Es músico, un artista multimedia, docente y gestor cultural nacido en Córdoba, Argentina, cuya vida la ha dedicado a las músicas poco comerciales. Ha presentado sus obras en 30 países, realizado comisiones por encargo para el Instituto Internacional de Música Electroacústica de Bourges, Francia (IMEB), la cadena radial WDR 3 de Colonia, Alemania y el Centro Reina Sofía, Madrid, entre otros. Además de su intensa actividad discográfica, Gonzalo Biffarella es coordinador de las Jornadas Internacionales de Música Electroacústica (JIME) y coordina el sello Viajero Inmóvil Ex]p]rimental donde también, desde 2019, presenta entre otros discos, su propia música.
Uno de los discos, entre muchas otros, disponibles en el Bandcamp de Viajero Inmóvil Ex]p]rimental, es la serie Diálogos, creación colaborativa que, nos dice su instigador, nace de una de las mayores deudas en el campo cultural: la ausencia de canales de diálogo. “El diálogo ⎯apunta el intérprete del Chapman stick en la descripción del proyecto⎯ requiere de la capacidad de escuchar al otro y de darle la posibilidad de exponer sus argumentos […] Propuse a colegas, a los que respeto por sus trayectorias, generar construcciones sonoras que se basaran en la escucha de lo que el otro pudiera proponer, buscando que cada aporte conviva y enriquezca, pero que no anule ni enmascare la idea del otro”.
En junio de 2024, Biffarella asistió al Festival Máquina Productora de Silencio organizado en la Fonoteca Nacional por 17, Instituto de Estudios Críticos de CDMX y el International Institute for Critical Studies in Improvisation, de la Universidad de Guelph, Canadá. Resultado de esa visita es el álbum número 7 de la serie Diálogos en donde Biffarella improvisa con diferentes colegas, dos de ellos mexicanos: Ana Ruiz y Mauricio Sotelo. Hace unos meses él puso a circular, en el bandcamp de Viajero Inmóvil Ex]p]rimental, el disco Diálogos-creación colaborativa-serie 7 en donde el stickista “habla” con siete músicos para entablar un intercambio las más de las veces afortunado.
Al acercarse a una producción de estas, uno sabe o cree saber lo que encontrará. En realidad es más fácil decir lo que no habrá, que proceder a la descripción de lo hallado. Pero si algo llama la atención de esta producción es, primero, la capacidad de adaptación de Biaffarella para dialogar y lidiar con sus contrapartes. Lejos de intentar liderar las improvisaciones, el stickista ha llegado con un poco de conocimiento de sus interlocutores y la premisa no le ha fallado. Tal vez el mejor ejemplo de ello son las improvisaciones que sostiene con dos pianistas: Ajay Heble y Ana Ruiz. Con el primero flota una aura de swing, una insinuación, muy tímida si se quiere, de melodías y algunas reminiscencias clásicas de parte de Heble. En la improvisación con Ruiz ⎯muy breve, a mi gusto⎯ esta toca con mucho vigor, tanto que pareciera destrozar el piano o desear imprimir las notas en el aire. Es una charla potente y a veces con un toque muy claro de misterio.
Cuando Biaffarella dialoga con la trompeta de Jashen Edwards, éste se mueve la mayor parte en la tonalidad, mientras el stickista hace lo contrario; juntos crean una atmósfera aparentemente irreal, pero muy cotidiana, como si la noche cediera el paso al día o el crepúsculo alumbrara la noche. En el diálogo con Mauricio Sotelo (Cabezas de Cera) me hubiera gustado la indicación de por cuál bocina se escucha cada uno. Aquí, uno de ellos pone una idea en la mesa que el otro retoma y desarrolla y así durante unos minutos ⎯el corte es uno de los más largos⎯ hasta conformar un pasaje de atmósferas y experimentación muy interesante. Me gusta el resultado del choque del sonido aparentemente orgánico de la voz de Ellen Waterman (flauta, voz, procesos electroacústicos) y el más eléctrico del stick. Ambos tejen una red sobre la cual ella deja escuchar una voz que aparece y se desvanece en un movimiento fantasmal gracias a los procesos electroacústicos.
El instigador de esta colaboración, dialoga también con el contrabajo de Santiago Botero y en esta improvisación los dos buscan tejer, a partir de la abstracción sonora texturas y atmósferas y en esa maraña de caos se asoma un discurso en donde el contraste entre la gravedad del contrabajo convive con los sonidos agudos del stick para perfilar un paisaje sonoro de claroscuros. Con la voz de Juanita Delgado. Aquí, la conversación parece nunca darse en el mismo plano; cuando él gana énfasis ella se repliega y viceversa, pero esta manera de hacerse escuchar tiene en ese desfase uno de sus principales atractivos. Atrayente, aventurado sin cortapisa alguna el trabajo de Biffarella a quien, debo confesar, desconocía, como se desconoce lo que se hace al sur y, creo, allá abajo del continente se desconoce lo que se hace en el resto de América Latina en cuanto a improvisación y experimentación se refiere. Tal vez la hora de hacer sinergia ha llegado y el impulso del guitarrista asentado en esta serie Diálogos y todo el sitio Viajero Inmóvil Ex]p]rimental es una muestra de ello.
Lector, si ya llegó hasta aquí hágase un favor y enchúfese a Viajero Inmóvil Ex]p]rimental.
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