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Reviewer
Lo que bien pudo terminar como una gringadera más, terminó siendo una grata sorpresa. Hoy llega en exclusiva a Prime Video el thriller de acción G20, protagonizado por Viola Davis. Más allá de su extraordinaria carrera en roles dramáticos, la actriz ganadora del Oscar no es ajena al género. La diferencia es que mientras Amanda Waller analiza la situación detrás de su escritorio en la saga de Suicide Squad, aquí toma acción directa contra los granujas terroristas genéricos (muy inclusivos ahora con las nacionalidades para que no digan que solo los rusos son malos, por cierto)
Dirigida por la mexicana Patricia Riggen (hasta me hizo olvidar que hizo la cursísima Bajo la misma luna), lo único que necesitas para disfrutar de la acción de G20 son 20 neuronas y una bolsa de cacahuates japoneses. Nada mal.

“She’s a badass!”: De qué va G20, la cinta de acción protagonizada por Viola Davis
En medio de una crisis económica en África, la presidenta de los Estados Unidos tiene un plan para salvar al mundo y para ello, llega a la reunión del G20 en Sudáfrica para compartir su idea con el resto de los líderes más poderosos del mundo. Sin embargo, una malévola organización terrorista los toma como rehenes en el hotel donde se lleva a cabo la reunión con la intención de boicotear sus esfuerzos y establecer una nueva Bitcoin que se convierta en la moneda de cambio global.
Ahora, la presidenta estadounidense, quien no solo es la tenaz líder del libre mundo, sino un soldado retirado de la guerra de Irak, deberá salvar a sus camaradas… No… ¡Al mundo entero! No, estas no son las noticias del día: es el argumento de la obra.
¿Recuerdan el episodio de Los Simpson donde Homero ayuda a Mel Gibson a acabar su película y uno de los diálogos es “apoyo la moción… ¡Con toda violencia!”? Practicamente ese es el sentimiento general que transmite G20. Es una película que engloba todos los clichés del cliché del cliché en el mundo de la acción política pero que extrañamente y contra todo pronóstico, están bien ejecutados. Locaciones situadas en ciudades exóticas, las líneas matonas, una que otra muerte memorable de algunos secuaces y una agradable estelar. Todo lo que quiso hacer Roland Emmerich con la saga de La caída de la Casa Blanca pero bien.
No esperes una trama compleja ni giros sorpresivos. El filme fluye entre buenas secuencias de acción donde los malos son muy malos y la heroína, sobrepasa cada obstáculo a su paso en un hotel que funciona como una especie de Nakatomi Plaza de Duro de Matar. Honestamente, no esperaba que Viola Davis se diera tanta rienda suelta a la hora de los catorrazos pero sus intervenciones funcionan a la perfección y le abren la puerta a experimentar de nueva cuenta este tipo de cintas. Sería necio no reconocer que varias secuencias son muy emocionantes, el presidente Ford se sentiría orgulloso de ella.
Como su mano derecha vemos al actor puertorriqueño Ramón Rodríguez como el guardaespaldas personal de Davis. En el breve mensaje compartido por la directora previo a la función, mencionó con ánimo su intención de incluir un retrato positivo de un personaje latino. Lo consigue bastante bien como este héroe leal e inteligente que pone en riesgo todo con tal de cumplir su deber. Un complemento agradable, todo protagonista necesita un compinche así a su lado.
El contrapeso que tiene la obra es Antony Starr como el líder de los terroristas. Como siempre, un gusto verlo con la sangre fría que le caracterizan sus papeles aunque lo confieso: corre el riesgo de encasillarse en el papel de villano. Practicamente el tono sociópata e intenciones son las mismas que Homelander. Cuidado con eso.

Lo único que sí juega en contra de G20 es lo excesivamente tedioso del primer acto que a su vez, demuestra un tono cursi que permea toda la obra de “la familia es primero”. No conformes con el esperado discurso de “Estados Unidos el #1 que siempre nos salvará, yeah” que debemos soplarnos, las insufribles interacciones de Davis con sus chamacos, un niño guango sin personalidad y la chica que resulta ser una hacker experta de seguridad (porque por ahí, destaco, también está el mensaje de las mujeres son mejores), así como el marido vuelto damisela en peligro, desbordan una miel innecesaria que endulza la adrenalina de la sangre derramada. Ya entendimos que la familia es el mejor equipo, no tenía porque ser todo el eje que resolviera el conflicto.
G20 es la película perfecta para streaming. La dirección es buena para entregarnos un entretenimiento simple, divertido, sin necesidad de prestarle toda tu atención y a la vez, puedes repetirla varias ocasiones. Es un bello recordatorio a la forma en que vimos en televisión todos los clásicos de acción de los 80s y 90s, hasta hace tolerable esos insufribles cortes comerciales que ya les ha dado por meter para que pagues más (no, Amazon, no pasará). Fans de los plomazos y guamazos: denle una oportunidad, la película deja un sabor muy ameno.