David Lynch, director, escritor, pintor, actor y compositor, falleció hoy a los 78 años. Desde su debut en 1977 con Eraserhead, dejó en claro un estilo único al adoptar el surrealismo y adaptarlo al retorcido imaginario estadounidense como veríamos más adelante en Terciopelo Azul, Salvaje de Corazón, Lost Highway, la serie de TV, Twin Peaks y Mulloland Drive, la heredera de su película favorita, Sunset Boulevard.
Él abrió las puertas hacia el lado más oscuro y monstruoso del ser humano pero que a pesar de toda la maldad, mantiene viva una luz, como en El hombre elefante. Incluso en su película más inocente, The Straight Story, no abandonó ese sentimiento surrealista: un hombre de la tercera edad que cruza varios estados manejando una podadora para visitar a su hermano. Muy a la Buñuel en La ilusión viaja en tranvía.
La noticia fue dada a conocer a través de las redes oficiales del cineasta gracias a un mensaje compartido por su familia:
“Es con gran pesar que nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y el artista, David Lynch. Hay un gran hueco en el mundo ahora que no está más con nosotros. Pero, como él decía, ‘mantén el ojo en la dona y no en el agujero. Es un día hermoso con un brillo dorado y cielos azules”.
Fue el 5 de agosto de 2024 cuando a través de redes sociales, el artista compartió un comunicado donde reveló padecer de enfisema pulmonar tras años de tabaquismo. El cierre del texto fue de gran optimismo: “estoy lleno de felicidad y jamás me retiraré”. Tristemente, hoy decimos adiós a uno de los autores más importantes y transgresores en la Historia. No cualquiera puede darse el lujo de que su apellido, se convierta en un adjetivo como lo fue “lyncheano”.
“Veo al mundo y veo todo lo absurdo a mi alrededor”: David Lynch, el cineasta que dejó una gran huella en el mundo musical
Por supuesto, sería imposible no relacionar a David Lynch con el mundo de la música. Más allá de sus habituales colaboraciones junto a Angelo Badalamenti, recordemos el soundtrack de Lost Highway plagado de temas por gente como Marilyn Manson, Rammstein y NIN (todo un amante del industrial) o en Terciopelo Azul con Roy Orbinson o el tema que dio título al filme interpretado por Bobby Vinton.
La década de 1990 inició con uno de los himnos más importantes del rock: “Wicked Game” de Chris Isaak, con video dirigido por Lynch. En su trayectoria le seguiría “Longing” de X Japan hasta que en el nuevo milenio, regresó de forma más activa al medio.
En 2009, se unió junto a Moby para “Shot in the Back of the Head”, así como “I Touch a Red Button Man” de Interpol, el concierto de Duran Duran, Unstaged, y “Came Back Haunted”, de Nine Inch Nails. Sus últimos clips fueron dirigidos junto al legendario cantante folk, Donovan, con quien compartía la práctica de la meditación trascendental.
De ninguna forma puede omitirse la carrera que él mismo estableció como músico. En total, lanzó 10 álbumes, entre esfuerzos solitarios y colaboraciones con Badalamenti y la cantante Chrystabell, con quien lanzó su último álbum, Cellophane Memories el 2 de agosto del 2024.
Hablar de Lynch también implica abordar los otros roles que adoptó a lo largo de una carrera con más de 50 años de historia. Poco se habla de su paso como actor, pero es inolvidable como el agente del FBI, Gordon Cole, en Twin Peaks. Su última actuación fue perfecta, una especie de despedida poética: en Los Fabelman de Spielberg, encarnó al legendario John Ford en la última secuencia donde le da un consejo vital al protagonista sobre como colocar la cámara en relación al horizonte.
Surrealista a su costumbre, también prestó voz a Gus, el cantinero en The Cleveland Show durante las tres temporadas que duró el programa.
Lynch incluso dejó todo un legado en la publicidad que inició con una serie para Obsession de Calvin Klein dedicado a autores como Scott Fitzgerald y Hemingway. Tiempo después trabajaría con marcas como Yves Saint Laurent, Adidas, Honda y la cúspide: el increíble y bizarro comercial “The Third Place” para promocionar el lanzamiento del PlayStation 2 en el 2000. Un visionario que no conoció límites. ¿Cómo no amar a un hombre que llegó al punto de solo grabarse, decir “it’s friday once again!” y hablar del clima que veía a través de su ventana?