La evolución tecnológica ha transformado la manera en que el mundo funciona, y el heavy metal no queda fuera de este torbellino digital. Adrian Smith, guitarrista legendario de Iron Maiden y una de las mentes detrás del proyecto Smith/Kotzen, ha levantado la voz para expresar su preocupación sobre el impacto de las redes sociales y, especialmente, de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad y en la música. Con el lanzamiento de Black Light/White Noise, el más reciente álbum de su colaboración con Richie Kotzen, Smith no solo entrega riffs potentes y letras cargadas de reflexión, sino también un mensaje claro: la tecnología, llevada al extremo, podría estar marcando el inicio de una era oscura.
El auge de la conectividad digital y sus sombras
En una entrevista reciente para el podcast Scars And Guitars, Smith abordó cómo la dependencia de los teléfonos móviles y las plataformas digitales está alterando la vida cotidiana. El músico, con más de cuatro décadas de carrera, observa un fenómeno que trasciende generaciones: personas inmersas en sus pantallas, ajenas al entorno. “Solo tienes que ir por la calle y parar el coche porque la gente se te echa encima porque están con el móvil. Son adictos”, comentó. Para él, esta adicción no es un problema menor; es un reflejo de cómo la tecnología ha permeado cada rincón de la existencia humana.
El guitarrista, conocido por su precisión en temas como “The Trooper” o “Wasted Years”, describe cómo las redes sociales generan una sobrecarga de información. “Te bombardean con todas las cosas que te gustan. Todo viene de manera muy sencilla, simplemente siguen apareciendo en tu feed todas las cosas que te gustan, así que ahí estás y lo miras con el cuello doblado de esa manera”, explicó. Esta exposición constante, según Smith, no solo afecta la postura física, sino también la salud mental, al mantener a las personas atrapadas en un ciclo de ansiedad provocado por noticias globales y estímulos interminables.
El músico, que ha vivido la transición del vinilo a los formatos digitales, ve en este fenómeno una desconexión de lo esencial. “Creo que la gente va mucho más allá de su esfera personal intentando cambiar cosas sobre las que no tienen poder porque son conscientes de ellas y entonces sienten que tienen que hacer algo al respecto”, reflexionó. Para Smith, la obsesión por problemas lejanos ha desviado a las personas de tareas básicas como trabajar, pagar impuestos o buscar la felicidad en lo cotidiano. En sus palabras: “Han dejado de seguir con lo básico, poner un pie delante del otro, ganarse la vida”.
Black Light/White Noise: un espejo de la era digital
El nuevo álbum de Smith/Kotzen no es solo una colección de canciones; es un manifiesto sonoro que pone el dedo en la llaga sobre los efectos de la hiperconectividad. Black Light/White Noise, disponible desde abril de 2025, explora temas que resuenan con las inquietudes de Smith. Las letras, combinadas con el virtuosismo característico del dúo, invitan a una reflexión sobre cómo la tecnología puede tanto iluminar como oscurecer la experiencia humana. Este trabajo llega en un momento en que el heavy metal, un género históricamente ligado a la crítica social, encuentra en la IA y las redes un nuevo campo de batalla.
El proyecto Smith/Kotzen, que debutó en 2021 con un álbum homónimo, ha sido una plataforma para que ambos músicos experimenten fuera de sus zonas de confort. Mientras Kotzen aporta su influencia blues-rock, Smith inyecta la intensidad que lo convirtió en un ícono del metal. En Black Light/White Noise, esta fusión se siente más madura, con composiciones que no solo destacan por su calidad técnica, sino por su capacidad de conectar con las preocupaciones de la audiencia actual.
La inteligencia artificial: ¿el fin de la creatividad?
Si las redes sociales ya representan un desafío para Smith, la inteligencia artificial eleva sus temores a otro nivel. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de usar IA para componer música, su respuesta fue tajante: “De ninguna manera. Ni siquiera quiero pensar en ello”. El guitarrista, que ha construido su legado con cuerdas y amplificadores, ve en esta tecnología una amenaza existencial para el arte. “Es como el principio del fin”, afirmó, dejando claro que no se trata de una exageración pasajera, sino de una postura firme.
Smith relató una anécdota que ilustra el alcance de la IA: “¿Qué fue lo que alguien me dijo el otro día? Alguien, como regalo de cumpleaños, o para sus amigos, tenía una canción escrita por inteligencia artificial para cada uno de ellos, usando su voz. Y es alucinante”. Esta capacidad de la IA para replicar voces y crear contenido personalizado no solo le sorprende, sino que le genera rechazo. Para un músico que valora el esfuerzo humano detrás de cada nota, la idea de delegar la creación a un algoritmo es inconcebible.
El contraste entre la tecnología moderna y los métodos tradicionales es un tema recurrente en sus declaraciones. “Al menos yo crecí con la vieja escuela, donde tenías que tocar en el estudio y no podías afinarlo después. Eso te convierte en un artesano”, explicó. Aunque reconoce las ventajas de herramientas como la grabación digital y Pro Tools, que facilitan la producción, insiste en que la IA cruza una línea. “Usamos la grabación digital porque es cómoda, ahorra tiempo y dinero. Sobre la inteligencia artificial, no sé qué decir, no sé”, admitió, dejando entrever su desconcierto ante un futuro donde las máquinas podrían reemplazar a los artistas.
El heavy metal frente a la era tecnológica
Las palabras de Smith no son un caso aislado en el mundo del metal. Otros veteranos del género han expresado opiniones similares sobre cómo la tecnología está reshaping la industria. Desde la piratería digital que afectó las ventas de discos en los 2000 hasta el auge de plataformas como Spotify, el heavy metal ha tenido que adaptarse a un paisaje en constante cambio. Sin embargo, la IA plantea un desafío diferente: no solo afecta la distribución, sino la esencia misma de la creación musical.
Bandas como Iron Maiden, que han sabido mantenerse relevantes con giras masivas y lanzamientos consistentes, representan una resistencia a la automatización. Su éxito se basa en la conexión directa con los fans, en el sudor de los conciertos y en la autenticidad de sus composiciones. Para Smith, esta autenticidad es lo que está en juego. “Incluso la grabación digital y Pro Tools permiten a cualquiera inventar algo que suene respetable, pero todo está hecho por ordenador”, señaló, subrayando la diferencia entre pulir una grabación y generar música desde cero con una máquina.
Un llamado a la reflexión
Las declaraciones de Adrian Smith llegan en un momento clave. Con la IA ganando terreno en campos como la escritura, el diseño y ahora la música, el debate sobre sus límites está más vivo que nunca. Para los fans del heavy metal, un género que siempre ha celebrado la rebeldía y la humanidad cruda, las palabras del guitarrista son un eco de sus propios temores. ¿Qué significa ser un músico en un mundo donde una máquina puede imitar tu voz o componer un riff en segundos?
Por ahora, Smith se mantiene firme en su rechazo. Black Light/White Noise no solo es una prueba de su talento, sino un recordatorio de que el arte verdadero nace del esfuerzo, no de un algoritmo. Mientras el mundo avanza hacia un futuro cada vez más digital, figuras como él nos invitan a mirar atrás, a los días en que el heavy metal se forjaba con sangre, sudor y amplificadores al rojo vivo. Porque, como él mismo dice, la inteligencia artificial podría ser “el principio del fin” de algo mucho más grande que la música: nuestra propia humanidad.