La economía global está enfriando el entusiasmo por Bitcoin y otras criptomonedas.
Hace unas semanas, la euforia invadía los mercados cripto. Todo era color de rosa y las predicciones más optimistas nos hablaban de ir a la luna. Sin embargo, el panorama ha cambiado bastante. Los ánimos están más bajos y la incertidumbre se ha apoderado de los inversores.
¿A qué se debe este cambio de humor? Principalmente, a factores externos que escapan al control del mercado cripto. La economía global está generando preocupaciones: el fantasma de la inflación vuelve a acechar, el mercado laboral está sobrecalentado y, como consecuencia, la Reserva Federal parece dispuesta a mantener las tasas de interés altas.
Este escenario macroeconómico, que afecta a todos los mercados, está generando desconfianza en los inversores y está llevando a una fuerte corrección en el precio de las criptomonedas. La esperanza de ver bajar las tasas y un mayor flujo de liquidez hacia activos de riesgo se ha desvanecido, al menos por ahora.