La forma energéticamente más eficiente de viajar del mundo animal: un ser humano en velomóvil

Hace ni más ni menos que 52 años, la revista Scientific American publicaba una gráfica en un artículo sobre las tecnologías de la bicicletas en el que se analizaban las formas más eficientes de viajar del mundo animal. Se calculaba esa eficiencia en términos de energía para moverse cierta distancia teniendo en cuenta el peso de cada criatura. El salmón y los caballos resultaban ser mejores que los seres humanos andando o corriendo; pocas sorpresas aquí.

Pero, como se indicaba en el propio artículo, si se permitía que una persona viajara en bicicleta, su eficiencia aumentaba sobremanera, incluso por encima de la de coches y aviones, porque resultaba energéticamente «la criatura más eficiente del mundo en cuanto a la forma de desplazarse». Steve Jobs usó este mismo ejemplo sabiamente cuando llamó al ordenador la bicicleta para la mente.

Energetic Cost of Locomotion in Animals / SciAm 2025

Ahora otro artículo en Scientific American titulado A Classic Graphic Reveals Nature’s Most Efficient Traveler rememora aquella gráfica, poniéndola al día. La mayor parte de los datos proceden de la publicación original, pero se han añadido otros y categorizado en colores el tipo de animales: acuáticos, corredores, voladores, vehículos.

Los humanos seguimos encabezando la lista, pero ha habido una sutil mejora en algo más de cinco décadas: una persona sobre un velomóvil es más eficiente todavía que una persona en bicicleta.

Pero, ¿qué es un velomóvil?

Velomobile (CC) European Cyclists’ Federation

El velomóvil o bicicleta-coche es un vehículo que seguramente habrás visto alguna vez, si no en persona en alguna película, documental o vídeo de YouTube. Tiene pinta entre futurista (ya lo vimos en 2010: Odisea dos) y algo procedente de la retorcida mente de un inventor loco. Tiene forma de mini cohete horizontal, con tres ruedas y un mecanismo similar al de una bicicleta. Quien lo pilota viaja tumbado hacia atrás, una postura poco «intuitiva» cuando menos.

La eficiencia de un velomóvil es tal que los deportistas, pedaleando a unos 200 vátios alcanzan fácilmente los 40 km/h; una persona normal llega a los 35 km/h. Además hay modelos con motor eléctrico y alimentados por energía solar, aunque no he encontrado en la gráfica que se mencione a cuál se refieren. Aunque son algo más pesados que una bicicleta de carbono son también 30 veces más eficientes aerodinámicamente, que a la larga es lo que cuenta.

El dato me parece una actualización interesante, que nos deja pensando cuál será la innovación que nos permita transportarnos todavía más eficientemente deprisa dentro de medio siglo.

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Gráficas: Scientific American. Foto (CC) European Cyclists’ Federation @ Flickr.

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