La Starliner desarrolla dos nuevas fugas de helio camino de la Estación Espacial Internacional

Impresión artística de una Starliner en órbita
Impresión artística de una Starliner en órbita – Boeing

[Anotación en actualización]

Esta pasada noche, camino aún de la Estación Espacial Internacional (EEI) la Starliner Calypso de Boeing ha desarrollado dos nuevas fugas de helio aparte de la ya conocida con la que despegó. Por ahora no parecen suponer un problema para que la nave llegue a la EEI, lo que está previsto para esta tarde a las 18:15, hora peninsular española (UTC +2), ni para la tripulación, que de hecho duerme en el momento de publicar esta anotación.

Las fugas han obligado a aislar parte del sistema de propulsión de la nave con lo que seis de los 28 motores de maniobra del módulo de servicio han quedado desactivados.

Diagrama de una Starliner
Diagrama de una Starliner. El módulo de servicio es el rotulado con una B – NASA

El helio, que no es combustible ni tóxico, es utilizado por la Starliner para dar presión a los propelentes del sistema de propulsión y asegurarse así de que llegan a los motores cuando es necesario. Boeing había preparado planes de contingencia frente a posibles fugas. Pero aquí lo importante es saber el ritmo al que se está fugando el helio para saber si habrá suficiente para cumplir con todos los objetivos de la misión. Y no tenemos ese dato.

El intento de lanzamiento de la misión del 7 de mayo tuvo que ser cancelado al detectar un comportamiento anómalo de una válvula de purga de oxígeno de la etapa superior Centaur del cohete que iba a lanzarla. Pero tras haberla sustituido y durante las pruebas posteriores a su sustitución fue detectada una pequeña fuga de helio.

Eso hizo que el siguiente intento de lanzamiento no fuera hasta el 1 de junio mientras se estudiaba el asunto y Boeing y la NASA veían si era una fuga aceptable. Al final la conclusión fue que sí lo era y por eso se intentó el lanzamiento el día 1 de junio, aunque ese día hubo que cancelarlo por un fallo en uno de los ordenadores que controla el lanzamiento.

Pero aparte del posible impacto en la misión en curso, lo que sabremos hasta que la Calypso esté de vuelta en tierra, habrá que ver también si esto afecta al proceso de certificación para la entrada en servicio regular de la Starliner. Aunque lo más probable probablemente será que Boeing tenga que, como poco, revisar el hardware del sistema de propulsión, si no rediseñarlo, lo que retrasaría la entrada en servicio de la cápsula.

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