza, soledad como culpabilidad y fortaleza. Mientras que, Tamara Vallarta, sin mucho diálogo, llena sus escenas con una simple mirada y silencios desoladores.
El trabajo de Arellano puede resultar pretencioso y mágico como hipnotizante por sus imágenes, pero devastador por su historia y los fragmentos que se componen en oscuridad para llevarnos hacía un Largo Camino al Amanecer.