La década de los 90 fue un periodo crucial para el metal en España. Si bien los años 80 habían servido como cuna de algunas de las bandas más emblemáticas del país, los 90 marcaron un antes y un después en la consolidación del género. Este fue el momento en que Mägo de Oz, una agrupación nacida en Madrid en 1988, tomó el testigo y llevó el metal español a un nuevo nivel. No solo lograron definir un sonido propio, sino que trascendieron las fronteras para conectar con audiencias en América Latina y otros países.

Mägo de Oz no empezó como una banda prominente, pero su evolución durante los 90 fue imparable. Bajo el liderazgo de Txus di Fellatio, quien además de ser batería era el principal compositor, el grupo se consolidó con un enfoque conceptual en sus álbumes y una mezcla distintiva de estilos. Incorporaron elementos celtas y folk a una base de heavy metal, lo que los diferenció de otras propuestas de la época. Sus influencias eran diversas, desde la música tradicional irlandesa hasta el hard rock clásico, lo que les permitió construir una identidad única.
El punto de inflexión en su trayectoria llegó en 1996 con el lanzamiento de Jesús de Chamberí. Este álbum marcó el inicio de su colaboración con la discográfica Locomotive Music y presentó un formato conceptual que se mantendría en sus obras posteriores. Inspirado por el musical Jesus Christ Superstar, el disco narraba una historia con profundas reflexiones sociales y críticas a las instituciones. Este enfoque les dio una conexión más fuerte con su público y les permitió explorar temas que iban más allá de las convenciones del género.
En 1998, La Leyenda de la Mancha consolidó su lugar en la escena musical. Este álbum conceptual, basado en Don Quijote de la Mancha, reinterpretó la obra de Cervantes desde una perspectiva moderna y musicalmente innovadora. Con canciones como Molinos de Viento, Mägo de Oz no solo atrajo a los seguidores del metal, sino que amplió su alcance a un público más diverso. Este tema en particular se convirtió en un himno que trascendió generaciones y sigue siendo un referente en su repertorio.
La conexión de Mägo de Oz con su audiencia no se limitó a su música grabada. Durante los 90, la banda ofreció numerosos conciertos en España y América Latina, donde encontraron una base de fans leal. Su enfoque teatral y la incorporación de instrumentos como violines y flautas en sus presentaciones en vivo los hicieron destacar en el escenario. Estos espectáculos no solo reforzaron su popularidad, sino que también cimentaron su reputación como una de las bandas más trabajadoras de la escena.
Además, su éxito en América Latina durante los años 90 fue un fenómeno notable. Mägo de Oz supo capitalizar el interés que el metal en español generaba en países como México, Argentina y Chile. Su capacidad para conectar con audiencias fuera de su país de origen les permitió ampliar su impacto y abrir nuevas oportunidades para el metal español en mercados internacionales.
El impacto de Mägo de Oz en los 90 no se limitó a su música o a sus conciertos. También jugaron un papel importante en la evolución de la industria musical del metal en España. Su éxito ayudó a visibilizar a otras bandas del género y a demostrar que el metal en español podía competir en términos de calidad y creatividad con propuestas de otros países.
En retrospectiva, los años 90 no habrían sido lo mismo sin Mägo de Oz. Su capacidad para innovar, contar historias a través de la música y conectar con una audiencia global los posicionó como una de las bandas más influyentes de la década. Su legado no solo marcó ese periodo, sino que también allanó el camino para nuevas generaciones de músicos en España y más allá.