El satélite medioambiental Sentinel-1D del programa Copérnico ya está en órbita

Esta pasada noche un Ariane 6 puso en órbita el satélite medioambiental Sentinel-1 D del programa Copérnico de observación de la Tierra. Con sus paneles solares desplegados, el mástil de su radar extendido, y en comunicación con el control del tierra la misión ha comenzado de la mejor forma posible.

Vienen ahora tres días de operaciones iniciales en los que se comprobará el funcionamiento de los sistemas y en los que es probable que ya podamos ver una primera imagen captada por el satélite. Aunque luego viene la puesta en marcha y calibración que durará unos noventa días, con lo que para abril debería estar completamente operativo.

El Sentinel-1 D se colocará en una posición orbital a un día por detrás del A durante la fase de puesta en marcha. Pero en cuanto esté listo para entrar en servicio ocupará el lugar del A, que a su vez comenzará a ser bajado de su órbita actual para que reentre de una forma controlada y así no dejar basura espacial.

Impresión artística de un Sentinel-1 en órbita con la Tierra al fondo – Unión Europea / Programa Copérnico
Impresión artística de un Sentinel-1 en órbita – Unión Europea / Programa Copérnico

Como sugiere la D de su nombre este es el cuarto Sentinel-1 puesto en órbita. Pero contando con él sólo hay tres activos, ya que el B dejó de funcionar en diciembre de 2021, un poco más de cinco años después de su lanzamiento. Esto fue debido a que se estropeó el suministro de electricidad a su radar y falló el cambio al sistema de alimentación alternativo, que estaba diseñado para ser automático. Pero aprendida la lección el C y el D incorporan un sistema de cambio manual que se activa desde el control de la misión. Así que eso está solucionado.

La idea es que los dos más nuevos proporcionen continuidad a los datos obtenidos por el A y el B hasta que en el futuro se lancen los Sentinel-1NG A y B, lo que está previsto a partir de 2034.

Los Sentinel-1 usan un radar de apertura sintética de banda C que les permite obtener imágenes de las superficies terrestre y oceánica de Europa, Canadá y las regiones polares en cualquier momento del día o la noche. Y en todas las condiciones meteorológicas, pues el radar permite observar a través de nubes

Esas imágenes permiten detectar y vigilar vertidos de crudo y su evolución, estudiar las banquisas de hielo, detectar los desplazamientos de la superficie de la tierra, analizar los usos del terreno.

Los Sentinel-1 también contribuyen a la gestión de la navegación marítima, ya que aparte del radar llevan un receptor del sistema AIS, de Automatic Identification System, Sistema de Identificación Automática. Es un sistema que transmite el identificador de cada barco, su posición, rumbo y velocidad.

Los datos básicos obtenidos por el programa Copérnico son de libre acceso para cualquiera que los quiera utilizar; sólo hay que darse de alta y descargarlos.

El Ariane 6 que puso en órbita el Sentinel-1 D fue un Ariane 62, lo que quiere decir que voló con dos propulsores laterales de combustible sólido que en los primeros minutos de la misión proporcionan la mayor parte del empuje. Ha sido el cuarto lanzamiento de esta configuración. Todos ellos colocaron sus cargas útiles en órbita sin problemas, aunque en el primero falló el encendido para deorbitar la segunda etapa, que quedó en órbita en forma de basura espacial.

Tras varios retrasos tendremos que esperar ya a 2026 para ver el primer lanzamiento del Ariane 64, que monta cuatro propulsores laterales. Su carga útil serán 30 satélites de la constelación Kuiper de acceso a Internet de Amazon.

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