4.5
Reviewer
De no ser por el trancazo monumental que fue Minecraft en la taquilla, diría que a Warner Bros. no le gusta el dinero. A pesar de haber estrenado proyectos interesantes (¡y originales, además!) en estos primeros meses como Compañera Perfecta y Pecadores, el estudio parece no recuperarse de sus torpes decisiones. Pero entre todos los tropiezos, está el más insensato al que no le encuentro explicación y es sobre El día que la Tierra explotó, el regreso de los Looney Tunes: ¿por qué se negaron a estrenarla ellos si es una de las mejores películas para toda la familia estrenada en años?
Por fortuna, Ketchup Entertainment, distribuidora con mayor visión comercial, adquirió los derechos de la obra antes de que quedara enlatada y ahora, llega a México en exclusiva gracias Cinépolis Distribución. Si bien el plan original era que llegase solo a Max, al diablo: es una obligada para la pantalla grande.

“¿Tienes idea de lo difícil que es poner un huevo siendo un pato macho?”: De qué va El día que la Tierra explotó
Porky y Lucas son dos amigos que han vivido siempre juntos. Sin embargo, una mañana despiertan con la sorpresa de que algo chocó contra su techo, dejando un agujero gigante que pone en riesgo a su hogar de ser demolido. Tras varios intentos fallidos, conocen a Petunia, científica de sabores en la fábrica del Buen Chicle, la más grande de su ciudad. Ella los invita a trabajar ahí pero pronto, una conspiración alienígena que podría acabar con el mundo entero.
Influenciada por la ciencia ficción serie B de los 50s y la indescriptible locura de los cortos animados de los personajes lanzados durante la misma década, El día que la Tierra explotó es el perfecto ejemplo de como trasladar una franquicia clásica y adaptarla en un entorno actual. El realizador Peter Browngardt (creador de la bizarra Tío Grandpa) entendió la esencia de Looney Tunes, se adaptó a un tono moderno y como resultado, tenemos una película que solo puede ser descrita en un solo adjetivo: inolvidable.
No hay desperdicio en ninguna de las secuencias, esto es una clase maestra de entretenimiento que la animación estadounidense, había perdido. El humor es impecable, en su mayoría inocente pero con un doble sentido a la hora del doblaje que funciona excelente. Pero mi favorito, lo que siempre me ha obsesionado de los Tunes y la insignia de la marca: su humor que rompe la cuarta pared. Por ahí casi al final tiene el mejor uso de ello que haya visto en la vida.
Nada de esto funcionaría sin el gran equilibrio que logran sus protagonistas y la elección, no pudo ser mejor. Tan solo fueron necesarios tres personajes del universo Looney Tunes, sin necesidad de algún tipo de fan service o cameos gratuitos. Solo Lucas, Porky y Petunia viviendo una aventura, apoyados por sus virtudes y defectos, en una locación cotidiana, impulsados por valores importantes para los asistentes más jóvenes como la amistad, la lealtad y la perseverancia, a la par de lanzar un interesante comentario hacia la obsesión por las apariencias ante la sociedad.

Este divertido relato llega en una animación tradicional que llega como otro respiro de aire fresco ante la obsesión gringa por el 3D. Además, se permite por jugar con estilos entre secuencias. Durante los primeros minutos de El día que la Tierra explotó, conocemos la historia de nuestros héroes cuando fueron criados por un granjero, el arquetipo de sabio bonachón del campo. Lo genial es como realmente no está animado, sino que actúa como si fuese un fondo más. Joya. Quédate durante los créditos para que disfrutes de los bocetos originales, son hermosos.
Honestamente, el único contra que le encuentro es que el villano no es tan memorable y mucho menos su causa. Cuando se dan a conocer sus razones, la cinta tiene un cambio de ritmo extraño que tarda un par de secuencias en recuperar pero nada grave.
Es una película donde se refleja que todos los involucrados la pasaron muy bien, un producto hecho por amor y eso se refleja hasta en el sentir del doblaje. El día que la Tierra explotó debería ser este parteaguas para que otros estudios hollywoodenses, entiendan que no es necesario el hiperrealismo en la animación ni involucrarte en polémicas baratas de índole social a lo Disney: todo recae en lo atractivo de la historia, lo entrañable de tus personajes y el humor tan espontáneo capaz de conectar con cualquiera. Francamente, este es un trabajo que si veo a futuro siendo revisitado una y otra vez.
Esto no debe quedarse en un simple experimento: los Looney Tunes deben volver a las salas, que es donde pertenecen. No vayas a perder tu vida entera en la México-Cuernavaca este fin de semana: corre a tu cine más cercano a verla.