Gene Simmons explica por qué el rock ya no es música comercial

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El impacto del rock en la industria musical ha cambiado con el tiempo. Si bien bandas legendarias siguen llenando estadios en todo el mundo, el género ha perdido presencia en las listas de éxitos y en la cultura popular más amplia. Para Gene Simmons, bajista y vocalista de Kiss, esto no es una cuestión de talento o creatividad, sino de cómo ha evolucionado la industria y el público que consume música. En una reciente entrevista con Greatest Music Of All Time, el músico analizó las razones detrás de este cambio y por qué considera que el rock ya no domina el mercado como antes.

El problema no es la música, sino el negocio

Simmons argumenta que el declive comercial del rock no tiene que ver con la calidad de las bandas, sino con la estructura del negocio musical y el tipo de público que sostiene a cada género. Según él, aunque agrupaciones como Metallica e Iron Maiden siguen siendo gigantes en la escena en vivo, el rock carece de nuevas bandas que logren alcanzar ese nivel. “Nómbrame una banda de rock grande y nueva. No existen. Foo Fighters es una banda enorme, pero tiene 30 años”, afirmó.

El bajista señala que la principal diferencia entre el rock y otros géneros radica en el comportamiento del público. A medida que la música comenzó a distribuirse de forma gratuita con la llegada de la era digital, el modelo de negocio dejó de ser viable para muchas bandas emergentes. En contraste, otros géneros encontraron formas de mantener su rentabilidad gracias a la forma en que sus seguidores consumen y apoyan el contenido.

Pop, rap y el poder de la identidad cultural

Uno de los puntos clave en la visión de Simmons es que la música no solo es entretenimiento, sino un fenómeno cultural que conecta a las audiencias de distintas maneras. Mientras que el pop y el rap han logrado consolidar comunidades leales que se identifican con sus artistas más allá de la música, el rock ha perdido ese vínculo con las nuevas generaciones.

“El pop tiene una base de fans predominantemente joven y femenina. Muchas de estas artistas representan algo más que su música. Taylor Swift no solo escribe canciones, sino que encabeza un movimiento. Sus seguidores, los Swifties, no son solo oyentes, sino una comunidad con una identidad definida”, explicó.

En el caso del rap, Simmons señala que su impacto va más allá de la música, ya que es parte de una identidad cultural y social más amplia. “El rap no es solo música, es cultura. Habla de ‘nosotros contra ellos’, de la realidad de quienes lo crean y lo consumen. Es como el fútbol: no es solo un deporte, es una bandera que representa algo. Y cuando la música se convierte en identidad, los seguidores se comprometen de otra manera”, añadió.

Un fenómeno sin una solución clara

Para Simmons, el futuro del rock como fuerza dominante en la música popular es incierto. Aunque reconoce que la pasión por el género sigue viva en los conciertos y entre los fanáticos más dedicados, considera que la industria ha cambiado de manera irreversible. Mientras otros géneros han sabido adaptarse al nuevo panorama, el rock sigue dependiendo de sus figuras clásicas sin lograr renovar su base de seguidores en la misma medida.

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