Una cosa está clara: España podría tener un menor número de parados, si contratar nuevos empleados no le saliera tan sumamente caro a las empresas. El desempleo lleva meses bajando sí, pero podía hacerlo a un mayor ritmo. Sin embargo, las empresas echan el freno a la hora de contratar por las enormes cotizaciones sociales a las que deben hacer frente.
No cabe duda que las relaciones laborales en España atraviesan un periodo bastante complejo, en el que la tensión entre los costes laborales para las empresas y las demandas de mejores salarios por parte de los trabajadores se hace cada vez más evidente.
Pese a que los sueldos de muchos empleados se han mantenido estables o han crecido por debajo de la inflación, el coste total de un trabajador para su empresa ha aumentado significativamente debido a las elevadas cotizaciones sociales y a otras cargas fiscales asociadas al empleo.
Este fenómeno está afectando tanto a la contratación como a la competitividad de las empresas. Y de momento, para que nada va a pasar para frenarlo.
¿Cuánto paga una empresa por cada empleado?
Según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, las cotizaciones sociales representan aproximadamente un 30% adicional del salario bruto del empleado. Por ejemplo, si un trabajador percibe un sueldo bruto de 30.000 euros anuales, la empresa debe aportar unos 9.000 euros adicionales en concepto de cotizaciones. Este coste incluye conceptos como las contingencias comunes, desempleo, formación profesional y el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA).
En 2023, las empresas en España destinaron una media del 23,6% del salario bruto a las cotizaciones obligatorias, según datos de Eurostat. Este porcentaje está por encima de la media de la Unión Europea, que se sitúa en torno al 21%. Países como Dinamarca o el Reino Unido tienen cargas mucho más bajas, lo que incrementa la competitividad de sus mercados laborales.
El impacto en la contratación
Las altas cotizaciones sociales actúan como un freno para la contratación, especialmente en sectores con bajos márgenes de beneficio. De acuerdo con el informe de la CEOE de 2023, el coste laboral total medio por trabajador se situó justo en 31.300 euros anuales, pero el salario neto que recibe el empleado es significativamente menor debido a las retenciones fiscales y a las contribuciones a la Seguridad Social.
Esto genera un efecto paradójico: mientras los empleados perciben que su poder adquisitivo no mejora, las empresas enfrentan una presión cada vez mayor para ajustar sus estructuras de costes. En este contexto, muchas empresas optan por estrategias alternativas, como la subcontratación, apoyarse en autónomos externos y en el incremento de la carga laboral por empleado o la automatización de tareas, en lugar de aumentar la plantilla.
La relación entre inflación y salarios
Un factor agravante es la disparidad entre la inflación y el crecimiento salarial. Según el Banco de España, la inflación interanual en 2023 alcanzó un 5,6%, mientras que los salarios pactados en convenio colectivo solo crecieron un 3,2% de media. Esto implica que los trabajadores han perdido poder adquisitivo, incluso cuando el coste laboral para las empresas ha aumentado.
En una comparativa internacional, España destaca por sus elevados costes laborales en relación con el salario neto. Por ejemplo, en países como Irlanda o los Países Bajos, las cotizaciones sociales son menores y están parcialmente cubiertas por el Estado, lo que fomenta una mayor contratación y un crecimiento salarial más sostenido.
En Alemania, aunque las cotizaciones también son altas, los salarios brutos y netos son significativamente mayores, equilibrando el impacto en los trabajadores.
Ante esta situación, expertos y organizaciones empresariales han planteado diversas soluciones. La CEOE y otras entidades han pedido una rebaja gradual de las cotizaciones empresariales, argumentando que esto incentivaría la contratación y mejoraría la competitividad.
También muchos trabajadores desconocen el coste real que suponen para la empresa. Incrementar la transparencia podría generar una mayor comprensión del sistema por parte de los empleados. A la par que crear bonificaciones o reducciones fiscales para empresas que aumenten salarios o contraten nuevos empleados podría aliviar la carga actual.
Aunque los salarios en España no están aumentando al ritmo deseado por los trabajadores, las empresas enfrentan un coste laboral cada vez mayor debido a las altas cotizaciones sociales. ¿Consecuencia? Un nuevo factor de la falta de competitividad del mercado laboral español.
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La noticia
La empresa no te sube el sueldo pero le sales mucho más caro. «Se está contratando menos de lo que podría por las altas cotizaciones sociales»
fue publicada originalmente en
El Blog Salmón
por
Sergio Delgado
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