Había un acuerdo no escrito sobre lo que iba a provocar la inteligencia artificial: jubilaciones masivas de trabajadores veteranos. Sin embargo, como apuntan distintos medios especializados (entre ellos, Xataka), la narrativa dominante no ha encajado bien la última vuelta de tuerca.
La realidad es que, si atendemos al mercado, la evidencia sugiere que está ocurriendo lo contrario: la IA está eliminando tareas de entrada al mercado laboral y desplazando la carga de trabajo hacia los profesionales más experimentados: sueldos más bajos para juniors y una puerta de entrada bloqueada hacia el mercado laboral.
Para empezar, menos oferta que nunca
La adopción de IA generativa en entornos corporativos no está reduciendo el volumen de trabajo humano, sino reorganizando quién hace qué dentro de las empresas, con efectos especialmente adversos para los perfiles junior.
Desde un punto de vista económico, el problema no es la automatización en sí, sino qué tipo de tareas se automatizan primero. La IA está absorbiendo funciones rutinarias y estandarizadas, como la preparación de informes, análisis preliminar de datos, redacción de borradores o elaboración de presentaciones.
¿Y quién hacía ese trabajo? Los perfiles junior, como paso clave para ascender en el mercado laboral cualificado. Durante décadas, estas tareas permitieron a los recién graduados aprender el funcionamiento interno de empresas, consultoras o departamentos financieros.
Hoy día, casi todo lo acoge la IA, lo que se traduce en menos puestos de entrada y menos oportunidades de aprendizaje progresivo. Este fenómeno encaja con lo que la literatura económica describe como automatización parcial de tareas: la tecnología sustituye actividades concretas, pero no elimina los puestos completos, alterando la estructura interna del trabajo en lugar de reducirlo.
Más productividad… y más trabajo de supervisión
Pese al embrollo inicial, que no es poca cosa, hay más aspectos por resolver. La realidad es que esta automatización es un aumento del trabajo de control y validación: la IA genera más contenido, más rápido y de forma continua, pero ese volumen debe ser revisado, corregido y asumido por alguien.
Esa responsabilidad recae, de forma casi sistemática, en los perfiles senior. Un estudio elaborado por la consultora UpSlide muestra que la implantación de IA en entornos corporativos no reduce la carga laboral total, sino que la concentra en los profesionales con mayor experiencia, que pasan más horas revisando errores, detectando inconsistencias o corrigiendo resultados generados automáticamente.
Presión salarial, a la baja
Los efectos de esta reorganización ya se reflejan en los datos. Según estudios recientes citados en el debate académico y empresarial, las ofertas de empleo para puestos de entrada se han reducido entre un 11 % y un 20 % en el último año en sectores intensivos en conocimiento.
Además, un estudio conjunto de la Universidad de Navarra y el IESE Business School, basado en datos de 138 millones de trabajadores en Estados Unidos, muestra que en las empresas más expuestas a la IA generativa los salarios medios caen un 4,5 %, frente a aquellas menos expuestas.
En los casos más intensivos, la caída alcanza el 7,7 %.
El impacto es más acusado todavía en los rangos salariales de los junior: los sueldos de estos trabajadores descienden un 6,3 %, mientras que los de los senior se mantienen estables o incluso aumentan ligeramente
Desde una perspectiva económica, estos datos apuntan a un mercado laboral que pierde su función de integración de nuevos trabajadores y tiende a polarizarse.
Un cuello de botella
El problema no es solo distributivo, sino también organizativo. La IA está creando cuellos de botella en los niveles de supervisión, especialmente en actividades de alto valor añadido donde el margen de error es reducido. En lugar de liberar tiempo, la tecnología amplifica la necesidad de revisión humana.
En ausencia de una redefinición clara de procesos y responsabilidades, la IA se añade como una capa adicional de producción sin que se redistribuya adecuadamente la carga ni se creen nuevos itinerarios profesionales para los perfiles de entrada.
Si esta tendencia se consolida, el impacto irá más allá de una generación concreta, pudiendo estructurar un mercado sin puertas de acceso, que dificulte la formación de capital humano, reduzca la movilidad social y comprometa la sostenibilidad del propio sistema al impedir renovar talento.
En pocas palabras, se requieren cambios organizativos en la estructura empresarial, y pronto. ¿El riesgo? Eliminar el acceso al propio mercado de trabajo para las nuevas generaciones. No es poca cosa.
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La noticia
La inteligencia artificial está dejando a los trabajadores junior más pobres o directamente sin acceso al empleo
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Javier Ruiz
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