Este es un disco debut en el que suena pop, R&B, trap, flamenco y sonidos árabes, ya que Lara Fernández Castrelo, alias Judeline, no conoce de limitantes ni de prejuicios, pero es alguien que aquilata al pasado y ello se le agradece: “Lole y Manuel, Ricardo Pachón y Camarón de la Isla caminaron para que nosotros podamos andar. Y en los últimos años personas como Rosalía, Dellafuente o Califato 3/4 han revolucionado el flamenco y nos han dado a los andaluces y al resto de generaciones de España el orgullo de ir a nuestras raíces y mezclarlas con lo que nos gusta“.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Judeline tiene en Bodhiria la máxima sorpresa discográfica de este 2024 para Iberoamérica… por su duende, por su claridad de ideas; aquí no hay dudas ni extravíos, se trata de un álbum conceptual conformado por 12 canciones en la que encarna el personaje de Angel-A para moverse dentro del ámbito imaginario que le da título y que ella entiende unas veces como una habitación y otras como una caverna.
La artista, nacida en Jerez de la Frontera, inventó la palabra bodhiria y concibió ese espacio imaginario hasta el que se dirige su avatar, siguiendo una corazonada y la atracción de la luna; ese no-lugar le permite entrar en contacto con Dios y mirar como el mundo avanza sin su presencia.
El resultado tiene que ver mucho más con El malquerer de Rosalía que con la música de gente como el puertorriqueño Tainy, con quien arrasó con “Si preguntas por mí” (más de 28 millones de reproducciones en Spotify); llamó la atención de Bad Bunny para posteriormente irse de gira con el colombiano J Balvin –ella lo ha aprovechado todo-.
Aunque el sonido tiene que ver más con lo que hace gente como FKA Twigs y María José Llergo, algo que se debe en gran medida a la pareja de productores Tuiste y Mayo, quienes coordinaron el proyecto, para luego convocar a un grupo nutrido de colegas para que metieran lo suyo; ahí están Rob Biesel, Drummie, Rusowsky y Ralphie Choo para aportar variedad estilística.
Es así que abre con “Bodhitale”, en la que procesa los tambores de una cofradía de Semana Santa, para luego incursionar con “INRI” en la que se nota más acento del Magreb más que el toque afrobeat que menciona parte de la crítica.
Pronto aparece la parte más lograda de Bodhiria… ahí está “Mangata”, que es un tema lleno de seducción y que acelera hasta acercarse a los terrenos electrónicos de la peruana, afincada en Alemania, Ela Minus, o incluso de la peruana Sofía Kourtesis, cuando disminuye los beats.
Para proseguir con su propia actualización del joropo venezolano en una canción que se llama de igual manera y que es un muy refinado trabajo de estudio (¡Vaya aportación de las flautas!), en el que la tradición salta al presente y se adapta a su pulso sonoro; es el momento en que podemos apreciar la tesitura vocal de Judeline y sus posibilidades.
En cuanto a esa avalancha de neo-flamenco –en la ruta de Rosalía y Rocío Márquez– ahí tenemos “4angelitos” y “Luna roja”, que contribuye a dar mayor cohesión al asunto de lo conceptual, enhebrándose a la perfección con “Zarcillos de plata”, que es una balada llena de inspiración y que, precisamente, nos lleva a un sitio atemporal en el que la infancia se hace eterna.
Bodhiria es un álbum diverso y elusivo a partes iguales… es muy intenso y sentimental; no extraña pues que la Comisión Europea de Cultura la haya nominado este año a un galardón que en 2017 ganó Dua Lipa… Judeline es candidata en los Music Moves Europe Awards, enfocados al talento emergente.
Me quedó con una obra muy completa que refleja el temperamento de una artista que hace de lo multicultural su fortaleza, tal como se desprende de sus declaraciones: “El flamenco me llega directo al corazón, pero el joropo también, me pone los pelos de punta“.
Judeline es puro fuego y Bodhiria una de las sorpresas discográficas más notables del 2024.
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