Jurado No. 2, una joya de drama judicial del gran Clint Eastwood

Jurado #2


5
Reviewer

Calificación

Musicales, westerns, dramas basados en casos reales. No hay nada que el maestro Clint Eastwood no pueda hacer y con Jurado No. 2 se lava el trago amargo que tuvo con Cry Macho (2021) para crear un thriller judicial que no duda en soltar una mordaz crítica al sistema estadounidense de la única forma que el señor lo sabe hacer: impecablemente.

De qué trata Jurado No. 2

Un hombre es juzgado por el asesinato, de su pareja. Aunque pareciera que la duda y las pruebas se inclinan hacia su culpabilidad, es la presencia de un jurado (Nicholas Hoult) en el caso la que provoca que el grupo se enfrente ante un dilema moral que podría influir directamente en el veredicto del caso. Al más puro estilo de un thriller judicial, la cinta nos echa en cara la pregunta: ¿es la justicia de verdad ciega?

Eastwood, como el director creado en medio de clásicos y de la época dorada de Hollywood, nos vuelve a dar una clase como espectadores de un suspenso judicial combinado con thriller, algo que no desconoce en su carrera. Basta recordar aquella intriga política al lado de Gene Hackman en Poder Absoluto (1997), o la carrera por un indulto para un inocente afroamericano condenado a muerte en Crimen Verdadero (1999).

La gran fortaleza que tiene Jurado #2 es que, a diferencia de las otras, Clint no carga con el protagónico, sino que, como buen contador de cuentos, funciona como el mero observador, al lado de la audiencia, del dilema moral que enfrenta Justin Kemp (Hoult), mientras poco a poco va revelando el gran secreto detrás de este jurado y el porqué de su involucramiento en el caso en el que participa. Esto lo complementa de buena forma con la labor de la fiscal (Toni Collette), que cuida una naciente carrera política y sabe que el determinar la culpabilidad en este caso y salir victoriosa le daría el impulso necesario, pero ¿a qué costo?

Nicholas Hoult y Toni Collette son las caras de la justicia en Jurado No. 2. Foto: Warner Bros. Pictures
Nicholas Hoult y Toni Collette son las caras de la justicia en Jurado No. 2. Foto: Warner Bros. Pictures

El inteligente guion de Jonathan Abrams, primero en su carrera como escritor, proporciona a Eastwood y compañía una complejidad interesante en donde el querido director republicano pone en entredicho al sistema judicial y de justicia de los Estados Unidos. Además, ejecuta muy bien las piezas del juego que le presenta la historia. Los arcos de ambos protagonistas están destinados a chocar eventualmente, pero es la forma en que el suspenso y el quiebre de Kemp se va dando el que resulta cautivante.

Nicholas Hoult como el Jurado# 2 al que alude la cinta, exhibe una culpa, vulnerabilidad y duda creciente mientras camina una delgada línea entre su deber y su obligación cívica, una que lo arrebataría de lo que más quiere en su vida. Por su parte, Toni Collette va pasando de la aguerrida fiscal que lucha por la verdad y busca plantarle cara al terrible homicidio que implica violencia de género a aquella que no sabe si su lucha es correcta y persigue en verdad la imparcial justicia. Ese dilema es el principal motor de un filme que va revelando sus piezas poco a poco.

En este rompecabezas destacan otras dos figuras dentro del ensamble. Una de ellas es el ganador del Óscar J.K. Simmons como un ex oficial de policía que complica la búsqueda del veredicto final, así como Kiefer Sutherland en un papel que parece recordarle constantemente a nuestro Jurado #2 que, a veces, no hay escapatoria de los actos que hacemos, por más accidentales que hayan sido. Ambos, como secundarios, le añaden al relato esa dura cuestión sobre la justicia y las diferentes caras que hay de un hecho.

J.K. Simmons forma parte de un brillante ensamble dentro de Jurado No. 2. Foto: Warner Bros. Pictures
J.K. Simmons forma parte de un brillante ensamble dentro de Jurado No. 2. Foto: Warner Bros. Pictures

Asimismo, Eastwood maneja de forma excelsa la creación de tensión en forma de un suspenso inteligente donde uno como espectador sabe el gran secreto que Kemp guarda. Sin embargo, los momentos de deliberación y la forma en que los jurados buscan determinar la culpa o no del acusado nos remiten al gran manejo de un espacio cerrado y la tensión generada por un grupo de desconocidos encerrados con diferentes opiniones de la clásica 12 Hombres en Pugna (1957) de Sidney Lumet o Glengarry Glen Ross (1992) de James Foley.

Otra cuestión interesante, narrativamente, recae en la forma narrativa de la cinta, misma que va utilizando flashbacks de los recuerdos de Justin para ir formando el veredicto final que uno se va creando. Si bien el resultado final del juicio podrá resultar predecible, es el viaje del personaje lo que resulta cautivante para el espectador y para el mismo Eastwood, quien con el panorama más que claro, todavía ofrece un último giro de tuerca con un sobresaliente final abierto que deja la puerta abierta a la reflexión sobre el tema de la justicia y el sistema que, aparentemente, lo defiende, pero que a la vez se da un plomazo en el pie cada que puede.

La dupla de Hoult e Eastwood lleva a buen puerto esta cinta que merecía mejor suerte en temporada de premios. Foto: Warner Bros. Pictures
La dupla de Hoult e Eastwood lleva a buen puerto esta cinta que merecía mejor suerte en temporada de premios. Foto: Warner Bros. Pictures

Con una banda sonora decente y una sobriedad en la dirección, Eastwood no teme en poner en un encuadre a la Dama de la Justicia mientras los protagonistas hablan de lo que implica ser culpable o inocente. Eso es el ejemplo de un director veterano que, en su 42do filme, que bien podría ser el último de su ilustre carrera, sabe muy bien de lo que habla y no teme mostrarlo con su lente. Tristemente, Jurado #”2 llegó directamente a streaming, pero sin duda es uno de los mejores filmes del maestro, que debió correr con mejor suerte en esta polémica temporada de premios. Un ejemplo más de que la justicia muchas veces no es tan ciega como lo creemos.

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