Recomiendo nunca saltarse el sentimiento de querer ver a tu banda favorita en el escenario, comerte las uñas para que llegue el día, escuchar sus canciones una y otra vez contarle a todos cada día que faltan tantas horas o semanas para que te desafanes de las responsabilidades diarias, agarres las pocas cosas que puedes llevar a un inmueble musical y olvidarte de todo para solamente ponerle atención a cuatro pelados en el escenario cantando tu vida como si fuera una película que todos cayeron a ver al cine. “Ese día ni me busques”, rematas con cierto aire de superioridad.
Tampoco recomiendo saltarte la etapa de ir solo a un concierto, sobre todo cuando a nadie más de tu círculo le gustan las melodías que tanto te apasiona y tienes que rogar desesperadamente que te acompañen. Si es tu pareja a quien debes tirarle una súplica, mucho peor. Digamos que se vive de una manera diferente cuando estás únicamente tú y tus pensamientos en el público, pero rodeado de un montón de desconocidos que comparten la misma afición. Que van a cantar contigo sin planearlo. Que te van a entender si lloras, si les gritas en la jodida oreja, si les das de codazos. No te van a juzgar ni te vas a tener que esconder de ellos, de sus miradas, y ellos tampoco de ti. No te van a tener miedo.
Al menos así se sintió llegar al Pepsi Center. Primero como una fosa gigante. Cómo una caja atrapada en medio del océano porque se cayó de un barco carguero y adentro estábamos todos nosotros. Como unas 100 personas apenas. Pero la diferencia es que el Pepsi Center se puede seguir llenando. De pronto ya todos juntos, ensardinados, calurosos y con un chingo de ganas, el ambiente cambio de cara. Ahora tenía una sonrisa de oreja a oreja, no macabra ni burlona, ¿felicidad?

La la love You, el principio del fin
No sé ni qué chingados es la felicidad. Bueno, tengo una idea, pero no es como que se trate de algo palpable. No se puede describir más que utilizando ejemplos burdos. Que las mariposas en el estómago, que las cosquillitas, que si esto, que si aquello, que si acá. Total que, si tuviera que elegir algo ahora, la felicidad es tener el cuerpo, la mente, la vibra y las emociones en el Pepsi Center para ver a La La Love You; todo junto, todo bien obediente porque sabes que les vas a dar su dosis diaria de rocanrol. Nada ni nadie se resiste a unos buenos riffs, a un ritmo punk, a las baterías enojonas y al bajo rompe corazones.
Lo curioso es que estaba ahí en completa soledad, es la forma en que siempre tuve que escuchar a La La Love You. Agazapado en algún rincón oscuro, sintiendo cada una de sus canciones como si fueran navajazos al espíritu, puñaladas al corazón, balazos al alma. Es que los conocí en uno de mis peores momentos, y cuántas veces los he visto en vivo, cuantas veces acababa el concierto completamente roto. Sin poder decirle a alguien que me hacían daño, pero me gustaba cabrón. Estaba listísimo para otra ronda de vale verguismo. Para acabar en la banqueta deseando que la noche me tragara.
Por eso, esta vez me vi sorprendido cuando desfilaron por las bocinas del Pepsi Center canciones tan lastimeras como “Bigbang”, “La canción del verano”, “El momento perfecto”, “Himno (para los que están jodidos)”, “Tenía tanto que darte”, “No se te puede dejar nada” y lo único en lo que podía pensar es en que todo estaba llegando a su fin. Es decir, no había más dolor que llorar, solamente vislumbré a lo lejos el futuro que siempre quise ver, uno donde las ganas de morirme solo ya no existen ni gobiernan mi vida. Las lágrimas fueron de alegría. El corazón se me aceleró de pura emoción.

Creo que para este momento ya es imposible de frenar el poder que le he permitido a la música tener sobre mí. Especialmente con La la love you. Un día los dejé que me llevarán hasta el fondo más oscuro de la cueva, estuvieron conmigo, fueron mis mejores amigos y ni siquiera los conozco. Les pedí consejos y escuché sus regaños. Sus ideas. Sus jodidas malas ideas. Así que hoy merecen estar conmigo acá arriba, en la luz. Hoy les pregunto sobre la esperanza, hoy me llaman a reflexión.
Bienvenidos al primer nuevo amanecer del resto de nuestras vidas. Hoy vamos a hacer los días arder y nadie nos va a detener…!
Setlist de La La Love You en el Pepsi Center
- Más Colao que el Colacao
- Alucina vecina
- Big Bang
- La canción del verano
- Lo siento nena
- El momento perfecto
- Irene
- Los ojos chica no mienten
- Quédate conmigo
- Quiero quedarme para siempre
- Polaroid
- El día de HUKI HUKI
- Himno (para los que estamos jodidos)
- No se te puede dejar nada
- Laponia
- Todo mal
- Amor a quemarropa
- La pócima del amor
- Tenía tanto que darte
- El principio de algo
- Que nada nos pare
- El fin del mundo