La medida económica más problemática de Kamala Harris: los impuestos sobre plusvalías latentes a los millonarios que invierten

La medida económica más problemática de Kamala Harris: los impuestos sobre plusvalías latentes a los millonarios que invierten

La carrera hacia las elecciones presidenciales continúa en EEUU. Noviembre está a la vuelta de la esquina y los dos candidatos van perfilando sus principales medidas económicas y en materia político-social. Tanto Donald Trump como Kamala Harris apuestan por consolidar un déficit público elevado. Los republicanos como forma de bajar impuestos y los demócratas para aumentar el gasto por encima de la subida de impuestos.

De hecho, la sucesora de Joe Biden ha expresado públicamente su deseo de profundizar en la esencia del ‘bidenomics’. De este modo, mantendría un presupuesto expansivo con una importante subida de impuestos a las rentas más altas, empresas y plusvalías latentes. Los millonarios serían los grandes perjudicados de resultar elegida la candidata demócrata.

Con el foco puesto en la vivienda, la crisis inflacionista, la subida de precios y la debilidad de la demanda internacional, Harris es partidaria de consolidar la esencia de este proyecto al más puro estilo ‘keynesiano’ y mantener un presupuesto expansivo y fuertes aumentos impositivos, especialmente sobre el capital.

Impuestos a las rentas más altas y a empresas

La medida estrella de Kamala Harris pretende elevar los tipos marginales del impuesto sobre la renta, tanto en ingresos de trabajo como de capital. La nueva tasa subiría del 23,8% de las rentas del capital y del 29,6% de las rentas del trabajo a un 44,6%. Una subida notoria aplicable únicamente sobre las plusvalías de millonarios y que ayudaría a las clases medias en forma de mejores servicios públicos y empleo de calidad.

El plan de intervención estatal promovido por Harris se enfoca en la idea de Biden de gravar a las clases altas (patrimonios de más de 100 millones de euros) a que tributen por ganancias del capital no realizadas. De este modo, los millonarios deberán pagar al acumular riqueza.

La intervención estatal que propone la candidata demócrata, de resultar elegida, también pasa por reducir el precio de los alimentos básicos, combatiendo directamente la inflación y restringiendo drásticamente prácticas monopólicas.

Los planes financieros de Kamala se verían financiados con mayores impuestos a las empresas, obteniendo hasta 1,3 billones de dólares en recaudación adicional en solo una década. Para ello, la tasa del impuesto a las corporaciones subiría del 21% al 28% y deberían abonar, al menos, el 15% de sus ingresos reportados. También se contempla la subida del 1% al 4% por la recompra de acciones en las empresas, según datos del Departamento del Tesoro.

Que Harris suba la tasa del impuesto de sociedades al 28% se califica como una manera fiscalmente responsable de devolver el dinero a los bolsillos de la gente trabajadora. Además, sería un método eficaz de garantizar que los multimillonarios abonasen la parte correspondiente.

De ser elegido Trump, recortaría aún más los impuestos, incluso a las empresas. La medida de Harris viene a revertir gran parte de la legislación firmada por el expresidente en 2017. En aquella ocasión, redujo el tipo del impuesto de sociedades del 35% al 21%.

Consecuencias directas

De implementar un impuesto del 25% a las ganancias de capital no realizadas a las personas ricas (con recursos y activos por un valor de más de 100 millones de dólares), así como un aumento sobre el impuesto de la renta del 28%, el país comenzaría a asfixiarse lentamente.

Se entraría en un bucle negativo, perjudicando a quienes invierten en el territorio nacional. No obstante, quedaría lejos de producirse una calamidad económica, ya que se calcula que únicamente afectaría al 0,01% más rico de EEUU.

El hecho de instaurar un impuesto a ganancias de capital no realizadas implica que, si alguien invierte en las acciones de una empresa, suben de valor, pero no se venden, entonces el Estado cobraría un porcentaje fijo de las ganancias.

La polémica está servida y en las últimas horas los donadores de la campaña de Harris han mostrado su descontento. Algunos de ellos han presentado sus quejas a los asesores de la campaña y principales aliados de la comunidad empresarial. Y es que ejecutivos de Wall Street y Silicon Valley están tratando de cambiar la agenda de gobierno de la candidata demócrata.

Desde la Tax Foundation se señala que, ya en la campaña de 2020, la coalición Biden-Harris impulsó varios aumentos de impuestos. Entre ellos, elevar la tasa impositiva marginal máxima sobre la renta para el 1% más rico al 39,6% o el aumento del impuesto sobre las ganancias de capital a las tasas impositivas ordinarias sobre la renta, alzándose el impuesto de sociedades del 21% al 35%.

Ayuda a las familias de clase media

La idea de Harris no es otra que otorgar créditos fiscales de 25.000 dólares a la población de ingresos medios-bajos en la compra de nueva vivienda y destinar 40.000 millones de dólares en forma de estímulos fiscales a los desarrolladores para poner en marcha hasta tres millones de viviendas nuevas en los próximos años.

Asimismo, propone limitar a 2.000 dólares la cantidad de gastos extras por medicamentos no cubiertos por los seguros médicos y mantener los créditos fiscales a las familias, siendo de 6.000 dólares por hijo durante el primer año de vida.

Por el momento, todo es una incógnita. De consolidarse su problemática política fiscal, se lograrían recaudar casi cinco billones de dólares en una década, aunque los impuestos de quienes ganasen menos de 400.000 dólares no se verían afectados.

Fotos | Imagen 1, Imagen 2


La noticia

La medida económica más problemática de Kamala Harris: los impuestos sobre plusvalías latentes a los millonarios que invierten

fue publicada originalmente en

El Blog Salmón

por
Sergio Delgado

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