Termómetro 5D revela expectativas económicas españolas estables pero cercanas al pesimismo, contrastando con datos macro y mostrando brechas generacionales.
Hoy le echamos un vistazo a la economía española, pero no a través de los fríos números que nos sueltan los estudiosos. No. Nos vamos a meter en la piel de la gente de a pie, a sentir el pulso de la calle gracias a un invento curioso llamado Termómetro 5D (El PAÍS).
Un instrumento que no mide el PIB ni la inflación directamente. Lo que hace es preguntarle a más de 6.000 españoles qué tal ven el panorama en cinco áreas clave: el consumo, las ganas de invertir, la capacidad de guardar dinero (ahorro), cómo ven el trabajo (mercado laboral) y el tema que a todos nos quita el sueño: la vivienda.
Y el resultado general para la primavera de 2025 es un 46,1. ¿Qué significa eso? Pues que las expectativas son estables, pero ojo, ¡acercándose peligrosamente al umbral del pesimismo! No es que la cosa esté para tirar cohetes, pero tampoco para salir corriendo a esconder los colchones.