Muy pocas personas tienen la oportunidad de vivir la historia de la música en carne propia, es decir, cuántas personas realmente escucharon tocar a Beethoven y cuántos seres humanos vieron en vivo a The Beatles o quién escuchó el primer sencillo de Chuck Berry; bueno, apenas unos miles de todos los millones de personas que habitamos este mundo fueron al Rock y Ruedas de Avándaro, el primer Vive Latino, al debut de Molotov. Un largo etcétera.
Las oportunidades escasean, pero siempre hay forma de sumarte a la historia. Eso sucedió este sábado 18 de enero de 2025 en las instalaciones del Zócalo de la Ciudad de México cuando salió a escena Fito Páez, uno de los más grandes compositores del rock en español en los últimos tiempos, leyenda del rock en Argentina, una especie de super genio de la composición, las armonías, melodías y ritmos.
Ante los primeros sonidos que emanaron del sistema de sonido en la Plaza de la Constitución, las más de 80 mil personas que se dieron cita para ver al héroe contemporáneo de la sabiduría hecha canción, alzaron sus manos en signo de excitación, levantaron los celulares para inmortalizar el momento e hicieron un esfuerzo sobrehumano en la garganta que desgarró sus cuerdas vocales interpretando “El amor después del amor”.
Querían hacerse notar, hacerle saber al músico argentino que esta noche no está solo, tiene al pueblo de su lado. Un pueblo que lo venera como si hubiera nacido en una de las colonias populares de la capital y navegado día tras noche por los canales de Xochimilco, arrastrando los diablos de La Merced o comprando sus teclados, guitarras y micrófonos en el tianguis de los martes de Taxqueña.
Porque de ahí viene, de la mal llamada “clase media” que tiene que pagar su cocina, lavadora y hasta servicios en pequeños pagos; por eso no necesitó hablar más de lo necesario frente al Palacio Nacional, su comunicación es a través de los acordes, los riffs, solos, escalas, notas, silencios y letras que retratan con minucioso detalle y un toque poético, la forma en que nos han orillado a vivir, ¿pero pueden obligarnos a sentir?
Fito Páez, una noche de clásicos en el Zócalo de la CDMX
La noche fue de grandes clásicos. Basó todo el concierto en su disco “El amor después del amor” que cumplió 30 años en el año 2022, pero en el 2023 hizo una reedición con arreglos nuevos e invitados de la generación actual de músicos internacionales, pero también con sus grandes amigos. Por eso lo sacó de gira, pero también porque es el que le dio la fama internacional, el que lo convirtió en leyenda y una de las obras maestras que se han compuesto en este continente cuando hablamos de rocanrol.
Por ahí agregó otros tantos hits que no había recorrido durante la gira y fueron una gran sorpresa para todos los mexicanos o mexicanas, pero también motivo de envidia para otras partes del mundo que no escucharon “Cadáver Exquisito”, “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, “Dar es dar”, “Al lado del camino” y “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. No así para los que decidieron quedarse en casa, pues la transmisión estuvo cabrona.
Un espectáculo que es todo lo que esperamos de Fito Páez, una expresión minimalista en el escenario con las luces o las imágenes, nada importante porque tu atención siempre tiene que ir enfocada al sujeto del centro con un extraño vestuario de algodón verde fosforescente y una capa fucsia, quien a pesar de haberse roto cinco costillas hace apenas cuatro meses, está parado a 4° centígrados dando el mejor concierto de su vida, saltando, bailando, emocionado, a punto de las lágrimas de vez en cuando.
El mismo que dirige a la banda que le acompaña en el escenario, que lo mismo se sienta al piano y pisa las teclas con el impulso de un enloquecido amante de la música, agarra la guitarra para tirar rasgueos en la locura y excitación o que se acerca al público, les hace cantar a todo pulmón para respirar, tragar saliva, limpiarse el sudor y retomar el groove. Un duro.
Simón, todavía faltan un par de conciertos en el Auditorio Nacional de Paseo de la Reforma, pero difícilmente podrán encontrar la misma mística que transmite una repleta Plaza de la Constitución con 80 mil fanáticos de todas partes del mundo disfrutando de la cultura gratuita, la emblemática bandera más bonita del mundo ondeando en su esplendor y rodeado de construcciones históricas construidas sobre lo que alguna vez fue el lago que albergó a nuestros antepasados en la gran Tenochtitlán.
Lo que sucedió esta noche se platicará en dos años, un lustro, una década o dos o tres o un siglo. También será impreso el relato de lo sucedido, se guardará en hemerotecas que podrán consultar tus hijos, tus nietos, tus bisnietos. Harán edits en las redes sociales, van a piratear el video para venderlo en el tianguis. Es, fue y será historia pura. GRANDE FITO PÁEZ.
Setlist de Fito Páez en el Zócalo de la Ciudad de México
- El amor después del amor
- Dos días en la vida
- Tráfico por Katmandú
- 11 y 6
- Yo vengo a ofrecer mi corazón
- Cadáver exquisito
- Un vestido y un amor
- Tumbas de la gloria
- Naturaleza sangre
- Al lado del camino
- Circo Beat
- Brillante sobre el mic
- Ciudad de pobres corazones
- A rodar mi vida
- Dar es dar
- Mariposa tecknicolor
- Y dale alegría a mi corazón