Hace ya una década que un ente llamado La Bande-Son Imaginaire arrancó su andar, dando pasos firmes gracias a las extremidades compuestas por Óscar Tanat y Heri Ángelo Tanat. La cosa tuvo lugar en su natal Oaxaca y a la fecha el ritmo de aquella criatura no ha hecho más que recolectar buenos comentarios en redes sociales, donde suele apuntarse que el dark wave que la pareja sustenta se potencia indiscutiblemente una vez que ésta toma el escenario. El próximo sábado 9 de noviembre a las 19:00 hrs., en el Circo Volador de la CDMX, será posible atestiguar lo dicho, tal y como la misma dupla sostiene en entrevista.
Seguros de que con el paso del tiempo han madurado en su camino musical, “evolucionando, aprendiendo cosas, usando nuevas herramientas para avanzar sin dejar de lado nuestra esencia”, Óscar (O) y Heri (H) afirman que en su próxima presentación en el Circo Volador (obtén tus boletos aquí) sonarán “canciones que no se han tocado antes en la CDMX”, incluyendo “temas del nuevo álbum y clásicos que la gente quiere escuchar”. En este sentido, los músicos se refieren a Synthesizer magazine, nada menos que la obra más reciente del trío completado por Bram Hernández. Un combo que afirma haber “aprendido a vivir entre los muertos” mientras tomaba champurrado en su tierra natal y lamentos de ultratumba sonaban en su traspatio, por si alguien dudaba de su bravura.
Llevan rato levantando palmas gracias a sus presentaciones en directo. ¿Será que la puesta en escena lo que marca la diferencia entre La Bande-Son Imaginaire y el resto de sus colegas?
Hari Tanat (H). Estamos acostumbrados a ver conciertos donde sólo se interpretan canciones, sin que exista presencia escénica; nosotros somos diferentes, ofrecemos un ritual donde hay interacción con el público. Hay actuación y otras artes involucradas, como la poesía y la danza.
Óscar Tanat (O). Podríamos decir que todo lo que se hace es diferente, que nada tiene la esencia de nada; así una banda sea la copia de otra, jamás éstas serán lo mismo. Lo que nosotros tenemos diferente es el concepto de lo que significa una representación escénica. Personalmente me ha tocado escuchar la idea de que hay que hacer más show, como gritar, contorsionarse, arrojar cosas; nosotros venimos de la escuela del teatro, y manejamos la presencia escénica. Hay veces que en el escenario no está sucediendo nada escandaloso, sin embargo lo que está ahí es una activación de nuestra presencia. Hay pocas bandas que entienden lo que es la representación sin representar. Ahí hay un punto de partida para encontrar la diferencia.
¿Cómo cuáles bandas alcanzan a comprender esto que comentas, lo que es la representación sin representar?
(O) La verdad es que no lo sé. Yo lo veo más desde el punto de vista del Teatro; Antonin Artaud planteaba mucho la idea del teatro de la crueldad. Lo que puedo decir con más seguridad es qué es lo que me parece que no es teatralidad como tal. Por ejemplo, con Rammstein no creo que haya teatralidad, es más un artificio que tiene qué ver con el fuego, el espectáculo. Nick Cave tiene un manejo escénico más apegado al Teatro. Si te das cuenta no tiene una estructura de efectos detrás de él, mueve a la audiencia con su simple presencia.
¿Algún ejemplo nacional que mueva a la audiencia con su sola presencia?
(O) He visto, no con mucho detenimiento, cosas de Rita Guerrero.
¿Les parece bien que a su música se le coloque la etiqueta de dark wave?
(H) Mira, nosotros hacemos música en la ola oscura, y se vincula, aunque no precisamente porque tenemos solos de blues o jazz en nuestras canciones. Funcionamos con más cosas. Estamos vinculados al dark wave y no está mal, no nos molesta. Nos han dicho que somos los maestros del dark wave, y está bien.
Para finalizar. Han hablado de malinchismo en diversas ocasiones. Siendo precisos, ¿cuál es su experiencia propia en dicho terreno?
(O) Vivimos en una sociedad de múltiples encuentros culturales. Oaxaca es un estado con 500 años de resistencia, somos indígenas urbanos aunque nos cuesta trabajo asumirnos como indígenas, porque hay una carga discriminatoria muy fuerte ante el término. Cuando se habla del rock mexicano suele haber dos referentes: la cultura norteña del país, que son los mariachis; y la cultura prehispánica, que son los indios muertos (esto cuando existen un montón de indios vivos, herederos directos de Mesoamérica que siguen hablando zapoteco o náhuatl).
Nosotros sí nos hemos enfrentado un poco al malinchismo. En nuestra página de Facebook nos han dicho que nos pintamos de blanco porque somos prietos, o que yo uso sombrero porque soy un pinche campesino (así, como si serlo no tuviera valor). También notamos un malinchismo disfrazado de buen deseo, cuando nos dicen: ¡ah, mira, quién diría que unos pinches oaxacos podrían hacer algo así! Estamos en lucha constante contra la eliminación de esos pensamientos que abarcan nuestro ente nacional. Por otro lado, para nosotros cantar en francés es un arma de dos filos, porque hay quien dice: ¿porqué así, si son de Oaxaca? Como si no hubiera posibilidad de entablar un diálogo con el mundo desde nuestra trinchera; mientras, otros dicen que hacemos esto nada más porque se ve nice, lo cual es cierto.
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