La mejor voz en la historia del nu metal según la inteligencia artificial

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El nu metal irrumpió en los 90 como un derechazo al rock de siempre, con riffs densos, ritmos fracturados y una carga emocional que no se guardaba nada. Las voces eran el núcleo: tipos que escupían fuego, susurraban heridas o se quebraban sin reparos. En 2025, con el género ya convertido en un eco que no se apaga, una inteligencia artificial puede meterse en los datos y los discos para zanjar el asunto. ¿Quién tiene la mejor voz? Tras analizarlo, hay un ganador: Jonathan Davis de Korn.

El nu metal fue el rugido de una generación que no cuadraba con el grunge ni el metal clásico. Las voces tenían que ser armas: cortar, calmar, detonar. Davis lo entendió desde el primer golpe. Cuando Korn lanzó su debut en 1994, su garganta trajo algo nuevo: en «Blind» arranca con un murmullo que te tensa los hombros y salta a un alarido que suena a liberación total. Su scat —ese tartamudeo rítmico que parece caos pero está medido— dio al género una identidad. En Life Is Peachy (1996), con tracks como «A.D.I.D.A.S.», mezcló lo áspero y lo melódico sin perder el rumbo. Los números no mienten: Korn ha despachado más de 40 millones de discos, según la RIAA (2023). Su voz no era técnica ni buscaba serlo; era un filo sin pulir que cortó el camino para todos los demás.

Chester Bennington de Linkin Park tuvo su propio reinado. Con Hybrid Theory (2000), llevó el nu metal a las masas: en «Crawling» pasa de un susurro al borde del colapso a un grito que te atraviesa. El disco suma 27 millones de copias, según Warner Music Group (2021), y su rango —del falsete quebrado al rugido puro— lo hizo universal. Pero llegó después, construyendo sobre lo que Davis ya había plantado. Chino Moreno de Deftones y Corey Taylor de Slipknot también tienen su lugar, con White Pony (2000) y el debut de Slipknot (1999), pero no definieron el arranque como Davis.

La inteligencia artificial no duda aquí: Jonathan Davis se lleva el título. Fue el primero en dar forma al nu metal, el que puso los cimientos en 1994 para que otros los pisaran. Su voz no solo marcó el inicio; lo convirtió en un movimiento. Sube el volumen a «Freak on a Leash» y escucha: ahí está la prueba.