Texto: Gustavo Azem / Carlos Segoviano
El día de hoy se percibe un ambiente muy extraño para mí. Uno muy juvenil que me da dos cachetadas justo en la nostalgia de cuando estaba chavo e iba a mis primeros conciertos de ska con máscara de La Parka. Cagado. Claro que las cosas ahora son diferentes, la chaviza no trae una cubierta de Penta Zero Miedo, se disfrazaron de los cabronzotes de Twenty One Pilots que tiro por viaje se arman unos atuendos divertidos, pero enigmáticos.
Neta: desde máscaras de todo tipo, gorritos de todos colores, el cuello y los brazos en Blackout como el Chispas, largas gabardinas oscuras, así como unos cachos de cinta amarillos o rojos por toda su maldita ropa. Demasiado alternativo, pero no podía quedarme fuera de la chaviza, así que me puse mi pasamontañas de Tyler, además de verme cabronsísimo, me quitó el frío de las orejas.
Pero si crees que es lo más cabrón que están dispuestos a hacer estos chiquillos por sus grandes ídolos, déjame decirte que estás por la verga, así, con esas palabras. En la entrada principal del nuevo Estadio GNP Seguros, había bandita formada desde la madrugada, por lo menos mil o dos mil o tres mil desquehacerados. No es cierto, a lo mejor pidieron el día en su chamba como mi amigo Charli. Total que, algunos estaban acampando ahí desde hace tres días. No me jodas. La pasión manda, decía Corona en unos comerciales bien cagadotes.
No era para menos, pues el concierto significaba el regreso de la pandilla de Twenty One Pilots a la capital mexicana (van a rolar por otros estados de la república), pues también estábamos muy cerca de presenciar el concierto con mayor aforo para la banda, nuca antes registrado en toda su carrera. En otras palabras, estábamos a nada de convertirnos en maldita historia, ¿no les parece suficiente?
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Twenty One Pilots rompiendo récords
La lluvia siempre ha sido una enemiga natural de los conciertos y no por la gente, en realidad suelen ser bastante creativos cuando las gotas comienzan a penetrar nuestras playeras de algodón de 250 pesos que compramos afuera del lugar. Pero No sé lo mismo con el equipo millonario que hay sobre el escenario y que muchas veces puedo llevar a peligrar debido al agua. Afortunadamente no fue lo que sucedió, solamente fue una refrescadita para los que llevaban varios días justo debajo de un sol intenso y mareador. No estuvo ni cerquita espantarnos.
Después de una presentación de Balu Brigada qué pasó sin pena ni gloria, con sus músicos chistositos utilizando playeras de Rafa Márquez y la selección Mexicana para conectar con la gente más allá de la música, pues no habla por sí sola. El sentimiento era unánime, aunque estuvo divertido un ratín, rápidamente nos pusimos otra vez en modo hibernación para reservar todas nuestras energías para la presentación estelar.
La desesperanza y desesperación terminaron cuando se escuchó desde las bocinas “Whats your ETA?”, lo que dio por inaugurado de manera oficial el concierto con más personas en la historia de la banda, mismo que está siendo grabado para un jodidísimo video que saldrá un día de estos, creo, espero, me ilusiono. Entre gritos asquerosamente ensordecedores, aplausos y hasta baños de Chela caliente o miados, no sé, puede ser, tal vez, pero bueno, dio inicio el toquín de la pandilla de Ohio que tanto nos mama.
No les voy a ocultar que aquello fue una maldita oda al llanto. Chilladera tras chilladera pasaba en el público al tiempo que sonaba en éxitos como “I’ll be holding on to you”, “The Line”, “Next Semester’”, “Heatens”, “Tear in My Heart”, entre otras tantas. También fueron capítulos interminables de codazos, pisotones, empujones, zapes, punta pies y peleas a gritos o puños en las primeras filas, donde solamente sobrevivieron los fuertes gracias a los temas onda “Back Slide”, “Shy Away”, “Mulberry Street” o “Stressed Out”, ¿Pero no es esa la razón por la que vamos a un concierto? Para sacar todo el estrés de la semana.
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Pero luego, en el medio del espectáculo, se le ocurre a la gente sacar no solamente sus lamparitas del celular, como suele hacerse en todos los conciertos del mundo cuando suena la melancolía, cuando avientas las del llanto, las letras para bailar de cartoncito. Éstas fueron de colores múltiples, azules, amarillas y cyan, también unas naranjas para dar la apariencia de que todo el estadio estaba siendo consumido por el fuego. Las movían de un lado para el otro, arriba y abajo al gusto de Tyler.
¿Qué chingados con la forma en que se organizan los fanáticos? Utilizan grupos de WhatsApp, grupos de Facebook, foros de trabajo, Twitter y hasta canales en Instagram para conectarse con gente de toda la República. Proponen votan y eligen la coreografía, los material, los tiempos. Carajo, no dejan de sorprenderme, tengo mucho que aprender del fandom.
Creo que si con algo decido quedarme de esta noche no es con la excelente ejecución del dueto estadounidense ni con el potente bajo de Tyler o las melancólicas pisaditas en el ukelele. Mucho menos con la pirueta desde el piano que se aventó su baterista, el bárbaro truco de teletransportación, tampoco los pequeños escenarios entre el público para que pudieran tocarlos, sentirlos, olerlos o hasta tocarnos y convivir con ellos durante el concierto, mucho menos la intervención de la pequeña Monse, quien se aventó un rolón con la banda. Bueno ni siquiera me voy a quedar con el gran setlist de la noche, lleno de canciones icónicas que no habían tocado durante la gira hasta ahora y se pronostica que las vayan a dejar de tocar inmediatamente, sólo fueron una forma de pagarle a México el amor que tanto dan por ellos.
Con lo que me voy a quedar es la organización y ejecución de un plan únicamente empujado por el amor que le tienen 65,000 personas a Josh y Tyler, auténticos desconocidos con quienes conectan únicamente a través del arte. Si algo que les gusta en este extremo a las juventudes, siendo capaces de movilizar a todo un ejército de asistentes. Esta noche decido quedarme con el compañerismo y con el amor que se le tiene a otro ser humano, todos estos locotes, te juro que darían la vida por ese fulano músico y sin pedir mucho a cambio, solamente que sigan escribiendo canciones que te llegan hasta el corazón y alivian el alma a palmaditas en la espalda. Así nomás.
Me pone melancólico pensar en todas las veces que hemos dejado pasar ese maldito sentimiento de darlo todo sin esperar a cambio gran cosa más que un amor sincero. Lo idiotas que fuimos al permitir que se nos diera y lo afortunados que somos, al mismo tiempo, de poder pasarle la factura a Twenty One Pilots.
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Setlist de Twenty One Pilots en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México
- Overcompensate
- Holding On to You
- Vignette
- Car Radio
- The Judge
- The Craving
- Tear in My Heart
- Backslide
- Shy Away
- Heathens
- Next Semester
- Routines in the Night
- The Line
- Mulberry Street
- Navigating
- Nico and the Niners
- Heavydirtysoul
- My Blood
- Guns for Hands
- Lavish
- Paladin Strait
- Jumpsuit
- Midwest Indigo
- Stressed Out
- Trees