El Tri en el Estadio GNP: 56 años de hacerlo todo por el rock and roll

Fieles a su costumbre, El Tri preparó una maratónica para celebrar un aniversario más de carrera, esta vez en el Estadio GNP que agotó todos sus accesos gracias a los rocanroleros leales a una de las figuras más importantes del género en nuestro país: Álex Lora. Muchos los odian (y sí, el discurso rebelde no se ha mantenido congruente en todos estos años) pero sería necio negar su influencia y la importancia que tiene en la historia del rock.

Ahí estaban reunidos de todas partes sus fans: de Dallas, Texas, presumían venir algunos. Gente de Merida, Oaxaca, Veracruz, Puebla, de todos lados del territorio nacional. Gente que ama genuinamente el género, dispuesta a cantar, brincar y bailar sin importar las horas que ahí estaríamos. Que no se diga que no hay amor hacia el rock mexicano cuando en una misma semana, vimos a Liran Roll también agotar la Arena CDMX.

“Un legado cultural para la raza chilanga”: así fue la celebración de 56 años de El Tri en el Estadio GNP

A las 8:40, las luces del Estadio apagaron. Los primeros en aparecer en escena fue un grupo de danzantes aztecas con un estupendo número que acompañaría a la banda durante “La raza más chida” y el momento clásico de cantar el Himno Nacional.

Con un “¿Quieren que les cuente un cuento?” a la usanza de Brozo, dio paso a la genial “El muchacho chicho”. Sus canciones son atemporales, recordadas, invaluables. A lo largo de la noche recordamos la maestría que existe en la simpleza de “Pobre soñador”, “El niño sin amor” que vio a todos con la seña de amor y paz al aire, “Parece fácil”, “De tripas corazón”, el bloque dedicado al Simplemente con “Vicioso” y “San Juanico”, temas que nos han acompañado ya sea en borracheras, por los tíos o padres o entre los sonidos callejeros. La música de El Tri es la perfecta banda sonora del desencanto urbano y la crónica nacional.

Entre canciones, era imposible no dejarse fascinar por esta huella indeleble en la música mexicana que Lora ayudó a crear durante más de un siglo. Los temas del Three Souls in my Mind, “Perro negro y callejero”, “Que viva el rock and roll” y “Oye cantinero”, siguen teniendo el mismo impacto desde que salieron. La gran previa a “Abuso de autoridad” nos recuerda que no debemos dejar a un lado este rostro más divertido y desenfadado que hemos perdido con los años. Los gritos de “¡eeeeh Puto!” encontraron a su gente y el cantante lo tomó para burla de su prohibición en los estadios. “¡Los weyes de la FIFA que chinguen a su madre también! Vamos a mandarles un saludo que se oiga hasta el próximo mundial”. Joya.

El Tri en el Estadio GNP
“Si somos culeros pero sinceros”, reconoció. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Ahí está el genio de Álex: busca mantenerse relevante dentro de los tópicos, no quedarse solo en “los hijos de Díaz Ordaz” y Avándaro, sino acoplarse a lo que los tiempos exigen. Sigue levantando el dedo medio hacia las injusticias, reclamando a los políticos y a Televisa. Haciendo propios los comentarios contra su forma de cantar. “De por si ya canto reculero pero ya con esta madre me aclaro. Este mezcal era el que tomaba el Papa para hablar con Dios. Ya después de su trago era cuando Juan Pablo II decía ‘México siempre fiel”, bromeó tras darle un buen sorbo a su botella de mezcal marca El Tri.

Todo iba de maravilla hasta que llegó el momento más… Irritante debido al oportunismo del señor que fue a dos ensayos de AC/DC, Dave Evans. La idea de un reconocimiento por un año más de carrera de El Tri era algo lindo pero ver como este sujeto, en compañía de su nuevo compinche, Paul Shortino (sí, el de Rough Cutt), aprovecharon descaradamente para promocionar una tocada en Cuernavaca, no tuvo razón de ser. Ya basta, Dave. Al menos Paul hizo canciones para Sonic Adventure 2

Una vez pasado este trago de amargo surrealismo, la noche retomó su ritmo hasta llegar al momento más emotivo. Tras sacar la ira, escuchar las rechiflas y mentadas unidas, el deseo de que Trump se vaya a la chingada, Lora sacó la reflexión de como “los buenos son los que se van siempre”. Hasta el cielo, se fue todo el cariño hacia el maestro Javier Bátiz, quien se nos adelantó el año pasado y a quien dedicó la versión que hizo El Brujo para Roma de “La casa del sol naciente”.

El Tri en el Estadio GNP
Antiguos espíritus aztecas invocados al ritual de la raza más chida. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Otra postal para el recuerdo: la celebración a los rocanroleros con “Chavo de onda” donde le acompañaron los campeones del torneo de baile realizado en Ciudad Neza (espero en el Coyote) a echarse sus mejores pasos y a quienes dedicó “Neza York”, aquella que reconoce el municipio como la cuna del rock nacional.

De lo más aleatorio pero jocoso: “Los de Metallica se aventaron una rola de nosotros aquí y ahora vamos con una de ellos”, mencionó Lora para mostrar el ingenio de mezclar “Nothing Else Matters” con la propia “Me vale madres”. Con la misma irreverencia, En “A huevo la cagas”, después del bello verso “te ligaste a una vieja que era un cabrón”, la cámara se fue directo hacia cierto personaje que estaba en las primeras filas: Erik Rubín, vestido con su sombrero vaquero. ¿Qué le saben?

Para darnos una breve pausa a los guitarrazos (faltaba poco más de una hora todavía) el Mariachi Misterio de Puebla apareció en el escenario con su versión de “Triste canción de amor” y otra parte infalible en las presentaciones de El Tri: Alex, vestido de mariachi con casaca roja muy vistosa cantando “Cielito lindo” y “El Rey”.

Si ya había dejado en claro el enorme legado que ha dejado en la música popular mexicana, el cierre del show nos llevó a las tres canciones quintaesénciales en su carrera: “Las piedras rodantes”, “ADO” (del Three Souls, por supuesto) y de nueva cuenta ahora sí en su aguardentosa voz, “Triste canción de amor”.

Perdí la cuenta de cuantas veces preguntó “¿somos felices?” en más de cuatro horas pero sí, sí fuimos felices. Por más años de El Tri de México, ¡y qué viva el rock and roll!

El Tri en el Estadio GNP
Sea lo que sea, tiene un enorme merito lograr tocar durante tanto tiempo a los 72 años. Foto: Mario Valencia/Pólvora.

Setlist de El Tri en el Estadio GNP

  1. La raza más chida
  2. El boogie de El Tri
  3. Ya no le metas
  4. La balada
  5. El maldito ritmo
  6. FZ 10
  7. Mente rockera
  8. Una y otra vez
  9. El muchacho chicho
  10. Nocivo para la salud
  11. Yo quiero ser tu celular
  12. Perro negro y callejero
  13. Es lo mejor
  14. Pobre soñador
  15. Ratero
  16. Todo por el rock and roll
  17. Que viva el rock and roll
  18. Yo canto el blues
  19. María Sabina
  20. Seguro de vida
  21. Caseta de cuota
  22. ¿Por qué no te mueres, Trump?
  23. La casa del sol naciente
  24. El niño sin amor
  25. Parece fácil
  26. Mis rolas
  27. Oye
  28. A huevo la cagas
  29. Oye cantinero
  30. Abuso de autoridad
  31. Me voy a suicidar
  32. Nunca digas que no
  33. Hasta que el cuerpo aguante
  34. El rock nunca muere
  35. Chavo de onda
  36. Neza York
  37. El esclavo
  38. Difícil
  39. Renuncio
  40. Apriétame más
  41. De tripas corazón
  42. Lennon Blues
  43. La gitana
  44. No hay pedo
  45. Me vale madres
  46. Triste canción (con el Mariachi Misterio)
  47. El Rey/Cielito lindo
  48. Qué chingón
  49. Vicioo
  50. Metro Balderas
  51. San Juanico
  52. El dueño del mundo
  53. Inyección
  54. Mujer diabólica
  55. Bésame
  56. Todo me sale mal
  57. Nostalgia
  58. He pensado mucho
  59. Los minusválidos
  60. Las piedras rodantes
  61. Cuando tú no estás
  62. ADO
  63. Triste canción

Comparte lo que descubriste en Pongara News